
Ganar un Globo de Oro no significa asegurarse una estatuilla en la ceremonia del próximo 5 de marzo (de hecho, el año último habían triunfado "El aviador" como mejor drama y "Entre copas" entre las comedias, mientras que el Oscar al mejor film terminó en manos de Clint Eastwood por "Million Dollar Baby"), pero al menos posiciona a un puñado de títulos para las nominaciones que se anunciarán el próximo 31 de enero.
En este sentido, ya no cabe duda alguna sobre el dominio en este año de la producción independiente por sobre los habituales tanques de los grandes estudios. Ni "King Kong", de Peter Jackson -que probablemente obtenga muchas candidaturas y varias estatuillas en los rubros técnicos- ni "Munich", de Steven Spielberg -que seguramente no será tan ignorado como lo fue en los Globos de Oro- ni "El luchador" ni "Harry Potter y el Cáliz de Fuego" ni "Las crónicas de Narnia" pudieron ocupar el lugar que había dejado vacante "El señor de los anillos: el retorno del rey", que arrasó hace dos temporadas con cuatro Globos y luego con once Oscar.

"El secreto en la montaña", que desde que obtuvo el León de Oro en el Festival de Venecia no dejó prácticamente premio sin ganar, es una producción del estudio de moda (Focus Features) que costó apenas 14 millones de dólares. Nadie apostaba demasiado por este western (ni siquiera los ejecutivos de marketing, que ocultaron la temática homosexual en toda la campaña de lanzamiento) que desafía todos los códigos y convenciones de un género tan clásico como machista.
Además de Focus (distribuidora también de "El jardinero fiel"), otras compañías independientes están detrás de varios de los films premiados anteanoche. Tales son los casos de "Capote" y "Transamerica", que obtuvieron los principales premios de actuación (Philip Seymour Hoffman y Felicity Huffman, respectivamente).
