Contada a la manera de una fábula moderna, casi como un western crepuscular, Cronenberg pone en escena diferentes e inquietantes cuestionamientos: ¿en qué consiste la heroicidad moderna?, ¿es la familia una institución social capaz de anidar verdaderos monstruos?, ¿es la violencia y la muerte la única salida posible?, ¿pueden convivir en el mismo cuerpo distintas fuerzas extremas y antagónicas?, ¿la violencia se transmite como una enfermedad, como un virus (obsesión cronenberiana) de generación en generación?. Muchos otros interrogantes, también políticos, éticos y morales recorren Una historia violenta. Una película inteligente, planificada, obsesiva y recurrente, violenta y cotidiana, reflexiva y superficial, una historia que nos cuenta y se cuenta a sí misma con una natural e inusual fluidez
