
Pero así fue. El disco, que estaba terminado en mayo del 2003, fue rechazado en repetidas ocasiones por los ejecutivos de Sony Music (hoy Sony BMG), quienes lo consideraban un álbum sin "potencial comercial". La ciega actitud del sello discográfico puso en duda la edición final del álbum y por mucho tiempo se pensó que quedaría como un proyecto con timbre de abortado. Sin embargo, la negativa de la compañía se expandió por internet, provocando la furia de sus fans, quienes llegaron a fundar la organización Free Fiona.
Como símbolo de su descontento, enviaron miles de manzanas a las oficinas del gigante Sony. La artista recuerda que en enero del 2005, mientras miraba "Columbo" en la televisión, supo de las protestas de sus fans. "Estaba llorando de felicidad, porque se habían organizado y se preocupaban por mí" señaló a la revista Rolling Stone.
Junto con estas muestras de adhesión, las canciones de Apple producidas por Jon Brion -el mismo de su trabajo anterior "When the Pawn hits the conflicts...", de 1999- de alguna manera se filtraron en varios sitios web, lo que hizo acrecentar aún más la leyenda. Total ya existía el antecedente del último álbum de Wilco, también rechazado por su sello, el cual todavía no logra ser editado oficialmente.

¿El resultado? Una obra que será recordada por sus dos versiones, la original de Jon Brion y la nueva de Mike Elizondo. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero para los fans resultan ineludibles y en los foros virtuales las controversias de cuál es el mejor ya se han iniciado. Lo curioso es que el álbum, a pesar de la reingeniería practicada por Elizondo, siguió siendo "no comercial", aunque un tanto más accesible y menos "artístico" que la propuesta de Brion.
De todas maneras, en "Extraordinary Machine" Fiona Apple vuelve a encandilar con esa voz agridulce. Ahí están las letras íntimas y el peso musical de un disco con historia propia. Como siempre debió haber sido.