Si hay alguien que sabe lo que es empezar desde abajo en Hollywood, ése es Clint Eastwood. Partió como secundario en películas de clase B y llegó a transformarse en un taquillero héroe de acción. Luego, en una maniobra milagrosa para alguien vinculado a un género mal mirado, llegó a consolidarse como uno de los mejores directores de Hollywood. En los últimos años, sus logros han sido varios: "Los imperdonables" (1992), "Río místico" (2003) y "Million dollar baby" (2004). Ya tiene dos Oscar a Mejor Director y, por las reacciones a su última película, un tercero podría ser realidad.
El pasado fin de semana debutó en Estados Unidos "La conquista del honor" ("Flags of our fathers"), tuvo una buena partida en la taquilla (tercer lugar con US$ 19,2 millones) y las críticas han sido auspiciosas. Stephen Hunter, del "Washington Post", dice: "Es una de las mejores películas de este joven siglo y del que lo precedió". Y Richard Roeper, del "Chicago Sun-Times", agrega: "Es una obra maestra americana. El trabajo poderoso de un cineasta de 76 años que permanece en su mejor forma".
La cinta narra la historia de los seis soldados estadounidenses fotografiados por el corresponsal de Associated Press, Joe Rosenthal, izando su bandera en la punta del monte Suribachi, en la isla japonesa de Iwo Jima, el 23 de febrero de 1945. Ese fue el momento más famoso de una batalla de más de un mes para apoderarse de ese punto estratégico durante la Segunda Guerra Mundial. Los tres sobrevivientes de esa foto volvieron a su país y fueron tratados como héroes. Sin embargo, la fama les hizo mirar sus vidas de manera diferente.
Esta cinta estaba dando vuelta hace años en la cabeza de Eastwood, desde que leyó la novela escrita por Ron Powers y James Bradley, hijo de uno de los sobrevivientes. Sin embargo, cuando quiso comprar los derechos descubrió que éstos eran propiedad de Dreamworks, el estudio de Steven Spielberg. El asunto salió a colación cuando ambos coincidieron en un evento. "Entonces, un par de años atrás, Steven me dijo: '¿Por qué no haces el proyecto con nosotros? Tú lo diriges y entre los dos lo producimos'. Y le dije que sí", ha dicho Eastwood.
La cinta, que costó US$ 55 millones, llega a nuestro país en el mes de diciembre
El pasado fin de semana debutó en Estados Unidos "La conquista del honor" ("Flags of our fathers"), tuvo una buena partida en la taquilla (tercer lugar con US$ 19,2 millones) y las críticas han sido auspiciosas. Stephen Hunter, del "Washington Post", dice: "Es una de las mejores películas de este joven siglo y del que lo precedió". Y Richard Roeper, del "Chicago Sun-Times", agrega: "Es una obra maestra americana. El trabajo poderoso de un cineasta de 76 años que permanece en su mejor forma".
La cinta narra la historia de los seis soldados estadounidenses fotografiados por el corresponsal de Associated Press, Joe Rosenthal, izando su bandera en la punta del monte Suribachi, en la isla japonesa de Iwo Jima, el 23 de febrero de 1945. Ese fue el momento más famoso de una batalla de más de un mes para apoderarse de ese punto estratégico durante la Segunda Guerra Mundial. Los tres sobrevivientes de esa foto volvieron a su país y fueron tratados como héroes. Sin embargo, la fama les hizo mirar sus vidas de manera diferente.
Esta cinta estaba dando vuelta hace años en la cabeza de Eastwood, desde que leyó la novela escrita por Ron Powers y James Bradley, hijo de uno de los sobrevivientes. Sin embargo, cuando quiso comprar los derechos descubrió que éstos eran propiedad de Dreamworks, el estudio de Steven Spielberg. El asunto salió a colación cuando ambos coincidieron en un evento. "Entonces, un par de años atrás, Steven me dijo: '¿Por qué no haces el proyecto con nosotros? Tú lo diriges y entre los dos lo producimos'. Y le dije que sí", ha dicho Eastwood.
La cinta, que costó US$ 55 millones, llega a nuestro país en el mes de diciembre