
Contra todo pronóstico, tanto la miniserie como la primera temporada de la serie fueron un inesperado, pero merecido éxito de público y crítica en su país (hasta recibió el reconocimiento del prestigioso American Film Institute a uno de los mejores programas del año) gracias a su capacidad de dotar a la desesperada resistencia de los sobrevivientes liderados por la presidente Rosslin (Mary McDonnell) y el comandante de la nave, Adama (Edward James Olmos) de una profunda relevancia actual, explorando los mecanismos -a veces heroicos, a veces mezquinos- que permiten sobrevivir a tragedias que borran los parámetros morales de una civilización.
El hecho de que aquellos precarios robots de la serie original se hayan convertido en su actualización en seres indistinguibles en aspecto, conciencia y complejidad de sus mortales enemigos y amos, entre quienes se han infiltrado para experimentar de todos los modos posibles (incluso cruzándose con ellos en una de las líneas narrativas que se revelará como central durante esta temporada) sólo agrega dimensiones dramáticas a un ciclo que ha sabido explorar en descarnado detalle y no poco humor negro los paralelismos entre los restos de las doce Colonias humanas y nuestro mundo en guerra.
Un mundo del que quizá no son el futuro, sino un pasado que amenaza con repetirse. En esta segunda temporada de 18 episodios -ya se ha anunciado que "Battlestar Galactica", gracias a sus buenos ratings en los Estados Unidos, ha conseguido asegurarse un tercer año en el aire- comenzarán a revelarse algunos secretos del funcionamiento de los cylones, como su capacidad de reencarnarse, así como su misterioso plan para con la humanidad. Este año, además, se sumará al impecable elenco que protagoniza la serie un nombre fuerte de género: Lucy Lawless, aquella de "Xena, la princesa guerrera" se unirá a la tripulación de la flota humana que lideran Katee Sackhoff, como la inmanejable Starbuck, Jamie Bamber como Lee Adama, jefe de los pilotos, Tricia Helfer como Número 6, la más conspicua de los doce modelos cylones, y James Callis como el cobarde y genial doctor Baltar, el maquiavélico vicepresidente de las Colonias humanas.
Mujer policía

Importada de Atlanta por su ex jefe (el siempre excelente J. K. Simmons), Brenda es resistida hasta la sublevación por los muchachos del escuadrón, que amenazan con renunciar si la atractiva pero difícil mujer persiste en intentar dirigirlos. Al borde del surmenage por las intrigas en el trabajo -cuyos esporádicos ataques de misoginia no parecen haberse reducido desde el debut "Prime Suspect", una serie a la que "The Closer" le debe más de una idea-, Johnson se refugia en los azúcares y el chocolate mientras intenta resolver un caso de homicidio de alto perfil mediático que demostrará que no sólo es el terror de superiores y colegas sino también de los criminales que persigue.
Con ambos, su arma secreta es la misma: la capacidad de "leer" la impresión que los demás tienen de ella y usar sus propios prejucios para derrotarlos