10 setiembre 2007

En Toronto se presentó "Across the Universe" de Julie Taymor

En tiempos en los que la globalización manda -y la posición de los medios es cuestionada por reflejar los hechos que hacen historia de manera parcial-, parece llegar una forma distinta de acercarse al espectador. Ya lo dijo Brian De Palma: lo que no muestra la televisión, porque es censurado, alguien se tiene que encargar de difundirlo. Y a Redacted, su apasionado filme acerca de la violación y asesinato de una chica iraquí de 15 años de manos de un soldado norteamericano, le siguió ayer In the Valley of Elah, el tenso relato de Paul Haggis sobre la desaparición de un soldado que regresa de combatir en Medio Oriente.

Haggis, guionista de Million Dollar Baby y Río Místico, se muestra provocativo y enjuicia a diestra y siniestra. No es ésta una película coral como Vidas cruzadas, su opera prima que se alzó con el Oscar, sino mucho más enmarcada por la búsqueda de un padre, sargento retirado (Tommy Lee Jones), hasta que averigua que su hijo ha sido asesinado. En la investigación interviene una policía (Charlize Theron), que choca también contra los militares.

El director optó por desarrollar más los diálogos que las situaciones de acción, pero la actuación avasallante de Jones logra que el filme no se torne moroso por momentos.

La audacia de Julie Taymor se pone otra vez de manifiesto en Across the Universe, un musical apasionante a partir de las letras de canciones de los Beatles. Jude (Jim Sturgess) abandona su Liverpool natal rumbo a Princeton, a encontrar a su padre. Allí se hace amigo de un rubio que irá a Vietnam, se enamorará de su hermana (Lucy) y vivirá experiencias relacionadas con el arte.

Hay que ver cómo Strawberry Fields se trans forma en un alegato antibélico, con las frutillas sangrando y explotando como bombas. No por nada Taymor (Frida) ganó el Tony por su puesta en escena del musical El Rey León en Broadway. Sorprende aquí ver a Bono cantando I Am the Walrus, con fondo psicodélico.

Luego de ganar la Palma de Oro en Cannes con El viento que acaricia el prado, Ken Loach regresa a lo que más le gusta: el relato social. It's a Free World no decepcionará a sus seguidores. Una joven inglesa (Kierston Wareing), linda y con agallas, busca dinero fácil ubicando inmigrantes desesperados en trabajos temporarios, pero cuando algún contratista no pueda pagarles, todo se dará vuelta.

Como en muchas películas del director no suele haber buenos y malos entre los personajes de la clase trabajadora.

Entre tanto drama, el toque de comedia que propone Takeshi Kitano en Glory to the Filmmaker! es un refresco. Tan paródico como autoindulgente, el director habla de sí mismo en tercera persona: Kitano no sabe qué filmar para sorprender, y así se suceden proyectos que se van abortando, desde filmes románticos a gangsteriles, de terror y de ciencia ficción. Los fanáticos estallaban de alegría. Otros elegían la salida