La película De battre mon coeur s'est arreté, de Jacques Audiard, ( en la foto) ha sido la gran triunfadora de los premios César del cine francés. El film ha conseguido ocho estatuillas, entre ellas las de mejor película y mejor director. Alejandro Amenábar no ha ganado el premio a la mejor cinta extranjera, que ha recaído en Million dollar baby dirigida por Clint Eastwood.
Excepto el galardón de mejor actor y mejor sonido, la película de Audiard se ha hecho con todos los premios a los que optaba, buena parte de ellos técnicos -música, fotografía o montaje- y otros más prestigiosos como los del guión adaptado, actriz debutante y actor secundario. La película -una versión de "Fingers", dirigida en 1978 por James Toback-, narra la historia del hijo de un agente inmobiliario que, ante los métodos poco ortodoxos que emplea su padre para cobrar el alquiler, decide abandonar el negocio familiar para seguir una carrera como compositor de piano.
La omnipresencia de De battre mon coeur s'est arreté ha apartado totalmente del palmarés a las otras favoritas, especialmente a Joyeux noel, de Christian Carion, que no ha recibido el espaldarazo que esperaba de su Academia para afrontar su candidatura al Oscar como mejor película de habla no inglesa. Más suerte han corrido otras películas que partían con menos candidaturas. La magistral interpretación que del ex presidente francés Francois Mitterrand que ha realizado Michel Bouquet en Le prommeneur du Champ de Mars le ha valido el premio a la mejor interpretación masculina. Por su parte, Nathalie Baye ( foto de abajo) ha logrado el César a la mejor actriz, el cuarto de su carrera, aunque el anterior lo había recibido hace 23 años.
La Academia francesa también ha entregado dos galardones de honor, uno al cómico francés Pierre Richard y otro al actor británico Hugh Grant, quien se mostró particularmente agradecido porque, como ha reconocido, no recibe muchos premios en su país
Gala accidentada
La ceremonia de entrega ha estado marcada por las reivindicaciones de los trabajadores temporales del espectáculo, que aprovecharon la oportunidad de la retransmisión en directo para recordar que su lucha por unas mejores condiciones laborales sigue viva.
Una quincena de ellos tomaron el escenario y retrasaron unos 20 minutos el inicio de la gala, que en varias ocasiones volvió a ser interrumpida por un altavoz utilizado por manifestantes que se encontraban en el parisiense teatro de Chatelet, donde se ha celebrado la ceremonia