A partir de la aparición de Iron Man, el eterno retorno de Batman y la vuelta con ansias de revancha del Increíble Hulk, Hollywood deja en claro que este año buena parte de sus apuestas más taquilleras encuentran su inspiración en fórmulas animadas que lograron afirmarse en plenitud gracias a la televisión durante los años 60.
Este cuadro de estrenos desplegados simultáneamente en todo el mundo y respaldados por poderosas campañas de marketing y promoción se completa con la primera aparición cinematográfica de Meteoro, el temerario piloto de origen japonés que al volante del Mach 5 se convirtió en uno de los personajes surgidos del dibujo animado con popularidad más perdurable entre nosotros.
Pero hay algo más que un ejercicio de nostalgia en la primera aproximación a este ingreso de Meteoro en la pantalla grande de la mano de los hermanos Larry y Andy Wachowski, los mismos de Matrix . Meteoro, la película ( Speed Racer ), cuyo estreno Warner anuncia , aparece al mismo tiempo como el intento más ambicioso conocido hasta aquí de reproducir en el cine la estética, el modo de narrar y hasta el espíritu del animé japonés.
No se trata, es cierto, de algo nuevo: hacia atrás queda el registro del paso por el cine de diversos títulos surgidos de la animación japonesa, de Pokémon a El viaje de Chihiro , y hacia adelante se habla con entusiasmo en estos días de futuros proyectos como Akira , detrás del cual estaría Leonardo DiCaprio, y Ghost in the Shell , tal vez a cargo de Steven Spielberg.
Pero Meteoro, la película, reclama ser vista desde otra perspectiva, al actualizar un personaje que en 40 años de vida animada no alteró su esencia y sus características y sólo este año asistió a una actualización televisiva a través de la serie Speed Racer: The Next Generation , producida en Estados Unidos. Sobre todo porque detrás están nada menos que Larry y Andy Wachowski, tal vez los más esquivos realizadores del primer plano actual de Hollywood, que desde la trilogía de Matrix no encaraban con sello propio otro proyecto, más allá de su compromiso en la producción y la concepción visual de V de Venganza .
Los realizadores exigen cláusulas contractuales que los eximen de hablar con la prensa y hasta se hicieron presentes de incógnito en la avant-premiere del film en Los Angeles, a fines de abril. De hecho, en la larga pausa que medió entre Matrix y Meteoro, la película , se habló mucho más de los rumores acerca de una presunta operación de cambio de sexo para Larry Wachowski que de los proyectos del dúo.
"Ellos son como los hermanos Coen, pero llegados de otro mundo", resumió Emile Hirsch, el juvenil protagonista de Hacia rutas salvajes , seleccionado entre 200 aspirantes para encarnar a Meteoro, el parecer de productores e intérpretes del film respecto del excéntrico dúo, lanzado de lleno a esta producción a partir del confeso e incondicional fanatismo de ambos por el cómic japonés que le dio origen.
Dos estéticas
Es justamente el cruce entre la estética del dibujo original y la estética Matrix de los guionistas y directores la que despierta mayores incógnitas. Por lo pronto, la mayor parte de los 120 millones de dólares invertidos en la producción se empleó en el vasto despliegue de efectos visuales a través de los cuales Meteoro, la película se ve "en dos dimensiones y media", como reconoció el supervisor de efectos especiales Kim Liberi. "¿Usted llegó a ver el videogame OutRun , que apareció en los años 80 y en donde las palmeras pasan volando ante nuestra vista? Gran parte de esta película muestra el mismo efecto. Los elementos visuales vuelan a lo largo del camino", señaló Liberi a la revista Entertainment Weekly .
A partir de esta idea, la película se desarrolló más en escenarios virtuales que reales. De hecho, los Wachowski enviaron equipos enteros de fotógrafos y especialistas a recorrer distintos lugares del mundo (Grecia, Italia, Marruecos, Francia, Alemania, Estados Unidos) y tomar imágenes de lugares atractivos, imponentes o fácilmente reconocibles por el gran público, con la idea de incluirlas más tarde en las vertiginosas competencias que ocupan la columna vertebral del film. Todas esas imágenes se agregaron digitalmente al trabajo de los actores, hecho casi todo el tiempo en estudios situados en Berlín, siempre sobre un fondo similar al de una pantalla verde.
En la mayor parte del rodaje los intérpretes se colocaban dentro de giróscopos que los realizadores manejaban a control remoto. "No tuve ni siquiera necesidad de manejar porque no hubo durante todo el rodaje ni un solo auto verdadero. Era como vivir en una pequeña Matrix", llegó a reconocer Hirsch.
Fidelidad al original
Los otros dos elementos clave del film también parecen a primera vista relacionados con la devoción de los realizadores por el dibujo original: por un lado, un trabajo de color y diseño de producción que escrupulosamente reproduce las caracterizaciones de la serie animada de los años 60 (basta con ver la casaca azul y el pañuelo al cuello del protagonista), reforzadas por colores vivos y muy fuertes, además de otros elementos de la cultura pop. Por el otro, similar fidelidad para recrear a los personajes que rodean a Meteoro a partir de rasgos similares a los de la serie animada: su novia Trixie (Christina Ricci), sus padres (John Goodman y Susan Sarandon), su hermano menor Chispita (Paulie Lott), el mono Chito, el mecánico Bujía (Rick Gurry) y X, el conductor enmascarado (Matthew Fox, protagonista de Lost ), en quien perdura el gran misterio en torno de la identidad de Rex Racer, el hermano mayor de Meteoro, fallecido durante una carrera.
Incógnita que sobrevolará también buena parte de esta producción, que se exhibirá aquí con un centenar de copias, el 60 de las cuales está doblada al español y el resto lleva subtítulos.
Por Marcelo Stiletano
De la Redacción de LA NACION - Argentina
Este cuadro de estrenos desplegados simultáneamente en todo el mundo y respaldados por poderosas campañas de marketing y promoción se completa con la primera aparición cinematográfica de Meteoro, el temerario piloto de origen japonés que al volante del Mach 5 se convirtió en uno de los personajes surgidos del dibujo animado con popularidad más perdurable entre nosotros.
Pero hay algo más que un ejercicio de nostalgia en la primera aproximación a este ingreso de Meteoro en la pantalla grande de la mano de los hermanos Larry y Andy Wachowski, los mismos de Matrix . Meteoro, la película ( Speed Racer ), cuyo estreno Warner anuncia , aparece al mismo tiempo como el intento más ambicioso conocido hasta aquí de reproducir en el cine la estética, el modo de narrar y hasta el espíritu del animé japonés.
No se trata, es cierto, de algo nuevo: hacia atrás queda el registro del paso por el cine de diversos títulos surgidos de la animación japonesa, de Pokémon a El viaje de Chihiro , y hacia adelante se habla con entusiasmo en estos días de futuros proyectos como Akira , detrás del cual estaría Leonardo DiCaprio, y Ghost in the Shell , tal vez a cargo de Steven Spielberg.
Pero Meteoro, la película, reclama ser vista desde otra perspectiva, al actualizar un personaje que en 40 años de vida animada no alteró su esencia y sus características y sólo este año asistió a una actualización televisiva a través de la serie Speed Racer: The Next Generation , producida en Estados Unidos. Sobre todo porque detrás están nada menos que Larry y Andy Wachowski, tal vez los más esquivos realizadores del primer plano actual de Hollywood, que desde la trilogía de Matrix no encaraban con sello propio otro proyecto, más allá de su compromiso en la producción y la concepción visual de V de Venganza .
Los realizadores exigen cláusulas contractuales que los eximen de hablar con la prensa y hasta se hicieron presentes de incógnito en la avant-premiere del film en Los Angeles, a fines de abril. De hecho, en la larga pausa que medió entre Matrix y Meteoro, la película , se habló mucho más de los rumores acerca de una presunta operación de cambio de sexo para Larry Wachowski que de los proyectos del dúo.
"Ellos son como los hermanos Coen, pero llegados de otro mundo", resumió Emile Hirsch, el juvenil protagonista de Hacia rutas salvajes , seleccionado entre 200 aspirantes para encarnar a Meteoro, el parecer de productores e intérpretes del film respecto del excéntrico dúo, lanzado de lleno a esta producción a partir del confeso e incondicional fanatismo de ambos por el cómic japonés que le dio origen.
Dos estéticas
Es justamente el cruce entre la estética del dibujo original y la estética Matrix de los guionistas y directores la que despierta mayores incógnitas. Por lo pronto, la mayor parte de los 120 millones de dólares invertidos en la producción se empleó en el vasto despliegue de efectos visuales a través de los cuales Meteoro, la película se ve "en dos dimensiones y media", como reconoció el supervisor de efectos especiales Kim Liberi. "¿Usted llegó a ver el videogame OutRun , que apareció en los años 80 y en donde las palmeras pasan volando ante nuestra vista? Gran parte de esta película muestra el mismo efecto. Los elementos visuales vuelan a lo largo del camino", señaló Liberi a la revista Entertainment Weekly .
A partir de esta idea, la película se desarrolló más en escenarios virtuales que reales. De hecho, los Wachowski enviaron equipos enteros de fotógrafos y especialistas a recorrer distintos lugares del mundo (Grecia, Italia, Marruecos, Francia, Alemania, Estados Unidos) y tomar imágenes de lugares atractivos, imponentes o fácilmente reconocibles por el gran público, con la idea de incluirlas más tarde en las vertiginosas competencias que ocupan la columna vertebral del film. Todas esas imágenes se agregaron digitalmente al trabajo de los actores, hecho casi todo el tiempo en estudios situados en Berlín, siempre sobre un fondo similar al de una pantalla verde.
En la mayor parte del rodaje los intérpretes se colocaban dentro de giróscopos que los realizadores manejaban a control remoto. "No tuve ni siquiera necesidad de manejar porque no hubo durante todo el rodaje ni un solo auto verdadero. Era como vivir en una pequeña Matrix", llegó a reconocer Hirsch.
Fidelidad al original
Los otros dos elementos clave del film también parecen a primera vista relacionados con la devoción de los realizadores por el dibujo original: por un lado, un trabajo de color y diseño de producción que escrupulosamente reproduce las caracterizaciones de la serie animada de los años 60 (basta con ver la casaca azul y el pañuelo al cuello del protagonista), reforzadas por colores vivos y muy fuertes, además de otros elementos de la cultura pop. Por el otro, similar fidelidad para recrear a los personajes que rodean a Meteoro a partir de rasgos similares a los de la serie animada: su novia Trixie (Christina Ricci), sus padres (John Goodman y Susan Sarandon), su hermano menor Chispita (Paulie Lott), el mono Chito, el mecánico Bujía (Rick Gurry) y X, el conductor enmascarado (Matthew Fox, protagonista de Lost ), en quien perdura el gran misterio en torno de la identidad de Rex Racer, el hermano mayor de Meteoro, fallecido durante una carrera.
Incógnita que sobrevolará también buena parte de esta producción, que se exhibirá aquí con un centenar de copias, el 60 de las cuales está doblada al español y el resto lleva subtítulos.
Por Marcelo Stiletano
De la Redacción de LA NACION - Argentina