30 mayo 2007

Demi Moore regresa al cine con Mr. Brooks

Nunca dejé que mis hijos me vean débil o vulnerable —decía Demi Moore en una reciente entrevista televisiva—. Y me arrepiento. Pasé toda mi vida con una especie de armadura de sobreviviente. Lo que más me importaba era que estuviesen seguros y protegidos y que sientan que una fuerza los rodeaba. Pero me parece que no funcionó como lo imaginaba. Ahora me doy cuenta que es más importante que vean todos los colores de una persona, que te vean caerte y levantarte también".

¿La habitualmente dura Demi Moore se nos ha vuelto tierna y sensible? A juzgar por sus recientes declaraciones parece que sí. Al volver al cine este jueves en Mr. Brooks, su primer rol protagónico en una película importante en una década (hizo pequeños roles en películas grandes como Los Angeles de Charlie 2 o protagonizó filmes pequeños y que pasaron desapercibidos como Half Light, pero aquí comparte cartel con Kevin Costner y William Hurt), Demi quiere mostrarse diferente, renovada... sensible.

Desde su época de oro —que va de Ghost, en 1990, a la debacle de Striptease, en 1996, época en las que hizo Cuestión de honor, Propuesta indecente, Acoso sexual y La letra escarlata, entre otras— y, especialmente, en su último rol importante (Hasta el límite, en la que interpretaba a un marine entrenando para combate), Moore hizo de la dureza, perseverancia y poder una bandera. Su posterior divorcio, su alejamiento casi total del cine y su sorprendente romance con Ashton Kutcher empezaron a cambiar su imagen. ¿Hacia dónde? Muy bien no se sabe. Sólo se adivina que, a los 44 años, la actriz pretende iniciar una nueva etapa.

En Mr. Brooks es otro actor con menos promocionadas pero similares idas y vueltas en su carrera (Kevin Costner) el que interpreta a un hombre en apariencia normal, un empresario exitoso, padre y marido ejemplar, que oculta un secreto siniestro: es un asesino en serie letal. Moore encarna a una detective obsesionada por revelar la identidad del "Asesino de la huella del pulgar". Y, ante la incredulidad de todos, empieza a sospechar del señor Brooks.

La detective Atwood viene de un difícil divorcio y, en su persecución de Brooks, parece querer liberarse de sus demonios y comenzar de nuevo. "Lo que me encanta de Atwood es que es el motor de la película; raramente se ve a una mujer a la caza de un asesino —comenta el director Bruce A. Evans, que fue guionista de Cuenta conmigo—. Disponer de Demi Moore en este papel es absolutamente emocionante. Estableció un lazo muy fuerte con Kevin, aportando a sus respectivos personajes mucho más de lo que jamás hubiera podido imaginar".

Moore oyó hablar de Mr. Brooks a través de Costner, cuando el actor estaba trabajando junto a Kutcher en Guardianes de alta mar. "Kevin estaba siempre hablando de Mr. Brooks, sobre cómo iba a encarnar a un asesino en serie. En su entusiasmo ya se percibía algo muy dinámico que me impresionó", recuerda la actriz.

Pero no fue hasta meses más tarde que los realizadores de la película se acercaron formalmente a ella y le enviaron el guión. "Cuando lo leí, entendí inmediatamente lo que tanto le atraía a Kevin —continúa—. El guión me estimuló pero al mismo tiempo me horrorizó. Me pareció que era muy inteligente y con personajes de carne y hueso. Me parece que es algo así como la encarnación de nuestros peores miedos. El hecho de que quien está frente a nosotros con apariencia corriente acaso pueda tener cadáveres en el sótano".

El divorcio de Moore y Bruce Willis, al menos según lo que reporta la prensa, no fue tan duro como el de su personaje de ficción. Al día de hoy, según cuentan, siguen siendo muy amigos y hasta se van juntos de vacaciones, con Ashton y las tres hijas que tienen en común tras trece años de matrimonio. De hecho, al tener custodia conjunta de los niños, Bruce y Demi decidieron vivir en ranchos enfrentados entre sí en el pueblo de Hailey, en Idaho.

En una entrevista reciente que dio a la revista Vanity Fair, Willis (que tendrá su propio regreso en pocas semanas con Duro de matar 4.0) contó: "Sé que a mucha gente le cuesta entenderlo, pero seguimos educando a nuestros hijos juntos, tenemos un lazo muy fuertes y, sí, nos vamos de vacaciones juntos. Demi es la madre de mis hijos y Ashton es el padrastro. Y es un gran tipo. Yo amo a Demi y sé que Demi me ama también".

Hace pocos días, Demi confesó su deseo de volver a ser madre con Kutcher (sus hijas —Rumer, Scout y Tallulah— tienen entre 13 y 19 años), con quien se casó hace un año y medio ante la incredulidad de casi todo el mundo (ella le lleva quince años). "Me gustaría tener más hijos —dijo—. Y varones. Sería un buen balance para todo ese estrógeno junto".

Malene Dietrich en canal Retro

En 1929, Marie Magdalene Dietrich, nombre verdadero de Marlene, tenía 27 años y una carrera como actriz en el cine mudo alemán. Además, era bailarina de un cabaret, donde la conoció el director Josef von Sternberg, quien la instó a seguir bailando, pero ahora en el cine, para la película "El ángel azul" (1930).

A partir del lunes 4 de junio, el canal Retro dedicado al cine y a las series de antaño y disponible en los planes premium de los cableoperadores, hará una retrospectiva de diez películas de la diva. En seis fue dirigida por Von Sternberg, quien después de lograr el éxito con la actriz en Alemania, se la llevó a Hollywood.

La película que lanzó a la fama a Dietrich fue "Marruecos" (1930). Interpretando a una cantante que se enamora de un soldado (Gary Cooper), Marlene consiguió su primera y única nominación a un Oscar y comenzó el mito de la belleza sofisticada y perversa, que era alimentado por su voz ronca. Esta cinta también fue un gran éxito y Von Strernberg se adjudicó el crédito de haber creado a Dietrich, quien en esa época también fue su amante.

El siguiente proyecto de la pareja fue "Fatalidad" (1931), donde Dietrich hizo el papel de Marie, una seductora espía austríaca que es enviada a infiltrarse entre los rusos en la Primera Guerra Mundial.

Aprovechando el éxito que estaba teniendo, al año siguiente Von Sternberg la volvió a dirigir en dos filmes: "El expreso de Shangai", sobre una misteriosa mujer y sus aventuras durante un viaje en tren, que se convirtió en uno de sus mayores éxitos de taquilla, y "La Venus rubia".

Para 1933, Dietrich ya estaba trabajando con otros directores, pero siguió colaborando con Von Sternberg por algunos años más. Aunque los treinta fueron la década dorada para la actriz, tuvo muchos trabajos después. De hecho, su último protagónico fue en 1961, con la película "El juicio de Nüremberg", en la que compartió créditos con Burt Lancaster y Spencer Tracy. Tres años antes actuó para Orson Welles en "Sed de mal", donde no tuvo el papel protagonista, pero sí un aplaudido rol secundario como dueña de un bar en esta película de suspenso sobre un hombre asesinado en la frontera de México y EE.UU.

29 mayo 2007

Veinticinco años sin Romy Schneider

Este martes se cumplen 25 años de la muerte de Romy Schneider, la inolvidable actriz austríaca que se dio a conocer como la 'Sissi' de la gran pantalla. Schneider, una mujer de gran belleza y de vida desgraciada, fue encontrada muerta el 29 de mayo de 1982 en su domicilio de París, cuando sólo contaba 43 años de edad.

Nacida en Viena el 23 de septiembre de 1938, en pleno auge del nazismo, Rosemarie Albach-Retty Schneider vivió en el seno de una familia de actores de cine y teatro.

Descubierta por el director de cine Hans Depper a través de una fotografía que llevaba su madre cuanto ésta rodaba 'Lilas blancas'. Romy fue entonces contratada y trabajó junto a su progenitora en la misma película.

En 1953, su carrera ya estaba en progresión y rondó dos películas, 'Sueños de circo' y 'Los jóvenes años de una reina'.

Más tarde llegaron a las pantallas 'Sissi', con la que lograría sus mayores éxitos, 'Sissi emperatriz' y 'El destino de Sissi', que fueron rodadas entre 1955 y 1957. Todas ellas estaban basadas en la vida de la princesa Elisabeth de Baviera y su marido, el emperador Francisco José de Austria.

Con 'Sissi', Romy Schneider se convirtió en una de las actrices europeas más famosas de los 50.

Éxitos tras la emperatriz

Se suceden, posteriormente, 'Kitty', de Alfred Heidenman, y 'Llévame contigo', de Helmut Kautner, hasta que comenzó a rodar películas dramáticas de la mano del italiano Luchino Visconti. Romy tuvo un gran éxito con 'Lástima que sea una p...' junto a Alain Delon y Silvia Montfort.

Otras de sus actuaciones más destacadas fueron 'El proceso', de Orson Welles, 'El cardenal', de Otto Preminger y 'La piscina', de Jacques Deray, teniendo como pareja a Alain Delon, con quien mantuvo una relación sentimental.

Con 'Lo importante es amar', de Zulawski, obtuvo en 1974 el César a la mejor interpretación. En 1978 recibiría una segunda estatuilla francesa por 'Una vida de mujer', del director Claude Sautet.

La actriz austríaca tuvo también importantes papeles en el teatro. En la escena interpretó, entre otras obras, 'La gaviota', de Chejov, o 'El abanico de lady Windermere', de Wilde, que fueron éxitos en Berlín.

Estuvo casada en dos ocasiones. La primera con el director de cine alemán Harry Meyen, con quien tuvo un hijo, David, el cual murió accidentalmente en julio de 1981, al intentar saltar una verja, sumiéndola en una grave crisis. En 1974 se divorció de Meyen y contrajo matrimonio con el también cineasta Daniel Biasini. De esta unión nació su hija Sarah.

La heredera de Schneider

Hace dos años, Sarah Biasini, la única hija viva de Schneider, debutó como actriz en el teatro parisiense de Marigny, dirigida por Steve Suissa, en el papel de una joven y feliz recién casada que descubre la vida de pareja.

La pieza elegida para este debut fue 'Descalzos por el parque', de Neil Simon, uno de los dramaturgos de éxito en Estados Unidos, país donde Sarah Biasini siguió los cursos del método Strasberg, en Los Ángeles, cuando en 2003 decidió convertirse en actriz.

Biasini había debutado anteriormente con cierto éxito en la televisión, gracias a la serie 'Julie, chevalier de Maupin', telenovela de capa y espada inspirada por un personaje de una novela de Théophile Gautier.

Con estas actuaciones, Sarah Biasini proseguía la tradición familiar de los Schneider, pues la inolvidable 'Sissi' cinematográfica que fue su madre había nacido en Viena, en una familia de actores

27 mayo 2007

4 meses, 3 semanas y 2 días ganadora en Cannes

El mar fue lo único embravecido en la nochecita de Cannes, ya que en el Grand Theatre Lumiere nadie cuestionaba los premios que el Jurado, presidido por el inglés Stephen Frears, otorgaba en la clausura de la 60ª edición del Festival.

Era casi cantado que 4 meses, 3 semanas y 2 días, el fuerte relato sobre una joven estudiante que decide abortar en la Rumania de Ceausescu, era gran candidata. Y se llevó muy merecidamente la Palma de Oro. El abuso de poder que el hombre que hará el aborto en una habitación de hotel hacia la joven y su compañera refleja metafóricamente a una sociedad en opresión. Planos extensos, la cámara fija, diálogos secos pero con mucha vivacidad, arman un combo devastador y emotivo.

Es un gran momento el que está viviendo el cine rumano, que aquí premió el año pasado a Corneliu Porumboiu (40 años, con la Cámara de Oro por Bucarest 12:08) y en 2005 a Cristi Puiu (32, en Una cierta mirada con La noche del Sr. Lazarezcu). Anteayer se sumó el premio en Una cierta mirada a California Dreamin', del fallecido Cristian Nemescu (tenía 27 años).

La sala llena aguardó a que Diane Kruger, la alemana de Troya y maestra de ceremonia, invitara a distintas personalidades al sobrio escenario y, ante la mirada del Jurado y el anuncio de Frears, a entregar las distinciones. Jamel Debbouze, el actor parisino que el año pasado ganó con sus compañeros de elenco el premio al mejor actor por Indigenes, bromeó sobre el presidente Nicolas Sarkozy. Fue el único. Debbouze entregó el Premio del Jurado ex aequo a la francesa Persepolis, dibujo animado en blanco y negro sobre una niña iraní que escapa de su país y se radica en Viena y París, y a Luz silenciosa, gran película del mexicano Carlos Reygadas sobre un caso de infidelidad en una comunidad menonita. No fue el único galardón para México: hubo otro para el corto Ver llover, de Elisa Miller.

Mejor director —el tercero en importancia tras la Palma y el Gran Premio del Jurado, que fue para The Mourning Forest, de otra mimada de Cannes, la japonesa Naomi Kawase— fue el neoyorquino Julian Schnabel, por la local Le scaphandre et le papillon, historia verídica de un editor de Elle que queda parapléjico y se relaciona sólo guiñando su ojo izquierdo.

Charlotte Rampling anunció que el hamburgués Fatih Akin ganó el premio al mejor guión por The Edge of Heaven, en la que vuelve a pivotear sobre la re lación entre turcos y alemanes. Y Alain Delon, quien hace un par de años había dicho que "nunca más" vendría al Festival, fue el encargado de entregar el premio a la mejor actriz, a la surcoreana Jeon Do-yeon, por Secret Sunshine. Bastante sufre su personaje en el filme —su marido que la engañaba la deja viuda, se muda y le raptan al hijito, entrega toda su plata y lo encuentra muerto— y ella está, claro, muy bien. Igualmente trágico es el personaje de Konstantin Lavronenko en The Banishment, del ruso Andrei Zvyagintsev: su mujer le dice que espera un hijo que no es suyo, la hace abortar... Mejor, no seguir.

El premio por el 60 aniversario a Gus Van Sant, por la atrapante Paranoid Park, sonó a tributo al hombre que cada vez filma más ascético sobre el mundo adolescente. El Jurado dejó fuera del palmarés a los hermanos Coen, para muchos, hacedores de uno de los mejores títulos de la muestra, No Country for Old Men.

La que siguió fue Jane Fonda, con la Palma de Oro, la película de clausura, L'Age des tenebres, muy buena comedia dramática del canadiense Denys Arcand, y la confirmación de que ésta fue una edición de calidad, sin una obra maestra pero con títulos muy por encima de lo que ofrece el más importante festival del mundo

22 mayo 2007

Schnabel y Reygadas brillan en Cannes a la sombra de Tarantino

Tras una semana a medio gas, el Festival de Cannes ha arrancado hoy a toda velocidad en su recta final al volante de Quentin Tarantino con Death Prof., a cuya larga sombra se han estrenado la luminosa Stellet licht, de Carlos Reygadas, y la deslumbrante Le scaphandre et le papillon, de Julian Schnabel.

Si damos prioridad a la fama, sin duda corresponde a Tarantino ocupar lo alto del podio en la carrera de esta jornada hacia la Palma de Oro, teniendo en cuenta además que el pase de su cinta, un pastiche de persecuciones de automóvil, humor y casquería en homenaje a la serie B, se ha cerrado con aplausos y gritos de entusiasmo.

Nada raro, teniendo en cuenta que el director nacido en Knoxville en 1963 es acogido en Cannes como en su casa desde que hace 13 años se llevó la Palma con Pulp Fiction. Además, su cine adrenalínico llega al extremo en este Death Prof. que se estrena en Cannes como cinta independiente, mientras que en EE UU formó parte de Grindhouse.

Ese homenaje a los antiguos programas dobles de cine de los años 70 se completa con Planet Terror, otra cinta de Robert Rodríguez -quien ha acompañado hoy a Cannes a su amigo- y ha supuesto un fracaso comercial en Estados Unidos que ahora esperan corregir estrenándolas por separado. Asimismo, la versión europea incluye secuencias como un baile erótico que "en la estadounidense no aparece", ha explicado Tarantino en la rueda de prensa tras el pase, acompañado de sus actores Kurt Russell, Rosario Dawson, Rose McGowan, Tracie Thoms y Zoe Bell.

"El punto de partida es que quería hacer una película 'slasher'", pero las reglas de ese género de terror sanguinolento "son muy rígidas", así que las adaptó a su estilo. "Aproveché su estructura, sus normas básicas", como la de que haya voluptuosas muchachas que acaban despedazadas por un psicópata, pero "intento trascender estas películas, en realidad intento crear mi propio género", ha explicado con la locuacidad que le caracteriza.

Sobre sus posibilidades de repetir triunfo en Cannes, se ha mostrado tranquilo y ha aupntado que "lo único más prestigioso que la lista de ganadores de la Palma de Oro es la lista de los que no la han ganado".

Caso este último del pintor y cineasta Julian Schnabel, que con Le scaphandre et le papillon ha arrancado dos tandas de aplausos con su deslumbrante adaptación del libro homónimo de Jean-Dominique Bauby. Y eso que el reto era de altura: contar la historia real de Bauby, que a causa de una embolia, quedó paralizado por completo, con excepción de un párpado, pese a lo cual escribió el libro.

El ritmo pausado de Reygadas

Por otra parte, en Stellet licht, el mexicano Carlos Reygadas vuelve a aspirar a la Palma tras hacerlo en 2005 con Batalla en el cielo y llevarse una mención especial a la Cámara de Oro en 2002 con Japón.

Fiel a su ritmo pausado y su atención al silencio y los detalles, Reygadas (México, 1971) narra una historia de amor, fidelidad y fe en una comunidad menonita de las que siguen en el norte de México ese culto anabaptista y conservan su propia lengua y cultura rurales. "Quise recoger cómo trabajan la tierra, cómo viven", ha explicado a la prensa Reygadas, cuya cinta tiene fuertes connotaciones con Orden (1955), obra maestra de Carl Theodor Dreyer.

21 mayo 2007

Angelina Jolie y Winterbottom triunfan en Cannes con un filme sobre Daniel Pearl

El Festival de Cannes se ha llenado de gracia y emoción con el filme 'A mighty heart', del británico Michael Winterbottom, en el que Angelina Jolie interpreta el papel de Mariane Pearl, viuda de Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal secuestrado y asesinado en Pakistán en 2002.

"Danny fue el primero del que hablaron tanto porque todo el mundo sabía que era periodista y no agente de la CIA", dijo su viuda en la rueda de prensa que siguió a la primera proyección del filme en la selección oficial, fuera de competición.

Después "hubo muchos más", por eso no es "apropiado" hablar de casos individuales de periodistas secuestrados y asesinados, pues "es un medio para captar la atención de los medios", añadió la periodista y autora del libro "Un corazón invencible", en el que se inspira la película.

Los tiempos "son muy duros" para los periodistas, "pero no sé si verdaderamente nos hemos preguntado qué pasa, por qué vivimos esto. No creo que hayamos abordado aún esta cuestión de manera seria", destacó Mariane Pearl.

Ojalá que este filme "contribuya" a que los periodistas "se pregunten si pueden hacer las cosas de otra manera", agregó.

Resaltó que la cinta "no es sobre nosotros, sobre nuestra familia", ni se hizo para ganar más dinero o para ser " más célebres", sino para hablar de algo que sucede en el mundo. "Por eso permití hacerla", añadió.

Reivindicación internacional

Daniel Pearl, de 38 años, fue secuestrado en enero de 2002 cuando investigaba la actividad de grupos terroristas islámicos en Pakistán y menos de un mes después fue decapitado por sus captores, pese a la campaña internacional y los llamamientos de su esposa, Mariane, embarazada entonces de siete meses, para que lo pusieran en libertad.

Winterbottom, autor de filmes como 'In this world' o 'Camino a Guantánamo', evocó la complejidad de la situación internacional y en particular en esa región del globo, como consecuencia de la reacción de EEUU a los atentados del 11 de septiembre de 2001, y dijo que ha querido mostrar, entre otras cosas, "lo que se siente cuando se está en Pakistán, desde un punto de vista no occidental".

Para Angelina Jolie, su participación en el filme, donde se ve en acción "diferentes tipos de periodismo, incluido el de los paparazzi" sirvió, entre otras cosas, para cambiar su manera "de ver el mundo" y el cine y para saber apreciar ahora a los periodistas "honestos y comprometidos".

Inicialmente reacia a toda adaptación cinematográfica de su libro, en el que intenta no tomar partido e "ir más allá del odio y la amargura de después del 11 de septiembre", Mariane, que había rechazado previamente otras propuestas, tardó un año en dar el sí a Brad Pitt, productor de la película.

"Acepté porque comprendí que éramos dos contemporáneos conscientes de los mismos retos y problemas, de que es preciso actuar según las capacidades de cada cual" y porque sabía que el contenido del libro no concernía a un caso individual, "sino también a él mismo y a mucha más gente", explicó.

Angelina Jolie, la 'Mariane' en el filme, subrayó las razones que ella tendría para odiar, "pero no odia, se negó a agriarse, a llenarse de rabia y mostró otra manera de hacer, de comportarse".

Eso es "impresionante" y "muestra el camino", es una "lección", pues desde los primeros días Mariane fue consciente de que había perdido a su marido, "pero también de que en el mismo mes murieron otras diez personas, todas de Pakistán, a causa de actos terroristas", resaltó.

Mariane posee "un modo de pensar muy evolucionado" y por eso quisimos hacer este filme", agregó Jolie en total acuerdo con su esposo, Brad Pitt, quien, como padre, se pregunta "en qué mundo van a vivir mis hijos" y quiere hacer todo lo que pueda para mejorarlo, aunque sólo sea un poco

'Paranoid Park', de Van Sant, recupera el espíritu de su premiada 'Elephant'

El estadounidense Gus Van Sant es un viejo conocido en Cannes. En 2003 ganó la Palma de Oro por 'Elephant', que contaba una de las trágicas masacres en las escuelas americanas.

El año pasado presentó 'Last Days', sobre los estragos de la droga en una gran figura del rock. Ahora regresa a la muestra cinematográfica francesa con 'Paranoid park', adaptación de la novela homónima de Blake Nelson.

En el nuevo trabajo de Sant, el espectador encontrará los mismos elementos que en 'Elephant', quizá con consecuencias menos trágicas. Ambientada también en una escuela americana de Portland, cuenta la historia de Alex (Gabe Nevins), un adolescente apasionado del 'skate'. Hijo de padres divorciados, el joven se está iniciando en las relaciones amorosas sin demasiado éxito.

Entre sus desafíos está participar en un lugar mítico para los amantes del monopatín, la pista 'Paranoid park'. Junto al parque hay una estación de ferrocarril y los jóvenes se divierten agarrándose a los trenes de mercancías en marcha. Una noche, un guarda de seguridad sorprende a Alex y a un amigo e intenta hacerlos bajar del tren. Alex le golpea con su monopatín provocando la muerte del vigilante.

Gus Van Sant pone de relieve a través de hora y media de película, el peso que recae sobre la conciencia del joven, su desesperación al no tener en quien confiar, ni su familia ni los amigos.

Austria y Ucrania

Por su parte, 'Import export', del austríaco Ulrico Seidl, muestra las relaciones entre el Este y el Oeste, en este caso entre Austria y Ucrania. El panorama que presenta el realizador no augura nada positivo en estas relaciones.

La trama cuenta la aventura de una joven ucraniana, Olga (Ekaterina Rak), madre soltera, que después de haber intentado una efímera carrera en la pornografía por Internet se marcha a Viena para trabajar de limpiadora un hospital para ancianos moribundos.

Paul (Paul Hofman), joven austriaco, tiene también una vida difícil. Después de ser agredido por un grupo de jóvenes, pierde su empleo y acepta trasladarse a Ucrania, en compañía del amante de su madre, un individuo que sólo parece interesarse por la bebida y el sexo. Su trabajo es el de instalar maquinas automáticas de distribución de caramelos en barrios desfavorecidos.

El espectador seguirá estos dos mundos en paralelo, donde todo es negativo. Lo peor es que el cineasta austriaco tiene una propensión a comunicar su pesimismo con imágenes terriblemente brutales. Un afán de provocación que ha producido en Cannes reacciones negativas.

Gael García Bernal presenta su ópera prima, 'Déficit'

Los directores mexicanos Alejando González Iñárritu y Alfonso Cuarón y el brasileño Walter Salles aplaudieron esta noche al mexicano Gael García Bernal en su debut como cineasta, con la película 'Déficit', y celebraron su trayectoria humana y cinematográfica.

El racismo, el deseo, la droga, la pobreza, las diferencias sociales, las amistades vacías y la naturaleza exuberante de México, son algunos de los temas que trata esta cinta 'experimental', según su autor.

Walter Salles anunció que, en realidad, ésta no era totalmente la primera cinta de Gael como director, sino "casi la segunda", pues "le consideró casi como coautor de 'Diarios de motocicleta'", aseguró.

"Gael pertenece al género de actor que hace que las cosas sean posibles", afirmó el realizador brasileño y añadió que lo que le caracteriza "es que se da completamente a un proyecto, lo hace con una integridad rara y con un talento también raro, y esto hace que sea alguien único".

Iñarritu y García Bernal, por su parte, recordaron cómo llegaron a esa misma sala hace siete años, con el estreno de 'Amores Perros', la cual estaba "medio vacía", según el primero, y "medio llena", según el segundo

18 mayo 2007

El 'biopic' del líder de Joy Division entusiasma a la crítica en Cannes

Ian Curtis tenía 23 años cuando se suicidó en su domicilio de Manchester, el 18 de mayo de 1980. Su banda, Joy Division, sólo había editado un disco, Unknown Pleasures, pero su sonido oscuro y sus letras pesimistas ya les proyectaban como uno de los grupos punteros del bullicioso Manchester de finales de los 70. Entre su legado brillan joyas como Transmission y, sobre todo, Love will tear us apart , una bella balada. Al parecer, la epilepsia, el fracaso de su matrimonio y la depresión fueron demasiado para el joven Curtis.

El fotógrafo holandés Anton Corbijn vivió aquellos años en Manchester y fotografíó a Curtis junto al resto de la banda (Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris) en varias ocasiones. Casi 30 años después de que el post-punk conmocionara Manchester, Corbijn, famoso por sus retratos de U2, Depeche Mode y Coldplay, entre otros, ha rodado la vida de Curtis en Control, un biopic de dos horas en blanco y negro, que se ha presentado este jueves en la 60 edición del Festival de Cine de Cannes, fuera de competición, y que ha entusiasmado a la crítica.

La mayor sorpresa de la cinta, según la prensa especializada, ha sido la interpretación del desconocido Sam Riley, de 27 años, que exhibe un sorprendente parecido con Curtis y que ha conseguido transmutarse en el enigmático líder de Joy Division. "Sam Riley ofrece una actuación soberbia como Ian Curtis, y recrea intuitivamente sus gestos en escena", señala el crítico del diario británico The Guardian Peter Bradshaw. Curtis cantaba impostando una voz profunda, con la boca pegada al micrófono y a menudo bailaba como sacudido por espasmos eléctricos. Su imagen se convirtió pronto en una de las señas de identidad de la banda.

"Riley, que también ha sido cantante en un grupo, posee el carisma intenso para ser el líder de una banda de rock. Mantiene el tipo junto a Morton, mayor y con más experiencia, especialmente cuando el papel requiere que la mayor parte del conflicto emocional sea interno", señala Stephen Dalton en Times Online.

La actriz Samantha Morton (Minority Report), la única estrella del largometraje, da vida a la mujer de Curtis, Deborah (cuyas memorias, Touching from a distance, han servido de punto de partida al film) y Alexandra Maria Lara encarna a la amante del vocalista, la periodista belga Annik Honoré.

Completan la historia, además de los compañeros de la banda, el irónico manager Rob Gretton, el productor prodigioso Martin Hannet, y el periodista Tony Wilson, impulsor del sello Factory Records y de la mítica sala The Haçienda. El propio Wilson es el protagonista del falso documental 24 Hour Party People, de Michael Winterbottom, que recrea la efervescencia musical del Manchester de los 80 y en el que se menciona la muerte de Curtis.

La biografía Torn Apart, publicada el año pasado por los periodistas Mick Middles y Linsay Reade, sugiere que la medicación para la epilepsia, la sensación de haber fracasado como marido y como padre (acababa de tener una niña con Deborah) y la depresión pudieron empujar a Curtis al suicidio.

Dividido entre dos mujeres

"Riley ve a Curtis no como un melancólico obsesivo y autodestructivo sino como un romántico wordsworthiano frustrado que amaba a dos mujeres por igual, y que simultáneamente deseaba y temía perder el control: una vía de escape hacia la música y una vía de escape de su cuerpo", ha resumido Bradshaw.

Riley es ex miembro del grupo Ten Thousand Things y ha preparado el personaje visionando imágenes de las actuaciones de Curtis e incluso visitando la National Society for Epilepsy para estudiar los efectos de le epilepsia. "He pasado mucho tiempo ante el espejo ensayando movimientos de baile", ha revelado Riley.

Los tres compañeros de Curtis en Joy Division, que luego se reconvirtieron en New Order, una de las formaciones más influyentes de la música dance de los ochenta, asistieron a Cannes para apoyar la proyección de la cinta, entre rumores de que se van a separar definitivamente. "New Order pocas veces de ponen de acuerdo en algo, pero todos están de acuerdo en que les ha encantado el film", ha señalado el director en The Guardian.

El ex baterista de la banda, Stephen Morris, asistió a la premiere el jueves y ha reconocido a Reuters que visionar la historia del grupo ha sido una experiencia incómoda. "Al verla anoche por segunda vez, pero junto a mucha gente, era como ver tu juventud expuesta ante el público; fue como si te diseccionaran".

Morris ha explicado lo que sintió cuando se enteró de que Curtis se había ahorcado: "Supongo que fue una conmoción pero no lo recuerdo así; fue sólo ira, la ira de que [Curtis] pudiese ser tan estúpido". "Lo que sucede cuando alguien se suicida es que deja muchas preguntas sin responder a la gente que queda atrás", ha añadido.

Corbijn ha llevado a cabo el rodaje como una obsesión personal y ha financiado parte de la cinta con su propio bolsillo. Los cuatro millones de euros que ha costado los han pagado entre el propio fotógrafo, capital privado y Warner Music, según los productores. "Ha sido duro", ha explicado Corbijn a The Guardian, "pero era mi primera película y eso a veces da miedo a la gente. Pero es una historia muy inglesa, y parecía apropiado conseguir financiación de Inglaterra".

Tras la muerte de Curtis, la banda publicó Closer y, más tarde, el recopilatorio Substance. Fueron poco más de dos años de vida, pero Joy Division dejó temas duraderos, como Transmission, She's lost control, Atmosphere, These days y, sobre todo, Love will tear us apart. Su legado influyó a numerosas bandas, desde U2 a The Killers y Franz Ferdinand

Julianne Moore y Tom Kalin conquistan Cannes con el film 'Savage Grace'

El paso de la grandeza a decadencia de los miembros de una adinerada familia, su tragedia incestuosa, magistralmente interpretada por Julianne Moore y captada en 'Savage Grace' por el estadounidense Tom Kalin, conquistó al público de La Quincena de los Realizadores.

Rotundos aplausos y animados bravos en una parte de la sala despidieron el filme, cuyo coproductor mayoritario, Icaer Monfort, es español y que cuenta entre sus intérpretes con los actores españoles Elena Anaya, Unax Ugalde, Belén Rueda y Mapi Galán.

La notable dureza de las escenas finales de esta adaptación cinematográfica del éxito de ventas literario 'Savage Grace', última creación de Tom Kalin que se cierra con inevitable tristeza, estuvo impregnada en todo momento de una elegancia viscontiniana.

De impecable moralidad también, con la que su director y videoartista parece querer demostrar que el fundador de la saga de los Baekeland, el inventor de la baquelita, se equivocó al enseñar a sus herederos que "el dinero sirve al menos para una cosa: permitir no tener que soportar las consecuencias de nuestros errores".

En opinión de Monfort, que terminó convirtiéndose en productor principal del filme, el incesto que culmina la vida familiar de los protagonistas retrasó varios años su finalización, pues le hizo perder una parte de sus asociados estadounidenses.

Icaer Monfort aceptó el reto de pasar a ser el accionista principal porque la historia de Bárbara y Brooks Baekeland y de su hijo Tony "me fascinó desde que leí el libro".

Además, "me gustaba mucho el trabajo anterior del realizador", a quien conocía personalmente, y "la parte que decidimos llevar al cine transcurría en España", donde se rodó casi todo el filme, en particular en Cadaqués y en Barcelona.

En EEUU llevaban casi ocho años intentando hacerla, pero "el puritanismo dominante" lo impidió, resaltó Monfort, "convencido" de que eso ha motivado igualmente que "Savage Grace" se haya estrenado en La Quincena de los Realizadores, una de las dos secciones paralelas del Festival de Cannes, y no en su selección oficial.

En cambio, "la verdad es que el proyecto de Tom Kalin enseguida atrajo a los actores españoles" y "nos fue más fácil financiarla desde España", añadió el productor español.

"El incesto no da miedo en España, somos mucho más liberales y abiertos que en Estados Unidos", recalcó Monfort, quien piensa que "había que enseñar" la escena en cuestión porque, en primer lugar, "son hechos reales" y porque "la película trata en parte sobre eso".

Precisó, no obstante, que a él mismo "le da pudor mirar la pantalla" cuando la bella, carismática y dominante madre que es Bárbara consuma el incesto que cierra la relación desarrollada con su hijo Tony, siempre despreciado por su padre, quien terminó abandonado en su juventud.

Personajes difíciles

En el abarrotado coloquio que siguió al filme, el representante de La Quincena evocó la extrema delicadeza de Tom Kalin cuando aborda la tragedia de Bárbara, sin juzgarla, y el director, por su parte, comentó su interés por "representar las perturbaciones mentales, la angustia que puede acaparar a un hombre".

"Era un papel muy difícil, pues era una mujer llena de gracia, de elegancia, de dulzura. No era un monstruo", subrayó Julianne Moore, indudable estrella de la cinta, seguida de Stephen Dillane y Eddie Redmayne.

Al igual que su esposo y su hijo, Bárbara Baekeland era una mujer "profundamente enferma, profundamente perturbada, pero sus intenciones siempre fueron puras", agregó la actriz, quien reconoció, en efecto, haberse vuelto a introducir aquí en la vida de una "mujer desesperada", como en la internacionalmente famosa serie en la que participa.

17 mayo 2007

De Hong Kong a Nueva York

Puede que el sol se esconda entre las nubes, que el mar se encuentre picado y el viento acaricie las palmeras, pero la atención en Cannes desde ayer está en el Palais.

Cannes festeja el cine como arte, y presentar en la apertura My Blueberry Nights, de Wong Kar-wai, no pudo ser una mejor elección. A millones de fotogramas de distancia de El Código Da Vinci, que fue la abucheada proyección que abrió Cannes el año pasado, la nueva y esperada obra del director de Felices juntos era un desafío mayúsculo para el director hongkonés, ya que es su primera película hablada en inglés, contaba con un elenco de estrellas y confiaba el protagónico a una debutante, la hasta ahora sólo cantante: Norah Jones.

Por si fuera poco, el director de Con ánimo de amar está acostumbrado a traer sus películas al festival con las copias aún mojadas... de tan perfeccionista que es. Por lo que "cuando ayer vine con la película —estuve trabajando en ella hasta hace dos días en Los Angeles—, todos estaban sorprendidos. Bien sorprendidos", dijo luego de la proyección de prensa, que la recibió con aplausos en la abarrotada Sala Lumiere.

Con lo que no sorprendió Wong es con su estilo. Y no es, como podían temer algunos, una película "comercial", que en busca de un público nuevo haga concesiones artísticas. En absoluto. Puede cambiar el lenguaje en palabras, pero su maestría es la misma para encontrar diferentes encuadres para una larga serie de conversaciones entre Elizabeth (Norah Jones) y Jeremy (Jude Law), utilizar colores saturados, una iluminación con preferencia del amarillo y el verde, y distintos tipos de velocidades a la hora de plasmar en imágenes la historia de una mujer y un hombre que están esperando, con el corazón roto, por sus respectivas parejas que los han abandonado.

Elizabeth le entrega al dueño de un café en Nueva York (Jeremy) las llaves del departamento que compartió con su ex, que la dejó por otra. Es en ese mostrador que come la torta de arándanos noche tras noche, cuando aún aguarda que su ex regrese. Jeremy también sufre de amor. Desolación, tristeza, soledad, desesperanza son los sentimientos que Elizabeth experimenta, y parte de viaje por los EE.UU., siempre sirviendo como mesera y cruzándose con personajes igualmente desesperados: un policía que se ahoga en whisky y quiere recuperar a su ex (David Strathairn y Rachel Weisz) en Memphis, una jugadora de póquer (Natalie Portman) en Las Vegas.

Pero no se trata de una película del camino, sino del destino. Elizabeth recorre distancias para encontrarse a sí misma. Wong plantea personajes que tenían sueños y planes, y se encuentran con un futuro con una sola certeza: deben seguir adelante. ¿Qué hace un miembro de una pareja cuando es precisamente eso, un miembro, parte de algo que no existe? "El dolor perdura", dice un personaje. "Todo tiene una razón", quiere autoexplicarse Elizabeth. Wong es un maestro en la presentación de sus personajes. Planos en los que no hablan, pero se los ve, alcanzan para dibujar sus conciencias.

Wong se apropia de íconos norteamericanos como el bar neoyorquino, las rutas, Las Vegas y el póquer, utiliza distintos ritmos musicales como el blues en Memphis, y los acordes de Ry Cooder en Las Vegas, y los rearma de acuerdo a su mirada. Su nueva gran película es tanto sobre la pérdida como sobre la posibilidad del ser humano de construir su propio futuro.

Afortunadamente, un distribuidor argentino ya adquirió los derechos de esta magnífica realización que, aún cuando faltan ver 21 películas en la competencia, ya se anotó para el palmarés.

16 mayo 2007

Primera noche en Cannes

El director de cine portugués Manoel de Oliveira, de 99 años, y la actriz y princesa taiwanesa Shu Qi, de 30 años, han declarado abierto el 60 Festival de Cannes, en sus respectivos idiomas natales, el chino y el portugués.

Manoel de Oliveira y Shu Qi, "símbolo de todos los sueños de Oriente", fueron reunidos para encarnar el sexagésimo aniversario como "pareja simbólica", por aunar "sabiduría y modernidad, experiencia y gracia", explicó la maestra de ceremonias de la gala, la actriz alemana Diane Kruger.

En una brevísima intervención, ya en francés, Manoel de Oliveira, recordó que, a sus 60 años, "este prestigioso" festival es, "sin embargo, todavía muy joven". "¡Y rápido, el cine!", añadió el director, uno de los que más ha frecuentado el certamen y el único que sigue rodando desde la época del cine mudo.

La gala duró apenas 20 minutos y contó con una sorpresa especial, un regalo del realizador estadounidense David Lynch en forma de cortometraje, con motivo de su sexagésima edición.

'Absurda', el nuevo corto del autor de 'Terciopelo azul' (1986), está dedicado a las salas de cine, hilo conductor de la muestra en 2007 y tema que inspiró el llamado "filme del 60 aniversario", al que sirvió de "preludio".

Celebridades en el tapiz rojo

La maestra de ceremonias subrayó que la película colectiva promovida por el presidente del festival, Gilles Jacob: 'Chacun son Cinéma', obra de 35 cineastas de renombre internacional, será descubierta por todos ellos y por el público de Cannes el próximo día 20.

Mucho antes de que comenzara la ceremonia de apertura, el famoso tapiz rojo del Festival comenzó a llenarse de celebridades del cine y de oficios anexos. Cientos de fotógrafos y cámaras de televisiones de todo el mundo captaron esta primera ascensión a la gloria cinematográfica, mientras un nutrido público aclamaba y contemplaba a los artistas.

Ya en la gala, "muy orgullosa de estar aquí esta noche" y de ser la primera alemana en desempeñar ese papel, Diane Kruger recibió y presentó brevemente a los miembros del jurado de la Palma de Oro del Festival y a su presidente, el director británico Stephen Frears.

Ellos fueron los invitados especiales de la velada, junto con el equipo del filme de apertura que se estrenó inmediatamente después, 'My Blueberry Nights', de Wong Kar Wai, el primero de los seleccionados en competición este año.

Frears tomó el escenario junto a sus colegas Marco Bellocchio y Abderramán Sissako, el actor Michel Piccoli, las actrices Maggie Cheung, Maria de Medeiros, Toni Collette, Sarah Polley, y el Premio Nobel de Literatura 2006 Orhan Pamuk, presentados por Diane Kruger.

El director chino asistió al estreno de su película acompañado de dos de sus protagonistas, la cantante estadounidense, que debuta como actriz, Norah Jones, y el actor británico Jude Law. El certamen se clausurará el próximo día 27 con la entrega de premios, de los cuales el más disputado es la Palma de Oro, a la que aspiran 22 cineastas de todo el mundo, entre ellos el mexicano Carlos Reygadas con 'Stellet Licht'.

Cannes arranca con el cine menos osado de Wong Kar Wai y la mirada de Norah Jones

Sin ser el mejor cine de Wong Kar Wai, pero sin desmerecer su firma, 'My Blueberry Nights', la película del director de Hong Kong que esta noche inaugurará oficialmente la 60 edición del Festival de Cannes, constituye un ejemplo del 'savoir faire' del certamen francés: hacer confluir arte y 'glamour'.

El desafío, la palabra que más se ha escuchado durante la rueda de prensa, ha unido al director, que se sentía atraído por su la voz de Norah Jones, y a la protagonista, que se quedó prendada de sus trabajos anteriores, entre ellos, 'In the Mood for Love'.

Para ella es el debut como actriz, para él su estreno en el cine de habla inglesa, un camino que ninguno de los dos sabe si realmente va a seguir, aunque el realizador subraya que Jones es una actriz muy natural, con un gran instinto emocional.

El director, que el año pasado presidió el jurado del certamen y ganó en 1997 el premio al mejor director con 'Happy Together', ha comparecido con sus inseparables gafas negras y no ha desaprovechado ocasión para elogiar a la debutante, cuya mirada inocente y cándida ha sabido explotar delante de la cámara.

Y es precisamente ahí donde flaquea la cantante, que se mide en esta 'road-movie' con portentos de la talla de David Strathairn, Rachel Weisz, Jude Law o Natalie Portman.

'My Blueberry Nights', que en realidad son tres historias (casi se podría decir que tres cortos, con Norah Johnes como hilo conductor), arranca en una cafetería neoyorquina, donde Jones acude tras una ruptura amorosa. Allí conoce a Law con quien comparte sus penas y un pedazo de tarta de arándanos, la que más desagrada a la actriz y a la que hace referencia el título a la cinta.

La música, que siempre ha desempeñado un papel crucial en el cine del realizador de Hong Kong, no pierde fuerza en este metraje, en el que el director no ha querido recurrir expresamente a las canciones de Jones, para no desviar la atención de su nueva faceta.

Sí se escucha sin embargo una nueva versión del tema más conocido de 'In the Mood for Love', que ahora suena con armónica. Además Wong Kar Wai recurre al blues para acentuar el desgarro del desamor en la historia de Strathairn y Weisz, la mejor resuelta de toda la cinta.

Él (Strathairn) es policía de día y alcohólico de noche, tan enganchado a la botella como al amor que siente por la esposa que le ha abandonado, Rachel Weisz, quien, tras su papeles de aventurera ('La Momia') y mujer comprometida ('El jardinero fiel') sorprende como maravillosa 'femme fatale'.

Seguramente los incondicionales del cine lírico e intenso del director de Hong Kong quedarán decepcionados con su incursión americana, sin embargo, se puede percibir trazos de su maestría en varios momentos de 'My Blueberry Nights', el primero de los 22 títulos que se muestra en la competición oficial del Festival de Cannes.

Norah Jones y Jude Law han confesado que todavía no han visto la película. La verán en la función de gala en la que la actriz alemana Diane Krüger actuará de maestra de ceremonias y con la que oficialmente se da el pistoletazo de salida a la 60 edición del Festival de Cannes.

Miles de botellas de champaña, cientos de ostras, fuegos artificiales y un sinfín de datos tan desconcertantes como embriagadores acompañan la celebración de un aniversario redondo para el que aparentemente sólo se han realizado un par de modificaciones: el personal ha dejado de lucir los unifomes azul-azafata para llevar trajes de un color arena más elegante, mientras que a la entrada del Gran Palacio, donde se desarrolla la función de gala, se han colocado unos grandes cubos de colores.

Pese al gran cine y a los negocios millonarios que se moverán en el mercado del festival, lo más vistoso durante las próximas dos semanas se concretará en apenas unos 60 metros de material sintético y sobre 24 escalones: la alfombra roja y la escalinata del Palacio del Festival de Cannes.

13 mayo 2007

El final de "Lost" sera en el 2010

ABC anunció el lunes que emitiría tres temporadas más del éxito de suspenso Lost , y que el programa terminaría en 2010, después de seis temporadas.

El anuncio se esperaba desde enero, cuando los creadores de la serie le comunicaron a un grupo de escritores de TV que querían que la cadena estableciera una fecha definitiva de conclusión de la serie.

Esa fecha era necesaria, afirmaron, para que ellos pudieran empezar a planificar cómo resolver los múltiples misterios que acosan a los sobrevivientes ficcionales del Oceanic Air Flight 815, que se estrelló en una isla no registrada en los mapas en la ruta entre Sydney, Australia, y Los Angeles en septiembre de 2004.

Pero la actitud de ABC es de todas maneras inusual, porque generalmente las cadenas tratan de exprimir ganancias de sus series exitosas durante tanto tiempo como sea posible, una estrategia que con frecuencia da como resultado argumentos tortuosos, reorganizaciones del personal de producción y disminución del número de espectadores.

Y ésa es exactamente la situación que dos de los productores ejecutivos de la serie, Damon Lindelof y Carlton Cuse, según dijeron a principio de este año, querían evitar. Cuando anunciaron su deseo de fijar una fecha específica de conclusión de la serie en una reunión, realizada en enero en Pasadena, California, de la Asociación de Críticos Televisivos, sorprendieron incluso a los ejecutivos de ABC que habían asistido al encuentro.

"Siempre imaginamos Lost como una serie con un principio, un desarrollo y un fin", dijeron Lindelof y Cuse en una declaración entregada el fin de semana a The Hollywood Reporter y el lunes al resto de los medios. "Al anunciar exactamente cuándo llegará ese final, el público tendrá ahora la seguridad de que la trama se desarrollará tal como la creamos."

ABC rechazó cualquier entrevista de sus ejecutivos o de los creadores de la serie. El rating de Lost ha bajado esta temporada, mientras los creadores y la cadena combaten por varias de las características únicas del programa. Como drama serial, el programa ha perdido gradualmente espectadores, porque no han podido seguir las múltiples líneas argumentales entrelazadas.

A diferencia de otras series populares, como 24 , de Fox, y Prison Break , que suelen iniciar una nueva línea argumental cada temporada, los espectadores de Lost suelen tener que recordar detalles de cada uno de los personajes que han visto en años anteriores.

Leve caída

Además, la cadena perdió espectadores esta temporada por emitir seis episodios desde octubre y luego los interrumpió durante tres meses antes de reanudar la emisión de la serie hasta el final de la temporada, su tercera.

Cuando se reanudó la emisión de la serie en febrero, la cadena la pasó a los días miércoles, a las 22, un movimiento que, aunque intentaba evitar que el programa compitiera con American Idol , de Fox, provocó una mayor pérdida de espectadores. En su primera temporada, Lost era emitida a las 20 y se la consideraba una serie que era vista por padres e hijos adolescentes. En la segunda temporada, pasó al horario de las 21.

La serie continuó como una de las de mayor rating entre los adultos entre 18 y 49 años, el grupo demográfico por el que los anunciantes pagan un precio más alto. Según Nielsen Media Research, Lost ocupaba el noveno lugar entre las series más populares para adultos en ese horario durante la última semana de abril, el último período sobre el cual existen estadísticas.

Esta temporada, Lost ha atraído un promedio de 10 millones de hogares y 15 millones de espectadores por semana, según las estimaciones de Nielsen. En su primera temporada, la serie atrajo casi 11 millones de hogares y 16 millones de espectadores. Y durante las últimas semanas, su público ha disminuido hasta estar por debajo de los 12 millones de espectadores.

En parte debido a sus cambios de horario, Lost es uno de los programas televisivos más grabados. ABC dijo que el programa había ganado un 18% más de espectadores que veían los episodios grabados por TiVo o en otros sistemas digitales de grabación. Y la cadena agregó que más espectadores veían los episodios disponibles en ABC.com o que se vendían en iTunes.

Después de la temporada actual el resto de la serie se desarrollará en tres temporadas de 16 episodios, que se emitirán en semanas consecutivas sin interrupción. Una temporada de 16 semanas es relativamente corta: las tres primeras temporadas constaban de más de 20 episodios.

Sin embargo, repartiendo el resto de los episodios en tres temporadas y no en dos, la cadena y su unidad Television Studio de ABC, que produce el programa, aliviarán los requerimientos de producción, que en el pasado han sido responsables de las irregularidades de emisión.

Los creadores del programa dijeron en enero que siempre habían previsto que la serie durara alrededor de 100 episodios. Con el final fijado ahora para la primavera de 2010, la serie llegará a los 117 episodios originales

12 mayo 2007

Una buena serie en Tv: "Dexter"

Soy un monstruo único", dice de sí mismo el analista forense Dexter Morgan (Michael C. Hall), en algún momento del monólogo interior que lo ocupa durante el primer episodio de la serie que estrenó Movie City el domingo.

Dexter (que en los Estados Unidos va por su segunda temporada) es un thriller psicológico basado en la saga literaria escrita por
Jeffry Lindsay (también guionista de la versión televisiva) de la que fueron traducidos al español los dos primeros títulos: El oscuro pasajeroQuerido Dexter (2006).

Se la mire por donde se la mire, la de Dexter no es una biografía envidiable. Al igual que su hermana Debra (
(2005) y Jennifer Carpenter), quien también es miembro de la policía de Miami, Dexter fue adoptado por el matrimonio Morgan. Cuando aún era un niño, su padre (astuto y cauteloso detective) descubrió en él un instinto asesino que consideró irreversible. Con la porfía de un genuino padre americano, Harry Morgan le propuso entonces a su pequeño hijo: "No podemos parar eso pero, a lo mejor, podemos hacer algo para dirigirlo". Así fue como, paulatinamente, fue imprimiendo en el espíritu alterado de Dexter, la idea de que un crimen puede enmendarse, siempre y cuando, adopte la forma de un acto de justicia.

Ya huérfano y estimulado, acaso, por el ánimo de hacer justicia por su cuenta, o por una sed de venganza atávica o por una enfermiza obsesión por la sangre (Dexter extrae muestras a sus víctimas que, luego, coloca en una pipeta que, escrupulosamente, "archiva" en un cofre, escondido dentro del aire acondicionado), el forense sostiene dos premisas básicas y de interpretación reversible: "La gente normal es tan hostil" y "El asesino es un artista".

El convincente personaje que construye el actor
Michael C. Hall (el David Fisher de Six Feet Under) es, al mismo tiempo, encantador y enigmático, frívolo y extravagante, plano y tridimensional, lo que da como resultado una criatura inestable a la que hay que prestar mucha atención. Cosa para nada difícil gracias a la atractiva factura visual, el ritmo acompasado de la narración y los destellos de humor que salpican (y deforman) las situaciones dramáticas.

Rodada en escenarios naturales de la península de Florida, la noche brillante de Miami oficia de telón de fondo para que, a la manera de un flashback, Dexter evoque la cadena de crímenes ejecutados. Así es como la serie subvierte la lógica del género policial para indagar la legitimidad del crimen pero también la posibilidad de la justicia

I could never be your woman

Los lectores que, con vocación de carcajada malsana, ojean (u hojean) revistas como People o US Weekly tienen en I could never be your woman la versión cinematográfica para sus perfectos ratos de desenchufado mental. Ambientada en el mundo de la televisión americana, a bordo de una de esas series para adolescentes protagonizadas por actores que rozan o superan la treintena, la película se alimenta de continuas bromas más o menos privadas sobre gente del mundo del espectáculo a la que se nombra de forma expresa para hacer sangre (mediana, tampoco es que sea el colmo de la desmesura) de algunas de sus actitudes.

De Demi Moore a Bruce Willis, pasando por Melanie Griffith, Meg Ryan, Meryl Streep, Glenn Close, Susan Sarandon y Emma Thompson (a las primeras se las conceptúa con la frase "demasiada cirugía" y a las demás como "brujas", salvo a Sarandon y Thompson, calificadas como "bruja de izquierdas" y "bruja británica"), intocables y menos intocables de Hollywood pasan por el rodillo de Amy Heckerling, guionista y directora evidente conocedora del medio en el que se mueve, que en Clueless (1995) ya analizó con suficiente pimienta a la primera generación adolescente poseedora de teléfono móvil. Así, el Prozac, el Vicodin, el Botox, el implante capilar, los rayos uva, el arribismo laboral y la prohibición de la referencia a la edad de las personas son los protagonistas de este filme.

Sin embargo, donde le es imposible apartarse de la medianía habitual es en la parte romántica de la historia. A pesar de los esfuerzos de una recuperada Michelle Pfeiffer (su bajón profesional en la última década es digno de análisis), la relación sentimental entre, según la película, la cuarentona corta y el veinteañero largo (aquí la ficción también miente, pues Michelle tiene 49 años y Paul Rudd, 38) carece del menor interés. Rudd está tan encantador como suele (en la línea del icono homosexual que interpretó en The object of my affection), pero en el idilio nunca llega a haber un conflicto serio y las aptitudes de ambos durante el romance se acercan más a lo pusilánime que a lo simpático. De modo que I could never be your woman se olvida al minuto, como las revistas, pero si se mira con la suficiente sorna, incluso se puede pasar un buen rato.