En Marie Antoniette, la heredera de una de las grandes dinastías de Hollywood filmó la vida, pasión y muerte de la última reina de Francia. En el filme, presentado ayer en competencia, Sofia Coppola se mantiene fiel a su estilo y estética, ya conocidos gracias a películas como Las vírgenes suicidas y Perdidos en Tokio.
Lo que la hija de Francis Coppola —quien coprodujo el filme— hace aquí es darle al personaje de la adolescente austríaca llevada a los 14 años a casarse con el heredero de la corona francesa una sensibilidad moderna, transformándola en una joven incomprendida por su marido (luego convertido en el Rey Luis XVI), quien parece prestarle más atención a la comida que a ella, mientras toda Francia espera un heredero.
Dedicada a comprar ropa, atragantarse con dulces y apasionada por el juego, Marie Antoniette finalmente tendrá hijos y se refugiará en su casa de campo, con sus niños, amigos y amantes, pero eso no resolverá todos sus problemas ya que la caída de Versalles será inminente.Con la utilización de música contemporánea acompañando muchas escenas (bandas inglesas de los '70 y '80 como The Cure, Bow Wow Wow, New Order, Siouxsie & the Banshees, Gang of Four y Adam Ant, más composiciones actuales de Air, Aphex Twin, Phoenix y The Strokes, entre otros), pero sin nunca pasarse para el lado de la parodia pop, Coppola logra un sensible retrato de una adolescente incomprendida, perdida y desorientada, que trata de refugiarse en la naturaleza y en otros placeres mundanos para salir de su monárquico encierro.
La película logra ser divertida al unir esa mirada moderna con los formales hábitos de la corona, pero finalmente gana en gravedad y tristeza cuando se ve venir su triste y trágico final.
Kirsten Dunst, Jason Schwartzman (como el torpe y tímido Luis XVI) y Asia Argento (como Madame Du Barry) se lucen, lo mismo que la fotografía de Lance Acord, plagada de momentos bellos y epifánicos, más allá de que algunos estén al borde la foto de revista de modas o del videoclip.
Marie-Antoniette no interesará a los que buscan algún tipo de realismo histórico y academicismo estético en sus películas de época. Aquí, todos hablan en inglés, la música no se corresponde con la era y hasta la sensibilidad de los personajes revela una mirada desde otro contexto.
El otro filme de la competencia del día, El derecho de los más débiles, pasó desapercibido, si bien no es una mala película, es demasiado extensa para la historia que cuenta. El actor y director belga Lucas Belvaux, realizador de la llamada Trilogía (tres interesantes filmes relacionados entre sí que filmó a la vez), hizo un thriller negro con un costado cómico acerca de un grupo de perdedores y desempleados de una zona pobre de Bélgica que deciden robar la caja fuerte de una fábrica. Como es de esperar, todo sale mal, y el filme combina momentos de film noir puro con otros cercanos a la comedias italiana tipo Los desconocidos de siempre
Lo que la hija de Francis Coppola —quien coprodujo el filme— hace aquí es darle al personaje de la adolescente austríaca llevada a los 14 años a casarse con el heredero de la corona francesa una sensibilidad moderna, transformándola en una joven incomprendida por su marido (luego convertido en el Rey Luis XVI), quien parece prestarle más atención a la comida que a ella, mientras toda Francia espera un heredero.
Dedicada a comprar ropa, atragantarse con dulces y apasionada por el juego, Marie Antoniette finalmente tendrá hijos y se refugiará en su casa de campo, con sus niños, amigos y amantes, pero eso no resolverá todos sus problemas ya que la caída de Versalles será inminente.Con la utilización de música contemporánea acompañando muchas escenas (bandas inglesas de los '70 y '80 como The Cure, Bow Wow Wow, New Order, Siouxsie & the Banshees, Gang of Four y Adam Ant, más composiciones actuales de Air, Aphex Twin, Phoenix y The Strokes, entre otros), pero sin nunca pasarse para el lado de la parodia pop, Coppola logra un sensible retrato de una adolescente incomprendida, perdida y desorientada, que trata de refugiarse en la naturaleza y en otros placeres mundanos para salir de su monárquico encierro.
La película logra ser divertida al unir esa mirada moderna con los formales hábitos de la corona, pero finalmente gana en gravedad y tristeza cuando se ve venir su triste y trágico final.
Kirsten Dunst, Jason Schwartzman (como el torpe y tímido Luis XVI) y Asia Argento (como Madame Du Barry) se lucen, lo mismo que la fotografía de Lance Acord, plagada de momentos bellos y epifánicos, más allá de que algunos estén al borde la foto de revista de modas o del videoclip.
Marie-Antoniette no interesará a los que buscan algún tipo de realismo histórico y academicismo estético en sus películas de época. Aquí, todos hablan en inglés, la música no se corresponde con la era y hasta la sensibilidad de los personajes revela una mirada desde otro contexto.
El otro filme de la competencia del día, El derecho de los más débiles, pasó desapercibido, si bien no es una mala película, es demasiado extensa para la historia que cuenta. El actor y director belga Lucas Belvaux, realizador de la llamada Trilogía (tres interesantes filmes relacionados entre sí que filmó a la vez), hizo un thriller negro con un costado cómico acerca de un grupo de perdedores y desempleados de una zona pobre de Bélgica que deciden robar la caja fuerte de una fábrica. Como es de esperar, todo sale mal, y el filme combina momentos de film noir puro con otros cercanos a la comedias italiana tipo Los desconocidos de siempre