El palmarés oficial concluyó anoche la 61ª edición del Festival de Cannes, competencia que tuvo como ganadora de la Palma de Oro a la película francesa Entre les murs, de Laurent Cantet. El actor Benicio del Toro se llevo el premio por por su interpretación de Ernesto "Che" Guevara en el filme Che, de Steven Soderbergh.
Otros premios de la competencia -que tuvo 22 películas y un jurado integrado por Sean Penn, Alfonso Cuaron y Natalie Portman, entre otros-, fueron para Gomorrah, del italiano Matteo Garrone (Gran Premio del Jurado), Nuri Bilge Ceylan (Mejor director, por Three Monkeys) e Il Divo, del también italiano Paolo Sorrentino (Premio del Jurado), en una premiación que se puede considerar más que justa ya que varios de esos filmes estuvieron entre lo mejor de la competición.
El Premio Especial del 61ª aniversario "por el conjunto de su obra" fue para Catherine Deneuve, que estuvo aquí con la película Un cuento de Navidad, de Arnaud Desplechin; y para Clint Eastwood, director de The Exchange, a quien muchos veían, en los días previos, como candidato a la Palma de Oro.
En el rubro actoral la otra ganadora, sorpresiva, fue Sandra Corveloni, que encarna a la madre de cuatro chicos en la película brasileña Linha de passe, de Walter Salles y Daniela Thomas. El premio al mejor guión, en tanto, fue para los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne por su película, la belga El silencio de Lorna.
La Cámara de Oro, importante premio dado a las óperas primas lo ganó finalmente el inglés Steve McQueen (nada que ver con el fallecido actor) por su filme Hunger, sobre la huelga de hambre de un miembro del IRA.
"Quiero dedicar este premio a la memoria de Che Guevara", dijo Del Toro, que agradeció al director "que estuvo siempre ahí cuando no sabía que hacer". Era divertido ver el cruce de miradas entre Penn y Del Toro, dos viejos amigos, mientras el premiado subía al escenario.
Cantet recibió su trofeo de parte de Robert De Niro, quien vino para presentar la película de clausura, What Just Happened? ("¿Qué acaba de suceder?), comedia de Barry Levinson que protagoniza. El director subió al escenario con buena parte de los chicos que componen el elenco de su película, centrada en un año en la vida de un curso de escuela secundaria. Mientras el público de la Sala Lumiere ovacionaba de pie, se veía a Sean Penn aplaudiendo, emocionado, desde el costado del escenario.
El director de Recursos humanos y El empleo del tiempo rodó casi a la manera de un documental, la clase de una escuela de los suburbios de París con un maestro de francés y sus alumnos, relación que se va tornando cada vez más conflictiva. El filme, además de su rigurosa puesta formal (la cámara jamás sale del colegio) impacta por las emociones que genera sin golpes bajos, y por la pintura de la Francia multicultural y multiétnica del siglo XXI.
Para quienes también fue una gran premiación fue para los italianos, quienes se llevaron dos de los lauros principales. Para ese país, de larga tradición cinematográfica y con una buena cantidad de Palmas de Oro (La dolce vita, El gatopardo, Padre Padrone, entre otras), significa un reconocimiento importante luego de una etapa de crisis. Garrone y Sorrentino pertenecen a la nueva generación de cineastas de la que, se espera, renueven el cine de arte de ese país.
"Vimos muchas películas increíbles, una mejor y más emotiva que la siguiente -había anunciado Penn-. Y muchas que no tienen reconocimientos nos gustaron mucho también. Se que cuando anunciemos los premios muchos dirán ¿Qué acaba de suceder?", aludiendo al título de la película de clausura. Pero no fue así. De hecho, fue una más que justa y digna premiación.
Otros premios de la competencia -que tuvo 22 películas y un jurado integrado por Sean Penn, Alfonso Cuaron y Natalie Portman, entre otros-, fueron para Gomorrah, del italiano Matteo Garrone (Gran Premio del Jurado), Nuri Bilge Ceylan (Mejor director, por Three Monkeys) e Il Divo, del también italiano Paolo Sorrentino (Premio del Jurado), en una premiación que se puede considerar más que justa ya que varios de esos filmes estuvieron entre lo mejor de la competición.
El Premio Especial del 61ª aniversario "por el conjunto de su obra" fue para Catherine Deneuve, que estuvo aquí con la película Un cuento de Navidad, de Arnaud Desplechin; y para Clint Eastwood, director de The Exchange, a quien muchos veían, en los días previos, como candidato a la Palma de Oro.
En el rubro actoral la otra ganadora, sorpresiva, fue Sandra Corveloni, que encarna a la madre de cuatro chicos en la película brasileña Linha de passe, de Walter Salles y Daniela Thomas. El premio al mejor guión, en tanto, fue para los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne por su película, la belga El silencio de Lorna.
La Cámara de Oro, importante premio dado a las óperas primas lo ganó finalmente el inglés Steve McQueen (nada que ver con el fallecido actor) por su filme Hunger, sobre la huelga de hambre de un miembro del IRA.
"Quiero dedicar este premio a la memoria de Che Guevara", dijo Del Toro, que agradeció al director "que estuvo siempre ahí cuando no sabía que hacer". Era divertido ver el cruce de miradas entre Penn y Del Toro, dos viejos amigos, mientras el premiado subía al escenario.
Cantet recibió su trofeo de parte de Robert De Niro, quien vino para presentar la película de clausura, What Just Happened? ("¿Qué acaba de suceder?), comedia de Barry Levinson que protagoniza. El director subió al escenario con buena parte de los chicos que componen el elenco de su película, centrada en un año en la vida de un curso de escuela secundaria. Mientras el público de la Sala Lumiere ovacionaba de pie, se veía a Sean Penn aplaudiendo, emocionado, desde el costado del escenario.
El director de Recursos humanos y El empleo del tiempo rodó casi a la manera de un documental, la clase de una escuela de los suburbios de París con un maestro de francés y sus alumnos, relación que se va tornando cada vez más conflictiva. El filme, además de su rigurosa puesta formal (la cámara jamás sale del colegio) impacta por las emociones que genera sin golpes bajos, y por la pintura de la Francia multicultural y multiétnica del siglo XXI.
Para quienes también fue una gran premiación fue para los italianos, quienes se llevaron dos de los lauros principales. Para ese país, de larga tradición cinematográfica y con una buena cantidad de Palmas de Oro (La dolce vita, El gatopardo, Padre Padrone, entre otras), significa un reconocimiento importante luego de una etapa de crisis. Garrone y Sorrentino pertenecen a la nueva generación de cineastas de la que, se espera, renueven el cine de arte de ese país.
"Vimos muchas películas increíbles, una mejor y más emotiva que la siguiente -había anunciado Penn-. Y muchas que no tienen reconocimientos nos gustaron mucho también. Se que cuando anunciemos los premios muchos dirán ¿Qué acaba de suceder?", aludiendo al título de la película de clausura. Pero no fue así. De hecho, fue una más que justa y digna premiación.