18 enero 2006

El cine de David Lynch

El director estadounidense David Lynch tiene poco en común con los sombríos personajes de sus películas. El creador de films de culto como Eraserheard, Blue Velvet y Wild at Heart medita desde hace más de treinta años según las enseñanzas del Maharishi Mahesh Yogi, al que en su momento también seguían los Beatles.

El cineasta, que el 20 de enero cumple 60 años, creó una fundación para la Educación basada en la Consciencia y la Paz Mundial y apuesta por la meditación trascendental como impulsora de la paz.

De niño fue un entusiasta boyscout, reconoce Lynch, nacido en una pequeña ciudad del Estado norteamericano de Montana y criado en el campo. Sin embargo, no se percibe nada de idilio cuando Lynch lleva a la gran pantalla los extravagantes abismos que hay detrás de las amables fachadas de los habitantes de las pequeñas ciudades.

Ya con su debut en el cine, Eraserhead (1977), el estudiante de arte y cine causó conmoción con escenas de terror e imágenes surrealistas. La película, pensada para el circuito underground, llegó a las salas normales y se topó con una gran comunidad de fans.

Con The Elephant Man (1980), con John Hurt, Lynch reforzó tres años después su fama como especialista en materiales singulares. La película sobre un hombre terriblemente deformado que en la Inglaterra victoriana es comercializado como atracción de feria fue un éxito de taquilla internacional y recibió ocho nominaciones a los Oscar.

Luego de que su costosa cinta épica de ciencia ficción Dune (1984) resultara un fracaso en taquilla, Lynch regresó a los materiales extraños de probada eficacia. Blue Velvet, con Isabella Rossellini como cantante de club nocturno abusada, se convirtió rápidamente en un clásico de culto. Un lento movimiento de la cámara hacia una oreja cortada sobre un prado es sólo un indicador de las violentas composiciones que es capaz de crear Lynch.

Por la brutal road-movie Wild at Heart ganó la Palma de Oro en Cannes en 1990. Los críticos se entusiasmaron también con la serie de televisión Twin Peaks, ambientada en una pequeña ciudad de leñadores en el noroeste estadounidense. Le siguió el thriller Lost Highway (1997) sobre un asesino esquizofrénico.

Con The Straight Story (1999), Lynch hizo su película posiblemente "más normal", contando una historia sencilla: Un anciano viaja a bordo de su cortadora de césped durante semanas por el centro del país para visitar a su hermano.

Con el thriller Mulholland Drive el director se atrevió a entrar en la gran ciudad, en concreto, en su lugar de residencia Los Angeles, y consiguió el premio al mejor director en Cannes en 2001.

Tras tres años de rodaje en Polonia y California, Lynch está terminando ahora su nuevo trabajo, Inland Empire. La película sobre una mujer desaparecida en el desierto de Los Angeles posiblemente se presente en el Festival de Cannes de mayo próximo.

Lynch, que mantuvo una relación de varios años con Isabella Rossellini, tiene tres hijos. Su hija Jennifer Chambers Lynch está siguiendo sus pasos y en 1994 presentó el thriller Boxing Helena, una perversa historia de amor, en la que un médico quiere atar a su amada amputándole piernas y brazos