Michelle Pfeiffer ha dado vida a una vieja bruja obsesionada con rejuvenecer y plantificarse unos buenos pechos en su última película, Stardust, que llegará a fines de año. Durante la preparación del papel, la actriz de 49 años tuvo que mantener algunas "incómodas" conversaciones con los productores sobre el tamaño y la caída de sus pechos. Ella misma ha contado: "Teníamos reuniones y reuniones sobre la talla de mis pechos, sobre lo caídos y pellejos que deberían estar. Fue un poco raro".
La guapísima actriz ha explicado que su personaje es un reflejo de la obsesión actual por la belleza y la juventud: "Es algo que afecta a muchas personas hoy en día. Incluso los hombres han caído en ello. Pero es peor para las mujeres".
Pese a eso, Pfeiffer reconoce que se aún se siente joven y guapa. Pfeiffer, madre de dos hijos, bromeó con que, quizás, las personas mayores pierden la vista para no poder ver los efectos que la edad provoca en su aspecto. "Ahora mismo veo fatal. Pero encuentro a todo el mundo guapísimo".