Hoy "Los Soprano" llegan a su final. Será el último capítulo de una producción que tuvo a la audiencia a sus pies durante ocho años. Pero si para el público es un tema su fin, para el elenco aún más. El fin de la serie que los puso en el mapa despierta en ellos una sensación de duelo. Pero también de gratitud, especialmente a Dave Chase, el creador de la serie y también hacia James Gandolfini, quien le dio cuerpo al mafioso Tony Soprano. La mayoría del elenco coincide en que nunca más tendrán roles a la altura de éstos. ¿Puede Tony Sirico llegar a hacer de alguien tan inimitable como Paulie Walnuts? ¿Podrá James Gandolfini usar algún vestuario que le encaje tan bien como esa bata blanca que usaba Tony? Ellos lo tienen claro y aquí cuentan por qué.
James Gandolfini (45):
Tony Soprano
La única persona que no expresa lamentos a la hora de alejarse de "Los Soprano" es el hombre más hablador. "Obviamente esto cambió mi vida", dice James Gandolfini. Y agrega: "pero lo he superado. Estoy aliviado". Es que mantener vivo a Tony, incluso hablando figurativamente, tuvo su precio. Steven R. Schirripa, quien hacía de cuñado de Tony, dijo que al final de la serie, Gandolfini "se veía como alguien que se ha sacado el peso de un piano de encima".
Gandolfini tomó en serio su liderazgo en el show, más claramente luego de su problemática negociación de sueldo al principio de la quinta temporada. Un obstáculo no menor que llevó a HBO a detener la producción. Cuando volvió al set, Gandolfini invitó privadamente a una lista de sus colegas a su trailer, y uno por uno, les dio un cheque de diez mil dólares, diciéndoles, en palabras de uno de ellos, "gracias por aguantarme".
De su esposa en la televisión, interpretada por Edie Falco, Gandolfini dice: "Edie es como una fuerza de la naturaleza. Cuando hacíamos una escena, y ella se enojaba, me sentía pequeño".
A pesar de llamarlo "el trabajo más satisfactorio que jamás volveré a tener", Gandolfini no está mirando para atrás. "No, estoy muy listo para el cambio", cuenta.
Edie Falco (43):
Carmela Soprano
Edie Falco aún no puede enfrentar este final. "Hemos tenido muchos altos. Así que todavía me puedo engañar diciéndome que éste es uno más".
Para ella ha sido satisfactorio desde el principio, cuando se identificó con Carmela, la esposa del mafioso, aunque nunca pensó que ganaría el papel. "Yo no encajaba en cómo se veía una esposa italiana según lo que los creadores del show pensaban". Pero una vez que usó el vestuario necesario, lo consiguió. Para Falco hubo un momento especial de la serie, un recuerdo con la actriz Nancy Marchan - su suegra en el show- que estableció el estándar de trabajo en "Los Soprano": "Mi personaje, Carmela, hacía una fiesta con comida por todos lados. Estábamos grabando a las tres de la mañana. Todo el mundo se estaba cayendo de cansancio. Nancy está fuera de cámara y toma un pedazo de salame de una de las bandejas y, tratando de hacerme reír, lo empieza a pegar contra su lengua. No podía parar de reírme. Y pensé: ¿quién en este mundo lo pasa mejor que yo?". Era pura diversión.
Lorraine Bracco (52):
Dr. Jennifer Melfi
El diagnóstico de la psiquiatra Melfi que decía que Tony Soprano era un psicópata, daba justo en el blanco. Eso dice Lorraine Bracco. "Pero mi rol siempre creyó que realmente podía ayudar a Tony", añade. "Pienso que si Hitler hubiera llegado a la consulta de la doctora Melfi, ella hubiera tratado de hacerlo cambiar. Creo que ella ayudó a Tony a ser un mejor marido".
La doctora Melfi tuvo sólo un roce con el lado oscuro de Tony, cuando fue brutalmente violada y tuvo la oportunidad de venganza con sólo decirle a Tony que eliminara a su agresor: "Melfi es la línea moral que cruza la serie", dice Bracco. "¿Dónde podríamos haber ido con eso?". Para Bracco, los mejores momentos de la experiencia Soprano fueron las escenas que compartió a solas con Gandolfini, en la consulta. "Sentí que fue como boxear contra Muhammad Alí. Realmente me tocó un James Gandolfini en su mejor momento".
Jaime-Lynn Sigler (26):
Meadow Soprano
Tenía 17 años en el primer episodio. "Los últimos nueve años se sienten casi como un sueño", dice Sigler. El episodio que más la marcó fue de la primera temporada, cuando Tony lleva a Meadow a comprar cosas para la universidad, sólo para volver y eliminar a un soplón. En la revisión del guión, Gandolfini, quien se sentaba en un sillón de cuero, la recibió como a una igual, cediéndole la silla. "Me dijo 'éste es tu episodio"', recuerda ella.
Robert Iler (22):
A.J. Soprano
Habiendo pasado casi la mitad de su vida interpretando al hijo de Tony Soprano, Iler dice que apenas recuerda un momento en que no fuera un Soprano. Sus ratos más exigentes ocurrieron esta temporada con el intento de suicido de A.J. ¿Piensa él que Tony era un buen padre? "Sí", dice Iler, pero añade: "pienso que a veces quería a su hijo, pero que la mayoría del tiempo lo odiaba".
The New York Times
James Gandolfini (45):
Tony Soprano
La única persona que no expresa lamentos a la hora de alejarse de "Los Soprano" es el hombre más hablador. "Obviamente esto cambió mi vida", dice James Gandolfini. Y agrega: "pero lo he superado. Estoy aliviado". Es que mantener vivo a Tony, incluso hablando figurativamente, tuvo su precio. Steven R. Schirripa, quien hacía de cuñado de Tony, dijo que al final de la serie, Gandolfini "se veía como alguien que se ha sacado el peso de un piano de encima".
Gandolfini tomó en serio su liderazgo en el show, más claramente luego de su problemática negociación de sueldo al principio de la quinta temporada. Un obstáculo no menor que llevó a HBO a detener la producción. Cuando volvió al set, Gandolfini invitó privadamente a una lista de sus colegas a su trailer, y uno por uno, les dio un cheque de diez mil dólares, diciéndoles, en palabras de uno de ellos, "gracias por aguantarme".
De su esposa en la televisión, interpretada por Edie Falco, Gandolfini dice: "Edie es como una fuerza de la naturaleza. Cuando hacíamos una escena, y ella se enojaba, me sentía pequeño".
A pesar de llamarlo "el trabajo más satisfactorio que jamás volveré a tener", Gandolfini no está mirando para atrás. "No, estoy muy listo para el cambio", cuenta.
Edie Falco (43):
Carmela Soprano
Edie Falco aún no puede enfrentar este final. "Hemos tenido muchos altos. Así que todavía me puedo engañar diciéndome que éste es uno más".
Para ella ha sido satisfactorio desde el principio, cuando se identificó con Carmela, la esposa del mafioso, aunque nunca pensó que ganaría el papel. "Yo no encajaba en cómo se veía una esposa italiana según lo que los creadores del show pensaban". Pero una vez que usó el vestuario necesario, lo consiguió. Para Falco hubo un momento especial de la serie, un recuerdo con la actriz Nancy Marchan - su suegra en el show- que estableció el estándar de trabajo en "Los Soprano": "Mi personaje, Carmela, hacía una fiesta con comida por todos lados. Estábamos grabando a las tres de la mañana. Todo el mundo se estaba cayendo de cansancio. Nancy está fuera de cámara y toma un pedazo de salame de una de las bandejas y, tratando de hacerme reír, lo empieza a pegar contra su lengua. No podía parar de reírme. Y pensé: ¿quién en este mundo lo pasa mejor que yo?". Era pura diversión.
Lorraine Bracco (52):
Dr. Jennifer Melfi
El diagnóstico de la psiquiatra Melfi que decía que Tony Soprano era un psicópata, daba justo en el blanco. Eso dice Lorraine Bracco. "Pero mi rol siempre creyó que realmente podía ayudar a Tony", añade. "Pienso que si Hitler hubiera llegado a la consulta de la doctora Melfi, ella hubiera tratado de hacerlo cambiar. Creo que ella ayudó a Tony a ser un mejor marido".
La doctora Melfi tuvo sólo un roce con el lado oscuro de Tony, cuando fue brutalmente violada y tuvo la oportunidad de venganza con sólo decirle a Tony que eliminara a su agresor: "Melfi es la línea moral que cruza la serie", dice Bracco. "¿Dónde podríamos haber ido con eso?". Para Bracco, los mejores momentos de la experiencia Soprano fueron las escenas que compartió a solas con Gandolfini, en la consulta. "Sentí que fue como boxear contra Muhammad Alí. Realmente me tocó un James Gandolfini en su mejor momento".
Jaime-Lynn Sigler (26):
Meadow Soprano
Tenía 17 años en el primer episodio. "Los últimos nueve años se sienten casi como un sueño", dice Sigler. El episodio que más la marcó fue de la primera temporada, cuando Tony lleva a Meadow a comprar cosas para la universidad, sólo para volver y eliminar a un soplón. En la revisión del guión, Gandolfini, quien se sentaba en un sillón de cuero, la recibió como a una igual, cediéndole la silla. "Me dijo 'éste es tu episodio"', recuerda ella.
Robert Iler (22):
A.J. Soprano
Habiendo pasado casi la mitad de su vida interpretando al hijo de Tony Soprano, Iler dice que apenas recuerda un momento en que no fuera un Soprano. Sus ratos más exigentes ocurrieron esta temporada con el intento de suicido de A.J. ¿Piensa él que Tony era un buen padre? "Sí", dice Iler, pero añade: "pienso que a veces quería a su hijo, pero que la mayoría del tiempo lo odiaba".
The New York Times