07 agosto 2007

Lost : La profecía se cumplió

Como se veía venir a lo largo de la temporada (o, al menos, lo podía ver Desmond en sus "visiones"), al torturado Charlie (Dominic Monaghan) le tocó el turno de dejar Lost. O, al menos, eso es lo que pareció en el final de la tercera temporada de la serie. Claro que, como toda muerte heroica que se precie, Charlie alcanzó a mandar un mensaje que puede ser fundamental para los sucesos posteriores. De hecho, ese mensaje escrito en su mano mientras se ahogaba ("No es el bote de Penny") podría salvar a todos los habitantes de la isla. O no.

También Charlie demostró sus habilidades musicales al descifrar una clave que consistía en tocar las primeras notas de "Good Vibrations" de Beach Boys. Pero pese a los esfuerzos de Desmond (
Henry Ian Cusick) por salvarlo, el hombre terminó ahogado. De cualquier manera, ocurrieron otras cosas fuertes en el último capítulo. La llegada de una misión de rescate parece inminente, pero también es muy probable que no se trate del "bote de Penny" que los sobrevivientes esperan. Tanto Ben (Michael Emerson) como John Locke (Terry O'Quinn) insisten en que no es buena idea hacer contacto con ellos. Pero Jack (Matthew Fox) no presta atención y da sus coordenadas para que el grupo sea rescatado. ¿O será masacrado?

Pero acaso lo más importante de todo el capítulo es que el extraño "flashback" que muestra a Jack con una larga barba, deprimido y alcohólico, resulta no ser tal, sino lo que técnicamente se llama un "flash forward". Esto es: eventos que transcurren después del "tiempo presente". ¿Qué sucede allí? ¿El grupo salió y, como aseguraban Ben y Locke, las cosas salieron mal? ¿Y de quién es el funeral al que Jack no quiere ir? Todos misterios que se resolverán, a partir de febrero de 2008 (en los Estados Unidos) y un par de meses después aquí, en las continuas y cada vez más enrevesadas aventuras de Lost