28 febrero 2007

The Queen

Ella es así. La primera apariencia es fría, casi gélida. Un hombre de color la está retratando en un lienzo. Es el día de las elecciones en las que Tony Blair resultaría electo como Primer Ministro. "Le aseguro que no he votado por él", le dice el pintor, quien sabe que la reina Isabel no puede votar. "Le envidio la experiencia", le dice casi como en una broma. Ambos confiesan, con complicidad, que por más que la reina no vote, la que gobierna es ella.

Eso es lo que creen.

La reina, de Stephen Frears, parece tomar para la parodia a la familia real —el duque Felipe de Edimburgo, po el príncipe consorte, personificado por James Cromwell, el dueño de Babe, el chanchito valiente, o el mismísimo príncipe Carlos, en una composición ajustadísima de Alex Jennings—, pero cuando la muerte de Lady Di comienza a pegotearlos, la mirada del director de Relaciones peligrosas es igual de incisiva pero casi sin lugar para las bromas.

Lo que el realizador de Ropa limpia, negocios sucios reconstruye es la relación de Isabel I, que odiaba a más no poder a la mujer que se separó de su hijo Carlos, con el primer ministro. Y cómo Blair, un laborista que se supone debería estar en contra del protocolo y todo lo que conlleva la familia real, pasa a ser un personaje gravitante a la hora de salvar a la reina y sus adláteres de caer en desgracia... y terminar con la monarquía.

Qué hace que La reina sea una película entretenida, por más que el espectador ya sepa de antemano cómo terminó esa semana que separa la muerte accidental de Lady Di en París con su fastuoso funeral en Westminster, con Elton John, Tom Cruise y más estrellas de Hollywood que reyes y soberanos del mundo, es una cuestión simple. Frears no contrapone a Blair e Isabel, si no que los empata. El laborista es retratado en su hogar y con su grupo de asesores como un hombre común racional, con gran sentido común y hábil político. Isabel no tiene ninguna de estas dos condiciones, y sabe reconocer que, a medida que los diarios le pegan más y más por su terquedad —no quería un funeral ostentosos porque Diana ya no era miembro de la familia real— debe dar el brazo a torcer. Con todo el dolor que esto le implica a los Windsor.

Si Helen Mirren es casi idéntica a Isabel no sólo es mérito de la genética o una peluca bien puesta. Mirren la compone minuciosamente, y es un auténtico deleite verla en acción en sus contradicciones, y sobre todo en los contrapuntos telefónicos con Blair. Y es Michael Sheen —que ya había encarnado al Primer Ministro en The Deal, telefilme escrito por Peter Morgan y dirigido por Frears—, quien siendo la otra cara de la moneda logra que La reina sea todo lo afortunada que es

Francois Ozon : El lado oscuro de la vida

A mí hay algo que no me agrada y es repertirme. Nunca lo haría. Puedo hacer una comedia musical, como 8 mujeres, y luego volcarme al thriller, pero también ocuparme del lado más oscuro de la vida: la muerte."

El joven que parece tan decidido filosofando de la muerte como tema central está sentado a diez metros de las playas del Mediterráneo, en la Costa Azul. Francois Ozon habla con amabilidad, como si se tratara de un tema tan impredecible como el estado del tiempo en Cannes —donde lo entrevistó Clarín— o del tránsito en la Croisette. El director de La piscina eligió como protagonista a un fotógrafo gay que se entera que padece un cáncer apenas abre Tiempo de vivir, que aquí se estrena mañana.

La idea de la película nació "de algo que me sucedió en verdad a mí. Tuve un problema de salud, que por suerte no se convirtió en nada. Pero la idea de que algo pudiera sucederme, y tener que convivir con que me quedara po co tiempo de vida, me sacudió profundamente. Por eso decidí trasladarlo al papel", dice Ozon.

El hecho de que Romain sea gay, obedeció a que "me permitía confrontar también los miedos de mi generación con respecto al sida. Su primera pregunta, al enterarse de que algo no está bien en su organismo, es preguntar si está infectado de HIV. Es fácil emparentar la cercanía de la muerte con lo que uno siente ante ella cuando se es un niño. Por eso decidí que Romain tuviera esa necesidad de recordar su pasado, su niñez. Era una manera como de recuperar al niño que llevaba dentro."

Y elegiste a Jeanne Moreau para interpretar a su abuela. ¿Por qué?

Jeanne fue muy generosa conmigo. Quería alguien con una capacidad de comprensión enorme, y que a su edad durmiera desnuda. Necesitaba a una actriz con un pasado que pudiera testimoniarlo en la pantalla. Además, ella me conoce desde mis tiempos de estudiante de cine. Tal vez pude haberla incluido en 8 mujeres...

¿Permitís improvisar a tus actores?

Cuando comienzo a filmar, no tengo el guión terminado, y sigo mis instintos. Me gusta preguntarles a los actores qué sienten y cómo creen que debería seguir la historia.

No fue fácil, al principio, convencer a sus inversores. "La primera versión del guión era más cruda, y creo que los espanté. Entonces, decidí añadir personajes y escenas para que la reacción fuera más atemperada. Pero, en verdad, cuando llegó el momento de editar la película fui sacando todo aquello que me distanciara del público. Vi que a medida que me centraba más y más en Romain, el efecto era mucho más preciso, y lo que era superfluo en ese viaje que emprende desde que se entera de su enfermedad terminal, lo fui aligerando, suprimiendo."

No es habitual que el protagonista de sus filmes sea un hombre. ¿Qué lo llevó a decidirse? "Tenía cierta aprensión a trabajar con un personaje masculino, tenía miedo de que no inspirara la suficiente identificación del público con la historia. Los melodramas con hombres son muy escasos, y suelen ser de niños o de ancianos. La emoción de los melodramas las transmiten mejor las mujeres. Esta película puede ser parte de una tri logía, que comencé con Bajo la arena. Cuando la complete, si alguna vez lo hago, tendrá que ver con la muerte de un niño."

27 febrero 2007

Se celebró lo mejor del cine francés

Una nueva adaptación de la novela de D. H. Lawrence El amante de lady Chatterley fue elegida la mejor película francesa de 2006, y consiguió otros cuatro reconocimientos en la entrega de los premios César.

El film Lady Chatterley, dirigido por Pascale Ferran, sigue el romance de la esposa de un acaudalado terrateniente que un romance furtivo con un guarda de caza; Marina Hands, como la dama en cuestión, ganó el César a la mejor actriz. La producción también se llevó los César reservados al mejor guión adaptado, al mejor vestuario y a la mejor fotografía.

Pequeña Miss Sunshine, la historia de un largo viaje de una familia disfuncional rumbo a un concurso de belleza infantil, realizada por los cineastas Jonathan Dayton y Valeria Faris, mereció el premio como mejor film extranjero. Esa película también recibió cuatro premios Independent Spirit. En esta categoría competían Babel, del mexicano Alejandro González Iñárritu, y Volver, de Pedro Almodóvar.

Indigenes -conocida en Estados Unidos como Days of Glory-, sobre soldados de las colonias francesas que lucharon contra los nazis en la Segunda Guerra, se llevó el César en la categoría de mejor guión original, un día antes de conocer si, finalmente, se llevaría el Oscar al que estaba nominada como mejor película extranjera.

El César al mejor actor fue para François Cluzet por Ne le dis à personne, la historia de un hombre que busca a una ex amante a quien cree muerta. El film también ganó el premio reservado al mejor director (Guillaume Canet), el destinado a la mejor música y al mejor montaje.

Dans la peau de Jacques Chirac, un vistazo a la figura del presidente francés y a su carrera política de cuatro décadas, fue considerado el mejor documental del año. Chirac, de 74 años, concluirá sus doce años al frente del Ejecutivo de su país en mayo próximo

26 febrero 2007

La Vida de los Otros, mejor pelicual extranjera

La película alemana 'La vida de los otros', galardonada el domingo con el Oscar a la Mejor Película Extranjera, describe, a través del espionaje de un artista por parte de la Stasi los últimos años de la Alemania comunista, con una pertinencia que le ha valido los honores de la crítica y del público.

El primer largometraje de Florian Henckel von Donnersmarck, de 33 años de edad, 'Das Leben der Anderen' que aborda sin concesiones esa página negra de la historia alemana, se impuso en la categoría ante la mexicana 'El Laberinto del Fauno', la danesa 'After the Wedding", la argelina 'Days of Glory' y la canadiense 'Water'.

La película cuenta cómo en 1984 y cuando la Glasnost ya se anuncia en Moscú, un oficial de la Stasi, Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), es encargado de vigilar en Berlín al dramaturgo Georg Dreymann (Sebastian Koch), sospechoso de falta de lealtad hacia el régimen.

Wiesler instala su centro de observación sobre el apartamento del escritor, que vive una historia de amor con una actriz célebre y que parece sentirse perfectamente en la RDA.

Wiesler lo espía todo, incluso la intimidad de la pareja, y escribe rigurosamente su informe diario, hasta que descubre que el ministro de Cultura está enamorado de la actriz y que su misión está dirigida en realidad a apartar al rival amoroso del alto funcionario. Cuestionando la legitimidad de la operación, decide falsificar sus informes para proteger a la pareja.

A medida que van pasando los días, Wiesler penetra en 'La vida de los otros'. En el apartamento vigilado día y noche se toca música y se habla de literatura, mientras que él vuelve solo cada noche a su sórdida vivienda. Poco a poco, se va hundiendo su visión utópica del socialismo, de la misma manera que el régimen en plena decadencia.

Florian Henckel von Donnersmarck indicó en marzo de 2006, cuando la película fue estrenada, que "el proyecto había durado cinco años".

La prensa indicó entonces que el ambiente pintado en la película no reflejaba exactamente la realidad de la época, señalando en particular que ningún autor de renombre necesitaba esconder su máquina de escribir en 1984.

'La vida de los otros' fue galardonada ya con los premios alemán y europeo a la mejor película

La Noche de Scorsese

Quizás era la hora, pero lo cierto es que fue un poco triste, en el final de la noche, cuando Los infiltrados ya había sido consagrada con el Oscar a la mejor película, ver a Martin Scorsese entre bambalinas, escuchando casi de prestado el discurso de agradecimiento del productor Graham King –¿quién?, ¿alguien lo conoce más allá de Beverly Hills?–, mientras Marty parecía estar esperando que lo volvieran a convocar al escenario, que ese señor que se arrogaba finalmente todos los méritos lo invitara a compartir ese momento. Lo que no sucedió: Scorsese estaba allí, abrazado a su primer Oscar, encorvado sobre la estatuilla, como si temiera perderla, el señor King saludando como Kong, el rey de la noche, y de pronto apareció Ellen DeGeneres –la anfitriona más anodina que tuvo la ceremonia en años, por más que alguna vez haya sido la ahijada de Johnny Carson– y dijo secamente “Buenas noches”, apareció la cortina musical y todo terminó. Así, con Scorsese casi en la puerta de servicio.

Ya se sabe. El Oscar a la mejor película nunca lo recibe el director, salvo que él mismo haya estado entre los productores, como fue en su momento el caso de Clint Eastwood por Los imperdonables y James Cameron por Titanic, por citar un par de ejemplos famosos. Esa, la instancia final, no es el momento del cineasta, sino de quienes son dueños de su obra (y a veces de su alma), aquellos que la poseen en los papeles, que detentan su propiedad, que reinan no en el plató, sino en los despachos de Rodeo Drive o en los bufetes de abogados y financistas de Wall Street. Es así, de esta manera funciona la industria de Hollywood.

En todo caso, Scorsese venía de tener, por fin, su anhelado momento de gloria. Cuando Francis Ford Coppola, George Lucas y Steven Spielberg subieron al escenario del Kodak Theater para entregar el Oscar al mejor director ya quedó claro para quien iba a ser la estatuilla. No podía ser que tres de las más grandes potencias del cine estadounidense, amigos entre sí, compañeros generacionales junto a Scorsese de la cofradía cinéfila, los viejos movie brats, se unieran allí simplemente para darle el premio al mexicano Alejandro González Iñárritu o al inglés Stephen Frears. No, era una cuestión entre pares, entre camaradas. Se trataba de reparar una falta grave, repetida de la Academia, que se había distraído frente a Toro salvaje, que no lo tuvo en cuenta con La última tentación de Cristo, que pasó por alto Buenos muchachos, La edad de la inocencia, Pandillas de Nueva York y ni siquiera consideró El aviador, con la que Scorsese pareció querer ganarse el reconocimiento de la Academia a través del retrato benigno de uno de sus productores más controvertidos, el magnate Howard Hughes.

En todas esas ocasiones, Scorsese había sido candidato al premio al mejor director, que –justa o injustamente– siempre fue a parar a manos de otros. Pero en todo caso se trataba de la misma Academia que lo había ignorado impunemente (ni siquiera fue nominado) como realizador de Taxi Driver y Casino. Aquí entonces había bastante más en danza que una estatuilla, estaba en juego una reputación, no tanto de Scorsese como de la misma Academia. “Por favor, ¿pueden volver a chequear el sobre?”, les preguntó a Coppola, Lucas y Spielberg (que parecían divertirse arriba del escenario), cuando al fin subió a buscar ese premio esquivo. Abajo, la platea se puso de pie y rugía en aplausos y silbidos de alegría y aprobación. Las cosas parecían estar en su lugar. “Estoy tan emocionado... Tanta gente me ha deseado este momento, desconocidos, en el consultorio médico, en un ascensor, en una sala de rayos X. Me decían: usted debe ganar uno.”

Y Scorsese finalmente lo ganó, con el sabor agridulce quizá de que no lo hizo en su mejor momento, cuando hubiera correspondido. Pero la Academia nunca se caracterizó precisamente por sus buenos reflejos ni por su timing. Pareciera que su reloj biológico atrasa más de la cuenta, al punto de que siempre tiene que ir reparando olvidos y omisiones fuera de término, como fue el año pasado con el Oscar especial a su carrera que le administró, in extremis, casi como una extramaución, a Robert Altman. Ahora el reconocimiento le llega a Scorsese por una remake (del sólido film hongkonés Infernal Affaires), por una película que, a diferencia de otras suyas, no nació de su propia imaginación. Esto, sin embargo, no debe llevar a falsas conclusiones. Como ya dijimos en estas mismas páginas, Scorsese supo encontrar en ese material ajeno varias claves con las cuales expresar las contradicciones y las disyuntivas que han marcado toda su obra. Como el personaje de Sullivan (Matt Damon), siempre ansioso de reconocimiento, se diría que Scorsese quiere pertenecer: en su caso a una tradición cinematográfica, a Hollywood. Y como Costigan (DiCaprio), el director necesita recuperar su identidad, volver a ser quien era, recobrar su autoestima. Se podría pensar que en la noche del domingo, con Los infiltrados, logró ambos objetivos, aunque haya tenido que observar el final de la ceremonia desde un costado del escenario.

En la clara superioridad que finalmente Los infiltrados impuso por sobre Babel –la perdedora de la ceremonia, si se exceptúa el Oscar a Gustavo Santaolalla, el único de los siete que la película de González Iñárritu supo conseguir– hay que contabilizar no sólo los premios al guión adaptado (William Monahan) y al montaje (la fiel Thelma Schoonmaker). Aunque no se llevaron ninguna estatuilla también hay que considerar el despliegue de estrellas, a la manera de una verdadera superproducción, con que cuenta The Departed: DiCaprio, Damon, Jack Nicholson, Martin Sheen, Mark Wahlberg, Alec Baldwin. No por nada Scorsese se acordó de agradecerles a todos y a cada uno de ellos.

Esos nombres, por supuesto, también pesaron para desplazar en la consideración de los académicos a Cartas desde Iwo Jima, el excelente film de Clint Eastwood, hablado en japonés y rodado desde el punto de vista de quien fuera el enemigo, todo lo cual le debe haber pesado en contra, como para que apenas pudiera recoger un premio técnico (edición de sonido). A su vez, Helen Mirren por La reina y Forest Whitaker por El último rey de Escocia –mejor actor y actriz respectivamente– cumplieron con las casas de apuestas, que los daban como favoritos. No fue el caso precisamente de Soñadoras-Dreamgirls, que perdió donde tenía todas las de ganar, en el rubro mejor canción. Allí había logrado colocar tres temas sobre cinco, pero el Oscar fue a parar a “I Need to Wake Up”, del documental La verdad incómoda, de Al Gore, en lo que puede ser considerada la noche de su relanzamiento como candidato presidencial.

Otra sorpresa fue que la racha de premios técnicos que venía acaparando El laberinto del fauno, del mexicano Guillermo Del Toro, hacía prever su consagración como mejor película en idioma no inglés, estatuilla que finalmente fue a manos del film alemán La vida de los otros, con lo cual la tan mentada “Banda Latina” se quedó sin ninguno de los lauros mayores. A su vez, el Oscar honorario a Ennio Morricone debió haber ido acompañado de otra estatuilla al mejor traductor, para Clint Eastwood. Cuando el compositor italiano decidió, arriba del escenario, dar un largo discurso de agradecimiento en su lengua natal, para el pasmo de los organizadores y de la platea, que miraba preocupada, Clint, con su habitual elegancia y sangre fría, anunció: “Les voy a contar lo que está diciendo”. Y se dedicó a traducir impecablemente del italiano al inglés, recordando seguramente sus buenos viejos tiempos del spaghetti western, de la mano de Sergio Leone. Fue un momento especial, de los que hubo muy pocos en la noche del domingo.

25 febrero 2007

Independent Spirit Award 2007

La comedia Pequeña Miss Sunshine - que al cierre de esta edición competía en la entrega de los Oscar- se convirtió en la gran ganadora de los Independent Spirit Awards, al llevarse cuatro de los más importantes galardones, incluyendo mejor película. Los premios están dedicados al cine independiente norteamericano (entendido como producciones cinematográficas cuyo presupuesto no sea superior a 20 millones de dólares).

En la ceremonia -realizada fuera de Hollywood, en Santa Monica-, también fue distinguido Alan Arkin como mejor actor de su reparto por su labor en Pequeña Miss Sunshine , así como sus directores, los debutantes Jonathan Dayton y Valerie Faris, y su guionista, Michael Arndt. El film alemán La vida de los otros , de Florian Henckel von Donnersmarck, se llevó el Independent Spirit en el rubro mejor película extranjera.

Los premios Independent Spirit a la mejor actuación protagónica fueron para Ryan Gosling y Shareeka Epps, estrellas de Half Nelson , que interpretan en el film a un profesor adicto a las drogas y a su alumna. Frances McDormand ganó el premio a la mejor actriz de reparto por su actuación en Amigos con dinero .

El documental Quinceañera , máximo ganador en el Festival de Sundance 2006, centrado en la vida de una adolescente de ascendencia mexicana, ganó el Premio John Cassavetes, reservado al mejor film con presupuesto inferior a 500.000 dólares.

A la entrega de los Independent Spirit Awards asistieron, entre otros, conocidas figuras de la talla de Daniel Craig, Sean Penn, Tobey Maguire y Winona Ryder

20 febrero 2007

Mejor Actor Secundario, uno de los más peleados

Es, sin dudas, el rubro en el que las apuestas están más parejas. Eddie Murphy parecía una fija, hasta que los anuncios de Norbit, su nueva comedia en la que tiene tres papeles, parecen haberle jugado en contra: el humor chabacano no es lo que les gusta ver a los académicos en Hollywood, y muchos cuestionan lo inoportuno que fue lanzar Norbit a días de la entrega del Oscar... Murphy podría ganar por su cantante infiel en Soñadoras: Dreamgirls.

Pero el comediante, que ganó en su rubro el Globo de Oro y el premio del Sindicato de actores, no está solo. Alan Arkin, el abuelo de la Pequeña Miss Sunshine, fue dos veces candidato al Oscar, y hasta ahora, nada. Y Djimon Hounsou, que se hizo conocido por su esclavo en Amistad, de Spielberg, y que ya fue nominado por Tierra de sueños tres años atrás —era el vecino bueno de los irlandeses que llegaban a hacerse la América en Nueva York—, es otro que suena fuerte. En Diamante de sangre es el pescador que, en Sierra Leona, debe recuperar la piedra preciosa que también ansía el personaje de Leonardo DiCaprio.

Pero quien tal vez tenga más probabilidades de llevarse la estatuilla del Kodak Theatre el domingo es el californiano Jackie Earle Haley. Su papel no es fácil, ni agradable: es el pedófilo al que todos le huyen en Secretos íntimos, y tiene un récord impresionante: de los siete premios a los que estuvo nominado, se llevó seis...

Cierra el quinteto de este grupo de la muerte Mark Wahlberg, estupendo como el policía incorruptible de Los infiltrados, que hace pasar más de un mal momento al personaje de DiCaprio

El Oscar y la Señora Blanchett

Cate Blanchett se siente presionada por volver a ganar el Oscar para el que está nominada. La actriz australiana habló abiertamente de su familia, profesión y de sus fantasías con los hombres en una entrevista con la revista Woman

Blanchett, de 37 años, declaró que después de recibir el Oscar en 2005 experimentó un enorme desahogo. "Hasta entonces, casi todas mis películas salían en diciembre para poder competir en los premios", añadió. "Como actriz, una está indefensa ante semejantes decisiones, pero sí siente la presión", indicó Blanchett.

La estrella de Hollywood continuó diciendo que después de obtener la estatuilla por El aviador, de Martin Scorsese, espera que ahora la atención se concentre en otros actores, porque dice que, si no, se volverá loca.

En su película Escándalo , Blanchett interpreta a una profesora que mantiene una relación con un alumno. Sin embargo, la actriz no se plantearía nunca una relación sentimental con un hombre más joven, afirmó en la entrevista. "No entiendo esa fantasía: preferiría tener un romance con un hombre de 60 años, pero por suerte estoy felizmente casada", aseguró, y rechazó sentirse atraída por Brad Pitt o George Clooney, con los que compartió cartel en Babel y The Good German

'Volver', distinguida por la crítica francesa

La película 'Volver', del cineasta manchego Pedro Almodóvar, recibió este martes el premio al mejor filme extranjero por parte del sindicato francés de la crítica de cine.

'Volver' está nominada en la categoría mejor película extranjera para el César 2007 (los premios del cine francés), cuya ceremonia de entrega de premios tendrá lugar el 24 de febrero.

La distinción para la mejor película francesa del sindicato de la crítica de cine recayó en 'Coeurs', de Alain Resnais. 'Le pressentiment' ('El presentimiento'), primer película como realizador de Jean-Pierre Darrousin, fue coronado como mejor debut cinematográfico.

19 febrero 2007

Varias primerizas para el Oscar

Por un lado hay dos actrices que compiten por una misma película. Suele suceder que se resten votos entre sí, beneficiando a una tercera. Una es Adriana Barraza, la actriz mexicana que en Babel es Amelia, la niñera que se lleva a los hijos de la pareja de Brad Pitt y Cate Blanchett a México para no perderse el casamiento de su hijo. Era la mamá del personaje de Gael García Bernal en Amores perros. La otra es Rinko Kikuchi, la japonesa sordomuda que guarda un secreto y hace la vida imposible a su padre viudo.

Si se dividen votos, así podría beneficiarse aún más la que parte como figura a vencer, Jennifer Hudson. La actriz, que debuta en el cine y que salió de American Idol —salió literalmente, porque perdió en el concurso de "talentos"—, tiene una gran performance en Soñadoras, Dreamgirls como una de las coristas del grupo de soul y se separa del mismo. La negra Hudson canta maravillosamente —interviene en catorce temas en la película— y augura una noche que puede tener varios artistas de color entre los premiados. Por de pronto, su récord entre las nominaciones que tuvo y los premios que ganó (14 sobre 21) es apabullante.

Cate Blanchett ya triunfó en este rubro por personificar a Katharine Hepburn en El aviador, dos entregas atrás, por lo que su papel como la maestra de escuela que tiene un affaire con un alumno en Escándalo no le permitiría sumar otra estauilla. Además, es la única de las cinco que ya lo ganó.

Cierra otra debutante, Abigail Breslin (era la hija de Mel Gibson en Señales), que a los 10 años le da el título a Pequeña Miss Sunshine, pero con ¿pequeñas? posibilidades de triunfar

18 febrero 2007

Los Óscar entran en su recta final con "The Departed" a la cabeza

A una semana de la ceremonia de entrega de los Óscar, los galardones más codiciados de Hollywood entran hoy en su recta final con "The Departed" como posible ganador en la categoría de mejor película.

Al menos así lo apuntan una gran parte de las quinielas que en estos días intentan predecir el resultado de los Óscar antes de que el 25 de febrero próximo se abra el último sobre en el teatro Kodak de Los Ángeles.

El último filme de Martin Scorsese aspira a un total de cinco premios y figura como favorito en el semanario "Entertainment Weekly", además de ser la película que "tendría que ganar" a los ojos del mensual "Premiere".

Sin embargo, se trata de una victoria muy reñida, ya que el semanario coloca a sólo dos puntos de distancia a su principal rival, la comedia "Little Miss Sunshine", que según "Premiere" también podría ganar.

El diario "Los Angeles Times" es más tajante y coloca esa comedia por encima del drama policiaco como la futura ganadora en esta 79 edición de los Óscar.

Siempre pueden darse las sorpresas, como ocurrió el pasado año, cuando "Crash" se impuso en el último momento sobre el claro favorito, "Brokeback Mountain", o en 1999, cuando "Shakespeare in Love" dio la nota pasando por encima de "Saving Private Ryan".

Eso le da para soñar a "Babel", la película del mexicano Alejandro González Iñárritu situada en todas las listas en tercer lugar, gracias a su dominio numérico en esta edición de los Óscar.

Con sus siete candidaturas, "Babel" es la aspirante a mejor película que cuenta con un mayor número de nominaciones. "Dreamgirls", con ocho, no aspira al Óscar a la mejor cinta.

Las otras dos contendientes en esta categoría, "The Queen" y "Letters From Iwo Jima", se alejan del galardón, según las encuestas.

Esta es la categoría más dudosa porque el resto de las principales parecen tenerlo muy claro.

Al fin y al cabo se trata de un resultado repetido en casi todas las entregas de premios más destacadas del año.

Como mejor actor, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas puede ir grabando el nombre de Forest Whitaker por "The Last King of Scotland" y para mejor actriz, el de Helen Mirren por "The Queen", con lo que todo quedaría entre la realeza.

Y como mejores actores secundarios, las mismas encuestas apuntan a una victoria negra y de "Dreamgirls" en ambas categorías, con Eddie Murphy y Jennifer Hudson como claros favoritos.

De cumplirse las predicciones, la 79 edición de los Óscar seguiría siendo el año de las minorías, con tres actores negros más que seguros ganadores, aunque no tanto de los hispanos.

El mensual "Premiere" apunta que "debería de ganar" Penélope Cruz como mejor actriz por su trabajo en "Volver".

Tanto "Los Angeles Times" como "Entertainment Weekly" colocan a la primera actriz española candidata a los Óscar por un trabajo en castellano en cuarta posición, por debajo de Meryl Streep ("Devil Wears Prada") y Judi Dench ("Notes of an Scandal") y sólo a la par de Kate Winslet en sus escasas posibilidades de victoria.

Y dan casi por segura la victoria de "El laberinto del fauno", la coproducción que representa a México, en la categoría de mejor película extranjera.

La obra de Guillermo del Toro también parece contar con un gran apoyo en maquillaje y tal vez fotografía, aunque en este caso la labor de Guillermo Navarro está muy reñida con la de otro mexicano, Emmanuel Lubetzki, en "Children of Men", según "Entertainment Weekly".

Sin embargo, ninguno de estos medios apunta hacia una victoria ya sea de "Babel", "El laberinto del fauno" o "Children of Men" en los apartados de mejor guión original, en el caso de las dos primeras (de los mexicanos Guillermo Arriaga y Del Toro, respectivamente), o adaptado en la de su compatriota Alfonso Cuarón.

En la categoría que todos los medios coinciden es en la de mejor director, donde Scorese "debe ganar y ganará", como dice "Premiere", la octava candidatura de su carrera.

Como reconoció a Efe su rival en la misma categoría, Alejandro González Iñárritu, este año "hay una necesidad casi furiosa de que Scorsese se lo lleve. Pase lo que pase".

17 febrero 2007

La pantalla grande se llena de escritoras británicas

"Miss Potter"

El 5 de enero se estrenó en el Reino Unido esta película que todavía no tiene fecha en Perú. Es la historia de Beatrix Potter, autora de libros infantiles que siguen siendo éxitos editoriales hasta el día de hoy, a pesar de que han pasado más de 60 años desde su muerte.

La película es una comedia dramática que se enfoca en los inicios de Potter, interpretada por Renée Zellweger, que ya había hecho el rol de una inglesa en "El diario de Bridget Jones", y que fue nominada a un Globo de Oro por esa actuación. Además de un colorido despliegue de los personajes creados por la autora, el filme explora su relación romántica con Norman Warne (Ewan McGregor), su editor y amigo.

Ésta es la primera vez que se lleva la historia de Potter al cine; sus libros tampoco lo han hecho, aunque Walt Disney lo intentó una vez.

"Becoming Jane"

Las novelas de Jane Austen han sido por años fuente de inspiración del cine y la televisión: el último ejemplo fue la nueva versión "Orgullo y prejuicio", con Keira Knightley. Pero ahora es la propia autora quien se convierte en la protagonista de una romántica historia de campiña inglesa en esta cinta que se estrena en el Reino Unido el 9 de marzo.

Tal como su heroína de "Orgullo...", Austen -interpretada por Anne Hathaway- rehúsa casarse por dinero, como le exigen sus padres, y termina enamorándose de un joven irlandés llamado Tom Lefroy (James McAvoy, el fauno de "Las crónicas de Narnia").

La película sugiere que él se convirtió en la principal fuente de inspiración para que más tarde Austen escribiera sus famosas novelas que la han tildado como la precursora de la comedia romántica.

El trailer de la película se estrenó en cines junto a "Miss Potter" y está disponible en internet.

"Brontë"

La debutante Angela Workman escribió y dirigirá esta película que tendrá como centro la trágica historia de las famosas hermanas Brontë. Michelle Williams, nominada a un Oscar por "Secreto en la montaña", interpretará a Charlotte, la autora de "Jane Eyre", mientras que la más desconocida Nathalie Press será Emily, cuya obra más famosa fue "Cumbres borrascosas". Ambas murieron de tuberculosis y jóvenes; sus trabajos son considerados absolutos clásicos de la literatura inglesa.

La película todavía está en etapa de preproducción, pero se sabe que Jonathan Rhys-Meyers ("Matchpoint") interpretará a Branwell Brontë, hermano de Charlotte y Emily. Hugh Dancy ("Ella está encantada") será George Smith, editor de Charlotte y su primer amor, y Ben Chaplin ("Ruleta rusa") será Arthur Bell Nichols, el hombre que finalmente se casó con ella. El filme por ahora tiene un modesto presupuesto de US$ 11 millones

16 febrero 2007

Tras 'Alien' Sigourney Weaver se reúne con James Cameron en 'Avatar'

La actriz estadounidense Sigourney Weaver volverá al cine con 'Avatar', el primer filme de ficción de James Cameron después de 'Titanic', y más de 20 años después de haberla dirigido en 'Alien', informó el viernes la prensa especializada en Hollywood.

El estreno de 'Avatar', una superproducción de ciencia ficción, está previsto para 2009 y su acción se desarrollará en un planeta donde un grupo de humanos deberá confrontar a extra terrestres.

Sigourney Weaver, de 57 años, protagonizó la saga 'Alien' desde 1979, donde hacía de Ellen Ripley.

De acuerdo al diario Variety, la actriz encarnará a una exploradora interplanetaria en 'Avatar', cuyo rodaje comenzará en abril próximo.

Con 'Titanic', Cameron, de nacionalidad canadiense, ostenta el récord de haber dirigido el filme más taquillero a nivel mundial de todos los tiempos (1.800 millones de dólares), además de haber empatado con 'Ben-Hur' y 'El señor de los anillos' como los ganadores de más premios Oscar: 11 en 1998.

La Dificil Tarea de Interpretar a una reina

En la madrugada del 31 de agosto de 1997, una de las mujeres más famosas del planeta, la princesa Diana de Gales, murió cuando su auto se estrelló dentro de un túnel en París, perseguida por nueve paparazzi que buscaban fotografiarla junto a su nuevo amante, Dodi al-Fayed. La escena en sí misma clamaba por una reedición cinematográfica; sin embargo, en La Reina, el director Stephen Frears prefirió evitar toda recreación del fatídico accidente y prefirió poner toda la atención en las tribulaciones que enfrentó en los días posteriores otro personaje de peso en esta historia, la reina británica Isabel II, considerada principal némesis de la adorada lady Di.

Justamente, el desafío que se planteó Frears ( Samy y Rosie van a la cama ; Relaciones peligrosas ; Alta fidelidad ) fue volver más entendible a la reina y su fría respuesta ante la sorpresiva muerte de Diana, cuando millones de personas en todo el mundo lloraban su deceso mientras la soberana se mantenía recluida en su castillo escocés de Balmoral. Y encima, en su propia tierra, recibía agudas críticas del recientemente establecido gobierno laborista del primer ministro Tony Blair, interpretado en el film por Michael Sheen, quien ya había encarnado al joven y progresista premier en la serie de televisión The deal , dirigida por el mismo Frears. Y para personificar a Isabel II de una manera humana, vulnerable, el director tuvo la genial idea de llamar a la reina del drama británico, Helen Mirren.

"Sabía que Helen tenía el talento y el coraje necesarios para encarar este papel tan riesgoso", afirmó Frears en un encuentro con la prensa durante el último Festival de Cine de Nueva York, en septiembre último, sentado a un costado de Mirren. "Los actores, los buenos actores, siempre aportan algo que es mucho más rico, sutil, interesante y complejo que como el personaje estaba escrito en el guión. En este caso, creo que hay una empatía mucho mayor del público con la reina gracias a la actuación de Helen", explicó.

Desde entonces, la actuación de Mirren, que ya había encarnado a otra reina, Isabel I, en la serie de HBO Elizabeth I , ha sido aclamada en todo el mundo. Ganó los premios a la mejor actriz de la British Academy of Film and Television Arts (Bafta), en el Globo de Oro y en el Festival de Venecia, y ahora es la gran favorita también para llevarse a su casa un Oscar, la próxima semana.

Desde el inicio, la idea de retratar a la reina en la pantalla grande fue una cuestión delicada porque se han hecho muy pocas películas sobre la monarquía mientras está en el poder. De hecho, sólo hubo una película de televisión en la que una actriz encarnó a Isabel II, veinte años atrás. Eso le pareció más intrigante al director y su equipo, que descubrió que se trató más bien por respeto y no porque hubieran existido antecedentes de que la monarquía hubiera detenido proyectos cinematográficos o hubiera tratado de censurarlos.

"De todos modos, hablamos con abogados y todo eso. Yo mismo llamé al Palacio de Buckingham al principio para decirles lo que estábamos haciendo -contó Frears a la prensa-. Como se imaginarán, no saltaron de la alegría; hubo un largo silencio que intenté llenar señalando que Helen buscaría hacerle justicia a la reina y que sería una película de calidad; pero, al final, lo único que obtuve como respuesta fue que la casa real no hace comentarios sobre este tipo de proyectos. Y ésa fue la actitud que mantuvieron hasta ahora. Sospecho que habrán visto alguna vez la película en el palacio, pero a nosotros no nos llegó ningún tipo de reacción oficial".

Realidad y ficción

El único problema concreto que tuvo fue encontrar los lugares de filmación adecuados, porque todos los castillos que se parecen a Balmoral están de una forma u otra asociados a la familia real. Al final, tuvieron que rodar las escenas escocesas en uno que pertenecía a un extranjero.

El guión, escrito por Peter Morgan (el mismo de El último rey de Escocia ), está basado en material histórico, extensas entrevistas con fuentes discretas y algunos toques de imaginación sustentada. Mucho material de archivo de televisión está mechado en la película, incluida la lectura del salmo de responso que hizo el hermano de Diana, Charles Spencer, durante el multitudinario funeral.

"Hablamos mucho sobre si usar un actor también para el hermano de Diana, pero viendo las imágenes de aquel día nos pareció que le daba mucha mayor autenticidad. Obviamente, tuvo que dar su permiso, y se lo agradezco muchísimo porque creo que le aportó a la película mucho más", destacó el director.

Por otra parte, el hecho de usar imágenes de archivo de noticieros le resolvió muchos problemas de logística y presupuesto. "Nos hubiera encarecido muchísimo el film tapar de flores el frente del Palacio de Kensington, como hizo la gente en aquel momento, o llenar las calles de Londres de extras para filmar el recorrido funerario -apuntó-. Por un lado, fue una decisión pragmática y económica, pero, por otro, los medios también fueron un personaje clave en todo esto, y con esas imágenes televisivas, con las portadas de los diarios y toda la atención que generó la muerte de Diana, se puede ver mucho más claramente cómo fue la respuesta mediática".

Y, como era de esperar, en el Festival de Cine de Nueva York la atención de los medios también estuvo concentrada en dame Mirren (en efecto, en 2003 fue ungida dama del Imperio Británico), quien pese a intentar mantener un perfil bajo a los 61 años, brillaba debajo de los flashes de las cámaras.

-¿Cómo fue el proceso para meterse en el personaje?

-Hice lo que hago siempre: leí mucho; vi mucho material de archivo, noticieros, fotos, revistas y retratos. Me pasé mucho tiempo estudiando imágenes de archivo de cuando la reina era joven, y cómo se fueron modificando sus manierismos hasta como la conocemos hoy. Además, trabajé profundamente con una entrenadora de diálogo, para que me ayudara a llegar al tono de voz de la reina. Eso me pareció un ejercicio fantástico, porque esta entrenadora te enseña a llegar a la voz no solamente a través del sonido sino a través de la psicología del personaje también; fue un proceso muy útil. No quería hacer una caricatura de la reina con su voz; quería darle sentido y verdad.

-¿Llegó a querer a la reina?

Sí; como actriz, inevitablemente te enamorás de tu personaje, no importa quién sea o cuán malo sea, como Lady Macbeth. Siempre buscás razones para amarlos, de la misma manera que nosotros buscamos razones para amarnos a nosotros mismos. Eso es lo que sucedió conmigo; de repente me hallé amando a mi reina, y como republicana que soy me dio un poco de vergüenza.

-Ha sido ferviente simpatizante del laborismo y del primer ministro Blair hasta no hace mucho. ¿Qué papel jugó su postura política al hacer este film y sobre todo, al ponerse del otro lado, el de la reina?

-En realidad, no soy una persona muy política. Pienso mucho en política, pero no me comprometo con los políticos. Sí: aplaudí y estaba feliz con la llegada del nuevo laborismo al poder en 1997, pero porque significaba un cambio, que era lo que necesitaba Gran Bretaña en ese momento. Fue excitante e interesante, y nadie se imaginaba lo que vendría más adelante. Soy muy cínica con respecto a los políticos, a todos. Y hace rato que no tengo muchas esperanzas depositadas en el premier Blair. Creo que tuvieron un papel más importante mis sentimientos frente a la realeza. Me crié en un hogar muy republicano, una familia vehementemente antimonárquica, y sostuve esos principios durante casi toda mi vida; sólo en los últimos años he suavizado un poco mi postura. Y ponerme en la piel de la reina me hizo pensar muchísimo en el valor de tener una figura así y cómo se debería comportar una jefa de Estado de este tipo.

Después de haber interpretado a las reinas Isabel I e Isabel II, ambas muy exitosas, ¿qué piensa de las mujeres como gobernantes?

Es una pregunta muy amplia, pero quisiera destacar que las dos Isabel llegaron al trono de una manera muy bizantina; ninguna de ellas estaba destinada a ser reina cuando nacieron. Sucedió por un accidente del destino en ambos casos. Y hay otros paralelismos asombrosos: ambas tenían 25 años cuando llegaron al poder; ambas tuvieron reinados muy largos, gracias a su buena salud. Pero más allá de eso, sacar conclusiones sobre las mujeres en el poder está más allá de mí. Hay algunas mujeres que lo hacen muy bien; otras, no. Igual que con los hombres; hay hombres que fueron buenos gobernantes y otros, un desastre. Más que del sexo, depende de la personalidad, de las cualidades humanas que tenga cada político. Las mujeres pueden hacer todo tan bien como los hombres, y también todo tan mal como ellos

15 febrero 2007

Fuerte Competencia en el rubro de Mejor Pelicula Extranjera

El director mexicano Guillermo del Toro, cuya película de fantasía ambientada en la Guerra Civil española "El laberinto del fauno" se convirtió en un éxito internacional, es uno de los tres favoritos para ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Sus principales rivales son "Water" un largometraje canadiense sobre huérfanos en la India de la década de 1930, y "Das Leben der Anderen," una historia sobre espionaje en Alemania del Este antes de que cayera el muro de Berlín.

Los expertos en los Oscar dicen que estas tres y los otros dos candidatos -"Indigènes," una obra argelina sobre los soldados del norte de Africa luchando contra Francia en la Segunda Guerra Mundial, y "After the Wedding," una película danesa sobre la crisis de una familia hacen de esta competición la más fuerte de los últimos años.

Todas son películas de primera clase que han ganado entusiastas críticas. A diferencia de otros premios, aquellos que deben votar para la mejor película en lengua no inglesa deben firmar que han visto las cinco y en un cine, y no en DVD, lo que iguala a las candidatas.

El productor Mark Johnson, director de la sección de la Academia de películas de habla no inglesa, dijo que los cambios en el proceso de selección han ayudado a reforzar la categoría, que otros años pasó por alto importantes largometrajes extranjeros.

"El laberinto del fauno" está siendo la más taquillera de todas, consiguiendo más de 20 millones de dólares en EEUU, un récord para una película en lengua española. Tiene otras cinco candidaturas más, incluida maquillaje, dirección artística y fotografía.

Pero Del Toro está menos impresionado con su aportación que con sus rivales.

"He visto todas las demás y debo decir que me encanta 'Water' y 'Das Leben der Anderen'. Las he disfrutado realmente," dijo.

En un sentido, "Das Leben der Anderen" tiene un tema similar al "Laberinto," cómo reaccionar a la opresión.

"Cuando tratas con personajes oscuros en la historia, lo mejor para dirigir el asunto es con una parábola o una fábula," dijo Del Toro. "No quieres hacer una película estrictamente histórica o un simple cuento de hadas."

La Tercera Temporada de Desperate Housewives

Se viene otro año movidito para estas "amas de casa" tanto o más desesperadas que de costumbre. La tercera temporada de Desperate Housewives, que ya puede verse en la Argentina (los miércoles a las 21, por Sony), retoma la vida en Wisteria Lane con un salto en el tiempo de seis meses.

La que aparece en una zona de riesgo más complicada es la pulcra Bree (Marcia Cross) quien, decidida a rehacer su vida —e impactada por su primer orgasmo—, termina casada con Orson (Kyle Maclachlan) pese a que sus amigas de Wisteria Lane le advierten, en plena ceremonia, que el galán bien puede ser el asesino de su anterior esposa, misteriosamente desaparecida. La confianza casi obsecada de Bree no deja margen para la vuelta atrás, pero la fiesta de casamiento va a ser interrumpida de todos modos, por un policía que busca a Orson para que vaya a identificar un cadáver. Así la flamante pareja termina en la morgue judicial, en una escena tan ridícula como ominosa: el cuerpo no era de la ex, pero Orson lo saluda cariñosamente antes de cerrar la puerta.

Y mientras una se casa, otra se divorcia. Gabrielle (Eva Longoria) no cede a los embates de Carlos (Ricardo Chavira) que quiere volver con ella. Pero quizá las cosas cambien ahora, con la tremenda sorpresa que les deparó el parto de la empleada china a la que habían alquilado el vientre y se convirtió en amante de Carlos. La chica, que rompió bolsa en plena fiesta de casamiento, dio a luz un niño ¡negro! y los Solís tendrán que unirse para pensar en el camino a seguir.

Tampoco las tiene fáciles Lynette (Felicity Huffman). A su marido le apareció una hija adolescente que fue a conocer a su padre acompañada de su indefinible mamá (Kiersten Warren), y terminaron instaladas en la ya muy poblada casa familiar. Decidida a recuperar su vida normal, la rubia empleará su conocida capacidad de planificación para conseguirle un novio a la ex pero... ya se sabe que la desesperación es mala consejera.

Tan mala como la culpa, ese sentimiento que va invadiendo el corazón de Susan (Teri Hatcher) al mismo tiempo que crece su relación con Ian (Dougray Scott). La romántica del grupo ya ha pasado mucho tiempo cuidando de su amor, Mike Delfino, sumido en un coma cuatro, cuando descubre en el hospital a un hombre en su misma situación. ¿Habrá lugar para un nuevo amor?

No se sabe, pero lo cierto es que siempre hay lugar para un poco más de locura entre "las chicas" de Wisteria Lane

12 febrero 2007

Se entregaron los BAFTA

El laberinto del Fauno dirigida por Guillermo del Toro, se ha impuesto a 'Volver', de Pedro Almodóvar, como mejor película en lengua no inglesa en los premios de la Academia de Cine británica, los Bafta. La coproducción hispanomexicana fue una de las triunfadoras con cuatro premios. En la categoría de mejor actriz, la 'reina' Helen Mirren se llevó el premio al que optaba Penélope Cruz.

El filme de Del Toro, protagonizado por Sergi López y Maribel Verdú y que contaba con ocho nominaciones, fue uno de los más galardonados, al lograr también los premios al mejor diseño de vestuario y el de maquillaje y peluquería.

La cinta de Almodóvar, que partía como favorita tras ser premiada por la crítica londinense, se quedó sin ningún Bafta, ya que el premio a la mejor actriz, al que optaba Penélope Cruz, fue a parar a Helen Mirren por su papel en 'La reina', de Stephen Frears.

'Hijos de los hombres', del mexicano Alfonso Cuaron y rodada en inglés, logró quitarse el mal sabor de boca de no haber obtenido reconocimiento de la crítica de Londres al lograr dos premios, los de cinematografía y diseño de producción.

'Babel', de su compatriota Alejandro González Iñárritu, tuvo que conformarse con uno de los siete galardones a los que optaba, el de música, por el trabajo del compositor, productor y cineasta argentino Gustavo Santaolalla, quien ganara en el 2006 el Oscar y el Globo de Oro por la banda sonora de 'Brokeback Mountain', de Ang Lee.

'La reina', mejor película, y Paul Greengrass, mejor director

'La reina', que relata el tormento interior vivido por Isabel II en los días posteriores a la muerte de Diana de Gales, fue coronada como mejor película, aunque el Bafta al mejor director fue a parar a Paul Greengrass por 'United 93', sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU.

Forest Whitaker fue elegido mejor actor por su papel del dictador ugandés Idi Amin en 'The Last King of Scotland' y le arrebató el premio a Daniel Craig, que aspiraba a convertirse en el primer James Bond que ganara un Bafta.

La ceremonia se convirtió en una misión imposible para 'Casino Royal', que no ganó ninguno de los nueve premios a los que optaba, mientras que 'El último rey de Escocia' fue la otra película que ganó tres premios