La familia... Nada es más importante. Son los que aparecen cuando estamos en problemas. Los que nos animan a triunfar. Los que nos ayudan a guardar nuestros secretos. Pero aquellos que no tienen familia, ¿en quién pueden confiar? ¿Qué pasa con esas pobres almas que no tienen seres queridos con quienes contar en las horas difíciles? La mayoría aprende a transitar los caminos de la vida valiéndose de sí mismos. Pero algunos, simplemente, dejan de intentarlo." La voz en off de Mary Alice cerró el último episodio de la tercera temporada de Amas de casa desesperadas (Sony, el último capítulo repite el domingo a las 20 y mañana, desde las 14, maratón de los últimos cinco).
Y la imagen fue elocuente: Edie (Nicolette Sheridan), la rubia que fue la pesadilla de Susan (Teri Hatcher) desde el comienzo de la serie, cansada de no poder retener a ninguna de sus parejas, eligió el mismo destino que Mary Alice y se suicidó, luego de haber sido abandonada por Carlos, su última conquista. El ex de Gabrielle (Eva Longoria) tenía sus motivos para dejarla: descubrió que Edie le mentía y tomaba pastillas anticonceptivas para evitar el embarazo que él tanto ansiaba y que ella le había prometido.
A las otras protagonistas les fue apenas mejor. Empezando por Gabrielle, que finalmente se casó con Victor, el millonario de ascendente carrera política, para descubrir instantes después del "sí, quiero" que él sólo la quería como parte de su estrategia electoral, para ganarse el voto de los latinos. Y siguiendo por Lynette (Felicity Huffman), que luego de haber coqueteado con una infidelidad que no fue, debe ahora enfrentarse al cáncer, un flagelo que se "autoimpuso" por haber repetido la novela familiar arriesgando la estabilidad de su matrimonio perfecto. Ahí estará su madre, claro -que se le instaló en la casa no bien supo la noticia-, para echárselo en cara, para acompañarla a su modo durante el tratamiento, y, de paso, para ajustar algunas cuentas pendientes.
Un poco menos dramática es la situación de la inefable Bree (Marcia Cross), aunque no menos compleja: de regreso de su luna de miel, la pelirroja se apareció en la boda de Gabrielle con una sorpresa: un embarazo que no es más que una farsa para encubrir el verdadero, el de su hija adolescente (que había tenido un romance con el sobrino de Edie), a quien dejó en Europa hasta el día del parto y a quien tiene planeado arrebatarle al chico para criarlo como propio, con el fin de preservar su "buen nombre" (?).
Traiciones, mentiras, crímenes, enfermedades, suicidios, tuvo de todo esta temporada, y sólo una de las cinco desesperadas de Wisteria Lane parece, por el momento, llegar dichosa a la siguiente: Susan (Teri Hatcher) se casó al fin con Mike Delfino, el plomero, en una improvisada y sencilla ceremonia a la luz de la luna que tuvo por único testigo a su hija
Y la imagen fue elocuente: Edie (Nicolette Sheridan), la rubia que fue la pesadilla de Susan (Teri Hatcher) desde el comienzo de la serie, cansada de no poder retener a ninguna de sus parejas, eligió el mismo destino que Mary Alice y se suicidó, luego de haber sido abandonada por Carlos, su última conquista. El ex de Gabrielle (Eva Longoria) tenía sus motivos para dejarla: descubrió que Edie le mentía y tomaba pastillas anticonceptivas para evitar el embarazo que él tanto ansiaba y que ella le había prometido.
A las otras protagonistas les fue apenas mejor. Empezando por Gabrielle, que finalmente se casó con Victor, el millonario de ascendente carrera política, para descubrir instantes después del "sí, quiero" que él sólo la quería como parte de su estrategia electoral, para ganarse el voto de los latinos. Y siguiendo por Lynette (Felicity Huffman), que luego de haber coqueteado con una infidelidad que no fue, debe ahora enfrentarse al cáncer, un flagelo que se "autoimpuso" por haber repetido la novela familiar arriesgando la estabilidad de su matrimonio perfecto. Ahí estará su madre, claro -que se le instaló en la casa no bien supo la noticia-, para echárselo en cara, para acompañarla a su modo durante el tratamiento, y, de paso, para ajustar algunas cuentas pendientes.
Un poco menos dramática es la situación de la inefable Bree (Marcia Cross), aunque no menos compleja: de regreso de su luna de miel, la pelirroja se apareció en la boda de Gabrielle con una sorpresa: un embarazo que no es más que una farsa para encubrir el verdadero, el de su hija adolescente (que había tenido un romance con el sobrino de Edie), a quien dejó en Europa hasta el día del parto y a quien tiene planeado arrebatarle al chico para criarlo como propio, con el fin de preservar su "buen nombre" (?).
Traiciones, mentiras, crímenes, enfermedades, suicidios, tuvo de todo esta temporada, y sólo una de las cinco desesperadas de Wisteria Lane parece, por el momento, llegar dichosa a la siguiente: Susan (Teri Hatcher) se casó al fin con Mike Delfino, el plomero, en una improvisada y sencilla ceremonia a la luz de la luna que tuvo por único testigo a su hija