Pero algo la detiene. Algo trunca el camino de Sally Field, quien me mira y dice con tono maternal: "Disculpa, querida, pero estás pisando la cola de mi vestido". Indica hacia abajo y hace un gesto amable. "Uf. Mil disculpas". Sencilla en su llamativo vestido fucsia, un Valentino que resalta sus muy bien llevados 60 años, Sally Field está de nuevo de moda gracias al maternal rol de la viuda Nora Walker en "Brothers & sisters", la serie revelación de esta temporada, donde da vida a la jefa de una familia acosada por los fantasmas de la guerra de Irak, el abuso de drogas, los prejuicios y, en fin, muchos problemas. Muchos.
Pero el principal problema de Nora es su propia hija, Kitty Walker (Calista Flockhart, en su gran retorno tras "Ally McBeal"), una mujer que atornilla al revés de la matriarca. Porque la joven hija es republicana, apoya la guerra de Irak y en cierta medida es responsable de que uno de sus hermanos - hijo de Nora- se haya enrolado en el ejército y haya vuelto a casa con serios desórdenes mentales. Y adicciones varias. Nora, el personaje, odia la guerra. Y Sally también. No por nada durante la ceremonia de premiación de los Emmy, levantó un emotivo discurso anti-bélico. "Ojalá las madres gobernáramos el mundo, así nadie enviaría a nuestros hijos al frente de combate", decía opinante Field en este regreso en gloria y majestad.
Ella no esconde lo que piensa. Con el Emmy en sus manos arengaba a favor de la paz. Pero fue censurada. "Pues bien, no tengo nada que decir", comenta tras enterarse del corte. "Si me cortan, pues bueno, lo diré en otro lugar".
Sally se lo toma con calma porque sabe lo que es ir contra la corriente. Cuando era una jovencita, el mundo del cine la miró mal cuando saltó de una naive serie de TV como "La novicia voladora" - donde volaba porque simplemente pesaba muy poco- al mundo de la pantalla grande. Eran los años 60. "Existía un tremendo esnobismo en el mundo del cine", recuerda. "No querían trabajar con actores de televisión, especialmente si venías de hacer comedia".
Field se impuso. Y ahora con 60 años lo hace de nuevo. Porque en estos tiempos en que una diva como Demi Moore (de tan sólo 45 años) reclama porque no le dan papeles, ¿qué le queda a una actriz de 60?- ¿Realmente ahora quería volver a la TV o fue lo único que había disponible?"¡No! Para nada. De hecho quería regresar al teatro", dice bromeando. "Lo que pasó es que me llamaron y me pidieron por favor ¡Por favor! que viniera a hablar con los creativos de 'Brothers & sisters'. Y, en realidad, no tenía nada que hacer esa tarde así que fui a ver qué pasaba".
- Hablando en serio ¿es un obstáculo el tema de la edad en Hollywood?
"Sí, es duro conseguir roles a mi edad. Pero me he especializado en roles de madres en los últimos años. Mira 'ER' por ejemplo", dice sobre cuando ganó un Emmy en 2001 gracias al rol secundario en la serie médica: el de una madre bipolar. "Tener sesenta años no es tan dramático. Sé que puedo lucir como el trasero de un perro, pero no me siento distinta de muchas mujeres norteamericanas, que quieren poner un velo sobre el espejo cuando cumplen 50. La buena noticia es que tengo buena salud y estoy acá".
"Brothers & sisters" en un comienzo no contaba con la actuación de Field en el rol de la maternal Nora. "Fue gracias a un giro en el guión que los productores decidieron cambiarme por la primera actriz (Betty Buckley) que tenían en mente", resume. Y Calista Flockhart, su co-protagonista, aplaude la decisión. "Yo admiraba a Sally desde siempre y aunque en la pantalla nuestros personajes estén peleando duro y parejo, nos hicimos buenas amigas".
Y Field aporta: "Calista es cero, cero ego. Siento que sólo podemos ir mejor y mejor. Ella es simplemente sensacional". Súmese la admiración de Field por el libretista y creador del show, Jon Robin Baitz, simpatía que igualmente dice sentir por el elenco (que integra, entre otros, un resucitado Rob Lowe) y la actriz dice que se encuentra en uno de sus mejores momentos. "Amo mi personaje, una madre que cree en sus ideas. En sus creencias".
Es, un poco, la historia de la propia Sally Field. Subvalorada y criticada en sus comienzos, pese a que fue destacada estudiante del legendario Lee Strasberg (el mentor de la generación dorada de actores de Hollywood). Ni su primer agente creía en ella. Llegó a decirle "Sally, tal vez no eres muy buena en el cine". Y Sally le contestó fuerte y claro: "Estás despedido". El discurso de 1984, cuando se ganó su segundo Oscar, aclara su lucha por el reconocimiento: "No he desarrollado una carrera muy ortodoxa y he luchado más que nada por obtener el respeto de mis pares. La primera vez no lo sentí, pero esta vez sí lo siento. Y no puedo negar el hecho de que sí les gusto: en este segundo ¡a ustedes yo les gusto!".
Discursos más o discursos menos (sean o no censurados), Sally Field ahora les gusta a todos. Gracias a "Brothers & sisters" es la mejor madre televisiva que uno puede sintonizar. Y una de las pocas actrices de la pantalla chica que puede dar el alto y ancho cuando se trata de entregar algo parecido a la madre de todas las actuaciones.