El verano se acerca a su fin y la taquilla estadounidense ha llegado a superar los récords alcanzados hace tan sólo un año. A falta de que Hollywood cierre su contabilidad estival el primer lunes de septiembre, fecha en la que oficialmente se da por concluido el verano en Estados Unidos, la recaudación va tan sólo un 1% por debajo de la obtenida en 2004, año que hasta ahora mantiene el récord histórico. Pero, con los nuevos estrenos, la industria se juega algo más que sus ingresos. Lo que está en liza es su prestigio y, en última instancia, el Oscar. A partir de ahora, y sobre cuando se aproxime el fin del año, Hollywood descargará sobre el público una cartelera en la que se encontrará la película del año, esa que el próximo febrero se alzará con la preciada estatuilla.
El desembarco tendrá lugar en los festivales cinematográficos más conocidos. Allí llegará Clooney con su filme de suspense Michael Clayton, en el que personificará a un abogado neoyorquino especializado en resolver los peores problemas personales de sus clientes. Una cinta dirigida por el novel Tony Gilroy con la que Clooney volverá a repetir el doblete de 2005, al estrenar semanas más tarde Leatherheads, su nueva cinta como director y guionista, una comedia romántica con cierto sabor a pasado que también protagoniza. Es una repetición de la jugada que el pasado año le llevó al Oscar por su trabajo como actor en Syriana, tras lograr un total de cuatro candidaturas, incluida la de productor, por Good Night, and Good Luck.
En los escaparates
Sin Oscar en su haber y entre rumores de su posible adiós al mundo de la interpretación, el otro galán más idolatrado de Hollywood, además de amigo personal de Clooney, Brad Pitt, también presentará en Venecia su estreno antes de que The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford llegue a las pantallas estadounidenses el 21 de septiembre. La cinta dirigida por el neozelandés Andrew Dominik, autor de Chopper, sobre el asesinato del pistolero más rápido del Oeste también pasará por el Festival de Toronto en un intento de ganarse la máxima popularidad posible para sobrevivir la dura competición del otoño.
El Festival Internacional de Cine de Toronto, que se inaugura el próximo 6 de septiembre, se ha convertido en uno de los mejores escaparates de la cartelera para los futuros galardones del público y la crítica. Por allí tiene previsto también su paso No country for old men, con Javier Bardem y Tommy Lee Jones bajo la dirección de Joel y Ethan Cohen. Se trata de una historia de caos y violencia desatados cuando un cazador se topa con unos cadáveres, una bolsa de heroína y más de dos millones de dólares. También será el actor español protagonista de El amor en los tiempos del cólera, basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez y que se estrena el 16 de noviembre en EE UU. "Es mi libro preferido, pero también me ha dado la oportunidad de trabajar con mi actor favorito", dijo a la prensa una ilusionada Catalina Sandino Moreno, actriz que, como Bardem conoce los oscar, ella gracias a su candidatura como mejor actriz por María llena eres de gracia, él como mejor actor con Antes que anochezca.
Claro que la joya de la corona en Toronto está en manos de una actriz tres veces candidata al Oscar y condecorada con la estatuilla como mejor actriz secundaria con El aviador. Se trata de la australiana Cate Blanchett y su trabajo en The Golden Age. La continuación de Elizabeth tendrá en Toronto su estreno mundial el próximo 6 de septiembre con la presencia de Geoffrey Rush, de nuevo en el papel del consejero de la reina Elisabeth, y con el añadido de Clive Owen como sir Walter Raleigh, en una cinta que dirige de nuevo su artífice original, Shekhar Kapur. Otro esperado estreno de época previsto para diciembre en Estados Unidos es el de The Other Boleyn Girl, filme de Justin Chadwick donde las dudas sobre su calidad quedan superadas por el morbo de su reparto: Natalie Portman, Scarlett Johansson y Eric Bana, sex symbol para todos los gustos.
Lo que deja clara la cartelera que ahora se vislumbra para lo que queda de año es que no se han olvidado de llos filmes para todos los públicos. El público infantil y juvenil volverá a los cuentos de hadas con Enchanted, la réplica de los estudios Disney al éxito de Shrek pero en imagen real. Jodie Foster se tomará la justicia por su mano en The Brave One, cinta de Neil Jordan que también debutará en Toronto antes de su estreno en septiembre en las pantallas estadounidenses, y Ridley Scott asegura que American Gangsters, con Russell Crowe y Denzel Washington, es la mejor cinta del género de mafiosos desde El Padrino. A Nicole Kidman no le falta trabajo y al estreno hoy de The Invasion, nueva versión de La invasión de los ultracuerpos, suma entre noviembre y diciembre, respectivamente, la llegada del filme independiente Margot at the Wedding y el épico The Golden Compass, en el que junto a Daniel Craig espera sentar las bases de una nueva trilogía que emule el éxito de El señor de los anillos.
Mientras, su ex marido Tom Cruise intentará recuperar una credibilidad mancillada en sus últimos filmes con Lions for Lambs. La nueva cinta de Robert Redford como director rodea a Cruise de un poderoso reparto que incluye al propio Redford y a Meryl Streep. Cruise interpreta a un congresista que, junto a una periodista y a un profesor universitario, se interesa por la investigación de dos soldados estadounidenses heridos en Afganistán.
La moda otoño-invierno también incluye este año grandes dosis de música con Across the Universe, una mezcla de imagen real, animación y canciones de los Beatles de la mano de Julie Taymor (directora de Frida y de la versión teatral de El rey león), y Sweeney Todd, un musical de los pies a la cabeza, con Johnny Depp como "el barbero diabólico de Fleet Street" de la obra de Stephen Sondheim, que el popular pirata del Caribe entonará a las órdenes de Tim Burton.
Y si lo que busca el espectador es el gran espectáculo, lo hallará en Beowulf, el filme de Robert Zemeckis basado en un cómic de Neil Gaiman (el último amor de Hollywood a la hora de buscar ideas en el mundo de la historieta), donde el plato fuerte, más allá de una historia inspirada en una leyenda popular, es el nuevo uso de la animación por ordenador para recrear la interpretación de sus actores, un proceso que el llamado genio de los efectos especiales promete haber llevado más allá de los ya apodados "niños muertos" que poblaban el éxito de su anterior incursión en este terreno con The Polar Express