
Ante las primeras protestas por lo que llamaron "censura", la emisora dijo que el beso nunca había existido. Pero la autora, Gloria Pérez (El clon) y el director, Marcos Schechtman, aseguraron enseguida a la prensa que el beso efectivamente se había grabado. Horas después también lo confirmó el actor Bruno Gagliasso, que había literalmente puesto el cuerpo en su papel de Junior. Las organizaciones gay le dieron, entonces, una segunda oportunidad a la Globo: la repetición del capítulo del viernes que se vería el sábado, ¿incluiría la escena que inicialmente no estaba? Las autoridades de la cadena explicaron entonces que se habían grabado distintas variantes de esa situación (Junior y Zeca se quedan juntos) y que se había elegido "la versión más apropiada para un programa que se emite a las 20."
"Mostrémosle al país cómo se besan los brasileños", fue una de las consignas de la marcha de protesta —que se detenía cada dos cuadras para que sus participantes se besaran— realizada por las organizaciones gay, y apoyada por muchos heterosexuales, acusando a la Globo de homofobia. "Ellos usaron a los homosexuales para aumentar su audiencia y luego no mostraron algo completamente natural para nosotros", dijo uno de los líderes. "Valió la pena jugarse. Yo cumplí con mi papel", se consoló Pérez