La despedida de Ilsa y Rick, Rhett mandando al carajo a Scarlett O'Hara, Jack y Rose “volando” en la proa del Titanic,Los 100 magníficos, los lectores de la publicación han escogido las imágenes y los sonidos que perduran en su memoria. Norma Desmond interpretando su escena final, un baño nocturno en la Fontana di Trevi... Bajo el epígrafe
Hace diez semanas se empezó a publicar la selección en su página web. Escena número 100: Julieta se suicida ante el cadáver de Romeo en la versión del clásico de Shakespeare que rodó Franco Zeffirelli. Canción número 100: la voz etérea de Lisa Gerrard acompaña los recuerdos felices de Russell Crowe en Gladiator. Moda en los Oscar número 100: Madonna vestida como Marilyn Monroe para cantar ‘Sooner or later’, de Dick Tracy, en la ceremonia de 1991.
Este fin de semana se ha dado a conocer el veredicto final. Escena número uno: la falda de Marilyn al viento sobre la rejilla del metro en "La comezón del septimo año". Canción número uno: Dooley Wilson, ante la insistencia de Ingrid Bergman, canta ‘As time goes by’ en Casablanca. Moda en los Oscar número uno: Grace Nelly, inminente princesa de Mónaco, luce un vestido de seda azul pálido diseñado por Edith Head en la entrega de 1955.
La propuesta de Variety abre tres caminos para recordar y propone tres formas para revisar los mitos y reconocer como inmortales escenas que todavía resultan cercanas. Es el caso de Julia Roberts y su vestido rojo emocionada ante el collar que le extiende Richard Gere en Pretty woman (puesto 40) o los dibujos protagonistas de La bella y la bestia bailando bajo una gran araña de cristal mientras canta Angela Lansbury con forma de tetera (puesto 52).
Estrellas en blanco y negro
Pero la estrella de la selección es el blanco y negro. Escenas irrepetibles de estrellas que nunca se apagarán. Marlon Brando llamando a gritos a Stella en Un tranvía llamado deseo (15), Greta Garbo agonizante en La dama de las camelias (22), King Kong en lo más alto del Empire State (35), Rita Hayworth reflejada un millar de veces en los espejos rotos de La dama de Shangai (91).
Aunque la mayor parte de las entradas son del cine estadounidense, también hay hueco para el europeo. Anita Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi en La dolce vita (5), una navaja que rompe un ojo como un huevo en la gran obra de Buñuel Un perro andaluz (puesto 53), el carrito de bebé que rueda escaleras abajo en El acorazado Potemkin (63) o Bruno Ganz sobre la Puerta de Brandemburgo en El cielo sobre Berlín (92).