02 enero 2006

El filme mas hot del 2006: El Código Da Vinci

Partiendo por casos como el de Lo que el Viento Se Llevó, la historia de Hollywood está marcada a fuego por campañas publicitarias que anunciaban superproducciones años antes de su estreno. La de El Código Da Vinci puede no haber empezado con tanta antelación, pero sin duda ha dado muestras de talento marketero para atraer a su eventual publico, que no sólo estará compuesto por los 25 millones de compradores del libro de Dan Brown, que ya suma 143 semanas en la lista de best sellers del New York Times.

Para cuando llegue la fecha de estreno mundial -el 19 de mayo, un día después de su arranque en las salas latinoamericanas-, se podrá dar una mirada retrospectiva y advertir la cuidadosa dosificación de adelantos ofrecidos por Columbia Pictures, el estudio que encargó la realización del filme a Ron Howard y Brian Grazer, director y productor de éxitos como Una Mente Brillante.

Hubo un anticipo que sólo dejaba ver la imagen de la Gioconda como afiche provisional, y hace poco el primer trailer, que daba varias pistas acerca del efectismo y la violencia que podrán encontrarse en la película. La semana pasada, en tanto, la revista Newsweek se permitió llevar en portada a los protagónicos (Tom Hanks y Audrey Tautou), a publicar material exclusivo del filme y a definirlo -en la misma tapa- como "la película más hot" de 2006.

Ahora los distribuidores de la cinta deciden comenzar el año desclasificando las primeras fotografías de la misma. Y nada más llamativo que incluir entre ellas la imagen de Hanks y Tautou (el profesor Robert Langdon y la criptógrafa Sophie Neveu) con un fondo apropiado, la Mona Lisa. También figura la de Hanks a solas, acompañado por la pirámide del Museo del Louvre, y una de ambos corriendo por un pasillo de la centenaria institución, mientras en el suelo yace un cuerpo sin vida.

La exclusiva mundial de las imágenes estuvo a cargo de la citada revista, que agregó la trastienda de un filme que se topará con competidores de peso para su estreno (entre ellos, el nuevo Superman), pero que no deja por ello de ser el filme más esperado del año.

Sangre en el Louvre

Probablemente, la noticia que más rebotó tras la publicación partió de una cita de Ron Howard, quien señaló que el presidente francés Jacques Chirac los llamó a él y a Brian Grazer a una breve conversación. Para la dupla era esencial que Chirac -después del humillante rechazo para usar la abadía inglesa de Westminster- les ayudara a conseguir el Louvre, esencial en la intriga de la novela (partiendo por el asesinato de su curador, que gatilla la intriga). Y el presidente no sólo prometió respaldar la solicitud, sino que se permitió "sugerir" el nombre de la mejor amiga de su hija para el papel de Sophie Neveu.

Del Eliseo salieron pronto a contestar que el Presidente no hizo tal cosa. Pero, de cualquier modo, la amiga de su hija -que, según se comenta, era Sophie Marceau- habría sido una de las 300 derrotadas por la protagonista de Amélie.

Si a título de trivia puede mencionarse que los encargados del Louvre prohibieron poner sangre en el suelo o iluminar directamente ciertos cuadros, hubo cuestiones más serias. Como la molestia de la Iglesia Católica, que llamó a boicotear el libro. Hasta donde se sabe, los realizadores del filme tuvieron más cuidado en satisfacer a los seguidores de la novela que a sus detractores, como la Liga Católica de EE.UU., que aún solicita aclarar en los créditos del filme -que, como el libro, despliega argumentos iconoclastas acerca de María Magdalena y el Santo Grial- que se trata de una obra de pura ficción.

Y peor suerte corre el Opus Dei, uno de cuyos miembros (encarnado por Paul Bettany) se convierte en un salvaje asesino. Consultado por Newsweek si acaso la congregación de Escrivá de Balaguer está mencionada, Ron Howard fue muy parco. Sólo dijo que sí