Tras unos días de lluvia, ya hace bastante calor sobre Cannes. La ciudad se va vaciando a medida de que el mercado -que convoca a más de la mitad de la población que llega hasta aquí- va terminando. Ya el jueves se sentían las calles más tranquilas. Y ayer se notaba aun más.
De cualquier manera, el lleno de la Sala Lumière era total para ver una de las películas más esperadas de la competencia, Synecdoche New York, debut como director de Charlie Kaufman, famoso como guionista de ¿Quieres ser John Malkovich?, El ladrón de orquídeas y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, por la que ganó el Oscar.
Synecdoche... es, acaso, la más ambiciosa de sus historias, pero también una de sus más problemáticas y fallidas. El filme se centra en un autor teatral (Philip Seymour Hoffman), casado y con una niña, que vive deprimido y cree que se va a morir. Su mujer, artista plástica (Catherine Keener), lo abandona y se lleva a su hija. El, en tanto, se empieza a relacionar con otras mujeres (la que atiende la taquilla del teatro y una de sus actrices, encarnadas por Samantha Morton y Michelle Williams, respectivamente).
Su vida pega un giro cuando recibe una beca que le permite crear una ambiciosa obra. Conseguirá un gran galpón en Nueva York y allí intentará recrear la trama de su vida sin poder jamás terminarla a lo largo de décadas, con actores interpretando a los personajes de la película paralelamente a ellos... El principio de una trama que llega a niveles delirantes de complejidad.
La temática de Synecdoche... es similar a la de los anteriores guiones de Kaufman, pero aquí se excede en su ambición y los temas se pierden en el juego de ecos y de dobles. Igual, hay suficiente material inteligente como para interesar a los fanáticos de la torturada psicología de Kaufman. "Hubo momentos de mucho estrés, pero me gustó la experiencia -dijo el director-. Me gusta trabajar con actores, me gusta hablar con ellos sobre lo que hace falta hablar para entender a los personajes".
"El guión es, probablemente, uno de los mejores que leí en mi vida -agregó Hoffman-. El supo verme muy bien cuando filmábamos y metió cosas mías al personaje, por más que no sean mis aspectos más presentables".
El filme encontró reacciones divididas, como Adoration, una nueva exploración en la relación del hombre y la tecnología digital de parte del canadiense Atom Egoyan (El dulce porvenir), quien no parece poder levantar cabeza ya a años de sus mejores obras.
El que viene en buena racha es Abel Ferrara. Tras la divertida Go Go Tales presentó, fuera de competencia, un pequeño y simpático documental, Chelsea on the Rocks, centrado en la historia del mítico Chelsea Hotel neoyorquino por donde pasaron (y vivieron) centenares de artistas.
Tras la venta del hotel y de su posible conversión en una franquicia de una anodina cadena, Ferrara celebra la mitología de sexo, drogas y rocanrol del lugar, con sus habitantes actuales (y de antes) contando fascinantes historias del hotel por el que pasaron desde Dylan Thomas hasta Bob Dylan
De cualquier manera, el lleno de la Sala Lumière era total para ver una de las películas más esperadas de la competencia, Synecdoche New York, debut como director de Charlie Kaufman, famoso como guionista de ¿Quieres ser John Malkovich?, El ladrón de orquídeas y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, por la que ganó el Oscar.
Synecdoche... es, acaso, la más ambiciosa de sus historias, pero también una de sus más problemáticas y fallidas. El filme se centra en un autor teatral (Philip Seymour Hoffman), casado y con una niña, que vive deprimido y cree que se va a morir. Su mujer, artista plástica (Catherine Keener), lo abandona y se lleva a su hija. El, en tanto, se empieza a relacionar con otras mujeres (la que atiende la taquilla del teatro y una de sus actrices, encarnadas por Samantha Morton y Michelle Williams, respectivamente).
Su vida pega un giro cuando recibe una beca que le permite crear una ambiciosa obra. Conseguirá un gran galpón en Nueva York y allí intentará recrear la trama de su vida sin poder jamás terminarla a lo largo de décadas, con actores interpretando a los personajes de la película paralelamente a ellos... El principio de una trama que llega a niveles delirantes de complejidad.
La temática de Synecdoche... es similar a la de los anteriores guiones de Kaufman, pero aquí se excede en su ambición y los temas se pierden en el juego de ecos y de dobles. Igual, hay suficiente material inteligente como para interesar a los fanáticos de la torturada psicología de Kaufman. "Hubo momentos de mucho estrés, pero me gustó la experiencia -dijo el director-. Me gusta trabajar con actores, me gusta hablar con ellos sobre lo que hace falta hablar para entender a los personajes".
"El guión es, probablemente, uno de los mejores que leí en mi vida -agregó Hoffman-. El supo verme muy bien cuando filmábamos y metió cosas mías al personaje, por más que no sean mis aspectos más presentables".
El filme encontró reacciones divididas, como Adoration, una nueva exploración en la relación del hombre y la tecnología digital de parte del canadiense Atom Egoyan (El dulce porvenir), quien no parece poder levantar cabeza ya a años de sus mejores obras.
El que viene en buena racha es Abel Ferrara. Tras la divertida Go Go Tales presentó, fuera de competencia, un pequeño y simpático documental, Chelsea on the Rocks, centrado en la historia del mítico Chelsea Hotel neoyorquino por donde pasaron (y vivieron) centenares de artistas.
Tras la venta del hotel y de su posible conversión en una franquicia de una anodina cadena, Ferrara celebra la mitología de sexo, drogas y rocanrol del lugar, con sus habitantes actuales (y de antes) contando fascinantes historias del hotel por el que pasaron desde Dylan Thomas hasta Bob Dylan