Una puerta se abre y otra debería cerrarse. Un misterio comienza y otro debería revelarse, resolverse. Esa es la regla de los guiones de las series televisivas de suspenso. Pero Lost no cumple con lo establecido. Esta historia es mucho más que un relato de intrigas listas para solucionarse después de una veintena de capítulos. Por eso, cuando mañana a las 20, por AXN se vea el último episodio de la tercera temporada de esta ficción es posible que los espectadores se queden con más dudas que certezas. La acción durante los últimos meses ubicó a los sobrevivientes del vuelo 815 en una guerra abierta con los otros, un grupo con brutales métodos y objetivos secretos que hasta ahora siguen sin aclararse.
Mientras esquivan la persecución los buenos, encabezados por el doctor Jack Shepard (Matthew Fox) encuentran la manera de transmitir su pedido del auxilio al exterior, pero sólo si uno de ellos, el músico Charlie (Dominic Monaghan) se sacrifica nadando hacia una estación submarina supuestamente inundada donde deberá apagar el interruptor que impide la comunicación con el mundo. Si se animará a morir por los demás y si su entrega valdrá la pena serán sólo un par de los interrogantes que resolverá el episodio. Claro que, en sintonía con la tradición a la que ya acostumbró a sus fanáticos esta serie creada por J. J. Abrams, cerrará su temporada con un buen número de nuevas preguntas que irá respondiendo con cuentagotas el año próximo.
Tal vez, uno de los mejores capítulos de sus tres temporadas. Se recomienda no perderse ni un minuto de las imágenes que llenarán la pantalla ni dejar pasar ni una palabra de los diálogos, repletos de claves sobre lo que ya pasó y sobre lo que vendrá. A los espectadores de almas sensibles les convendría alistar los pañuelos.
Mientras esquivan la persecución los buenos, encabezados por el doctor Jack Shepard (Matthew Fox) encuentran la manera de transmitir su pedido del auxilio al exterior, pero sólo si uno de ellos, el músico Charlie (Dominic Monaghan) se sacrifica nadando hacia una estación submarina supuestamente inundada donde deberá apagar el interruptor que impide la comunicación con el mundo. Si se animará a morir por los demás y si su entrega valdrá la pena serán sólo un par de los interrogantes que resolverá el episodio. Claro que, en sintonía con la tradición a la que ya acostumbró a sus fanáticos esta serie creada por J. J. Abrams, cerrará su temporada con un buen número de nuevas preguntas que irá respondiendo con cuentagotas el año próximo.
Tal vez, uno de los mejores capítulos de sus tres temporadas. Se recomienda no perderse ni un minuto de las imágenes que llenarán la pantalla ni dejar pasar ni una palabra de los diálogos, repletos de claves sobre lo que ya pasó y sobre lo que vendrá. A los espectadores de almas sensibles les convendría alistar los pañuelos.