A 31 años de la renuncia de Richard Nixon, en el verano de 1974, Hollywood redescubre el Watergate. Brad Pitt, Tom Hanks y Robert Redford competirán por el honor de decir la última palabra en torno de los hechos iniciados en julio de 1972, cuando los responsables de la campaña electoral de Nixon fueron arrestados mientras trataban de ingresar clandestinamente en el cuartel general del Partido Demócrata, donde habían instalado un sofisticado sistema de escuchas telefónicas.
El primero de los films en preparación se basa en el drama teatral de John Jeter "Dirty Tricks" (Juegos sucios) y será realizado por Plan B, la productora de Brad Pitt, que, según algunos rumores, habría recibido la sugerencia de llevar adelante este proyecto de la mismísima Angelina Jolie, una de las estrellas de Hollywood más políticamente comprometidas del momento. De todas maneras, Jolie no tendrá ningún papel en el film, que será dirigido por Ryan Murphy y contará con un elenco estelar.
La protagonista será Meryl Streep, que encarnará a Martha Mitchell, la esposa del entonces ministro de Justicia John Mitchell, a la que todos apodaban "la boca que ruge", por todos los secretos que susurraba a los periodistas del Washington Post. Junto a ella, Annette Bening será Helen Thomas, periodista de la agencia United Press International, y Gwyneth Paltrow hará lo propio con Maureen Dean, esposa del consejero de la Casa Blanca John Dean, que jamás abandonó a su esposo durante el escándalo.
El título de la película hace referencia, precisamente, al altísimo precio humano y personal que Martha Mitchell debió pagar una vez que se descubrió que divulgaba a la prensa información que incriminaba a los republicanos. Desde ese momento, la administración Nixon hizo todo lo posible por hacerla callar, al extremo de hacer correr la voz de que era una psicópata adicta al alcohol y que su marido la encerraba en un armario para impedir que hablara. "El único modo de hacerla callar pasaba por desacreditarla. Pagó un precio muy alto por decir la verdad: su marido la dejó y se llevó con él a sus hijos", dice Murphy, que iniciará el rodaje en abril o mayo de 2006.
La película más esperada sobre el tema lleva la firma de Tom Hanks, el único que contará en forma exclusiva con la colaboración del "Garganta Profunda" Mark Felt. La productora de Hanks, Playtone, le pagó al nonagenario ex directivo del FBI un millón y medio de dólares para adquirir, junto a Universal Pictures, los derechos del libro que escribirá y saldrá a la venta el año próximo. Se cree que el propio Hanks podría encarnar a Felt en el futuro film inspirado en ese texto.
Y en el Hollywood de nuestros días, donde las mejores ideas están destinadas a ser clonadas hasta el infinito, se dice cada vez con más fuerza que Robert Redford -el rostro en el cine de Bob Woodward en "Todos los hombres del presidente"- se dispone a dirigir una película sobre el escándalo, justamente inspirada en un libro del periodista, titulado "The Secret Man: The Story of Watergate´s Deep Throat" (El hombre secreto: la historia del "Garganta Profunda" del caso Watergate).
Un par de meses atrás, Redford fue visto mientras salía de la casa de su amigo Woodward, en Georgetown, con el libro bajo el brazo. "Hemos conversado y discutido mucho sobre el caso. Robert está obsesionado con el tema y es uno de los pocos que entienden a fondo lo que pasó en los tiempos del Watergate", reconoció el periodista
El primero de los films en preparación se basa en el drama teatral de John Jeter "Dirty Tricks" (Juegos sucios) y será realizado por Plan B, la productora de Brad Pitt, que, según algunos rumores, habría recibido la sugerencia de llevar adelante este proyecto de la mismísima Angelina Jolie, una de las estrellas de Hollywood más políticamente comprometidas del momento. De todas maneras, Jolie no tendrá ningún papel en el film, que será dirigido por Ryan Murphy y contará con un elenco estelar.
La protagonista será Meryl Streep, que encarnará a Martha Mitchell, la esposa del entonces ministro de Justicia John Mitchell, a la que todos apodaban "la boca que ruge", por todos los secretos que susurraba a los periodistas del Washington Post. Junto a ella, Annette Bening será Helen Thomas, periodista de la agencia United Press International, y Gwyneth Paltrow hará lo propio con Maureen Dean, esposa del consejero de la Casa Blanca John Dean, que jamás abandonó a su esposo durante el escándalo.
El título de la película hace referencia, precisamente, al altísimo precio humano y personal que Martha Mitchell debió pagar una vez que se descubrió que divulgaba a la prensa información que incriminaba a los republicanos. Desde ese momento, la administración Nixon hizo todo lo posible por hacerla callar, al extremo de hacer correr la voz de que era una psicópata adicta al alcohol y que su marido la encerraba en un armario para impedir que hablara. "El único modo de hacerla callar pasaba por desacreditarla. Pagó un precio muy alto por decir la verdad: su marido la dejó y se llevó con él a sus hijos", dice Murphy, que iniciará el rodaje en abril o mayo de 2006.
La película más esperada sobre el tema lleva la firma de Tom Hanks, el único que contará en forma exclusiva con la colaboración del "Garganta Profunda" Mark Felt. La productora de Hanks, Playtone, le pagó al nonagenario ex directivo del FBI un millón y medio de dólares para adquirir, junto a Universal Pictures, los derechos del libro que escribirá y saldrá a la venta el año próximo. Se cree que el propio Hanks podría encarnar a Felt en el futuro film inspirado en ese texto.
Y en el Hollywood de nuestros días, donde las mejores ideas están destinadas a ser clonadas hasta el infinito, se dice cada vez con más fuerza que Robert Redford -el rostro en el cine de Bob Woodward en "Todos los hombres del presidente"- se dispone a dirigir una película sobre el escándalo, justamente inspirada en un libro del periodista, titulado "The Secret Man: The Story of Watergate´s Deep Throat" (El hombre secreto: la historia del "Garganta Profunda" del caso Watergate).
Un par de meses atrás, Redford fue visto mientras salía de la casa de su amigo Woodward, en Georgetown, con el libro bajo el brazo. "Hemos conversado y discutido mucho sobre el caso. Robert está obsesionado con el tema y es uno de los pocos que entienden a fondo lo que pasó en los tiempos del Watergate", reconoció el periodista