"El terremoto va a influir en mi consideración de casi todas las películas", respondió el actor a una periodista china que le preguntaba si el sismo que dejó miles de muertos en China modificará su mirada sobre la competición.
"Lo mismo digo con lo que sucede en Birmania. Estas cosas que pasan forman parte de las emociones y de la vida que compartimos todos, nos vuelven más ásperos", añadió el presidente del jurado, una de las figuras de Hollywood más comprometidas en el frente político mundial.
"Cuando pasan este tipo de cosas, todos los gobiernos, incluido el mío, controlan a la gente y le impiden el acceso a la ayuda que necesitan. La gente tiene que echarlos", dijo.
Otros miembros del jurado también hablaron de política con los periodistas. La actriz francesa Jeanne Balibar, por ejemplo, denunció las expulsiones de extranjeros en Francia.
"La política está en un decorado, en una música, en unos sonidos, colores, imágenes, en la elección de personajes", estimó a su vez Rachid Bouchareb, premiado en 2006 por "Indigènes".
Sin embargo, es necesario que una película sea ante todo "una obra de arte" y no "un panfleto que se agarra y se tira", si queremos que el mensaje sea entendido, subrayó Marjane Satrapi, directora iraní de "Persépolis".
"Todos somos multiculturales hoy en día", destacó por su parte el director mexicano Alfonso Cuarón. "Las películas son de países y el cine es un lenguaje. No se pueden añadir adjetivos para juzgar una película", estimó.
"Sea cual sea la forma de elegir la Palma de Oro, creo que estamos todos de acuerdo: el director o directora de esa película se haya mostrado muy consciente del mundo que le rodea", concluyó Sean Penn