El programa televisivo "Will & Grace" acabó el jueves por la noche, dando fin ocho temporadas con un final divertido y gratificante que ocurre 20 años en el futuro.
"¿Sabes que es divertido? No hemos cambiado nada", dijo un levemente canoso Will (Eric McCormack) a Grace (Debra Messing) y sus amigos Karen (Megan Mullally) y Jack (Sean Hayes), mientras brindaban por ellos mismos en un bar de Manhattan.
Por favor, no sigan leyendo si no quieren enterarse de los detalles.
Al final el homosexual y la joven heterosexual que se querían tanto sobrellevaron con éxito sus incompatibilidades, terminando unidos por el matrimonio: El del hijo de Will con la hija de Grace.
Al inicio del último capítulo de una hora, del programa de NBC, Will (en el presente) estaba cumpliendo su promesa de cuidar a Grace, quien estaba embarazada. El planeaba ayudarla a criar al hijo.
Pero luego, inesperadamente, llega Leo (Harry Connick, Jr.), ex esposo de Grace, desde Roma, para decirle que quería regresar con ella, y para su sorpresa el hijo que ella esperaba era de él.
Dos años después, Grace, Leo y su hija Lila estaban juntos y felices. Y Will y su pareja Vince (Bobby Cannavale) estaban al lado de su hijo Ben.
Pero Will y Grace no se habían hablado en esos dos años. Ellos estaban enojados, sintiendo que se habían abandonado el uno al otro.
Karen y Jack conspiran para juntarlos y lo logran. Pero luego las familias de Will y Grace se vuelven a separar.
Luego, 18 años después, Ben y Lila se conocen en la universidad. Se enamoran. Sus padres, Will y Grace, vuelven a juntarse nuevamente.
Karen y Jack viven felices a todo lujo, cuidando e intercambiando indirectas con Rosario (Shelley Morrison), empleada doméstica de Karen