15 julio 2007

Candidatas a herederas de Julia Roberts

Las vidas de las actrices de Hollywood están llenas de privilegios. Si son jóvenes, bellas y tienen algún éxito en su haber las ventajas con las que cuentan superan en mucho las desventajas como la persecución implacable de los paparazzi que se especializan en cazar ejemplares de su especie. Pero ante tanto glamour hay una constante en la vida profesional de estas mujeres de la que ninguna, rubia, morena o pelirroja, puede escapar. Todas, apenas se hacen conocidas y consiguen un éxito de taquilla o se destacan en alguna serie televisiva de las buenas, son comparadas con Julia Roberts.

Cada nueva actriz talentosa que asoma por el horizonte debe tolerar que a los comentarios que se hacen sobre sus películas y su desempeño en ellas se le sume una línea sobre su cercanía o lejanía con el factor Julia. Ella que, según The New York Times, es una de las pocas verdaderas Estrellas de Cine, así con mayúsculas, a la manera de las de la era dorada del cine que ha salido de Hollywood en las últimas dos décadas, es la unidad de medida para las luminarias futuras. El nivel de intensidad aumenta y por ende sus posibilidades de tener una carrera exitosa a medida que se acercan a las cifras
Roberts. Y no se trata sólo de que Julia haya sido la primera actriz en lograr un sueldo de 20 millones por película, que luego creció a 26 por la floja La sonrisa de Mona Lisa, ni que su nombre alcance para recaudar 100 millones de dólares en apenas dos meses como sucedió con La boda de mi mejor amigo. Esos números se traducen en grandes logros pero no explican por qué Julia Roberts es, hace más de 15 años, una de las indiscutibles reinas de Hollywood.

Ese no sé qué que elude definiciones, esa belleza extraordinaria y al mismo tiempo cotidiana, y el carisma a prueba de guiones insustanciales y directores inexpertos son difíciles de imitar y casi imposibles de repetir y, sin embargo, eso es lo que se les exige a las candidatas a herederas de
Julia Mujer bonita Roberts.

Aquí están, éstas son las actrices que cuentan con mayores posibilidades de convertirse en la sucesora de la mujer de la sonrisa de los 20 millones de dólares.

Katherine Heigl

Si se hiciera hoy en Hollywood una encuesta para encontrar a la próxima Julia Roberts primera en la lista aparecería Katherine Heigl. La rubia cuenta con grandes ventajas para ocupar el puesto y una importante desventaja. Por el lado positivo tiene una belleza indiscutible pero normal, logró superar la difícil etapa de actriz infantil y probó ser lo suficientemente versátil como para interpretar personajes dramáticos y cómicos. El único problema es que su papel más reconocido es el de la doctora Izzie Stevens en la serie de TV Grey’s Anatomy. De todos modos, Heigl es la chica del momento en los Estados Unidos, gracias al enorme éxito de la comedia romántica Ligeramente embarazada, que se estrenará aquí el 18 de octubre. Y ese suceso, más allá de su cuestionable estirpe televisiva, la hace firme candidata al trono de Roberts. La única que le lleva una ligera ventaja por estos días es una tal Emma Roberts, de escasos 16 años. Protagonista de la serie infantil Unfabulous, de Nickelodeon, y de la nueva versión cinematográfica de Nancy Drew , la pequeña Emma tiene algo que el resto de las integrantes de la lista no tiene ni podrá conseguir para acercarse a Julia: su sangre. Es que la chica es la hija de Eric, el hermano mayor de la familia Roberts. Así, la bonita adolescente podría, en unos años, continuar el legado familiar que inició la tía Julia, la reina sin corona de Hollywood.

Cameron Díaz

Mientras Roberts se ocupaba de enriquecer su vida personal con el nacimiento de sus hijos mellizos Hazel Patricia y Phinnaeus Walter en 2004 y, más recientemente (el 18 de junio), de Henry Daniel, algunas actrices vieron la posibilidad de ocupar los espacios profesionales que su licencia por maternidad dejaba vacantes. Así, Cameron Diaz intentó suerte como protagonista de comedia romántica, en películas prestigiosas como Pandillas de Nueva York, de Martin Scorsese, y en cuanta comedia le diera la oportunidad de mostrar su amplia sonrisa. Mal no le fue, pero su imagen demasiado adolescente y la falta de papeles dramáticos la dejan lejos de la carrera por la sucesión.

Kirsten Dunst

Compartió pantalla con Julia en La sonrisa de Mona Lisa y aunque lo hizo sin que la veterana de 39 años, que cumplirá 40 el próximo 28 de octubre, la hiciera desaparecer del cuadro, lo cierto es que Dunst parece más ocupada intentando abandonar el lugar de actriz adolescente que en convertirse en una estrella con todas las letras. Su participación en las películas de El Hombre Araña le ganaron el reconocimiento mundial, pero apenas como un lindo adorno humano entre tantos efectos especiales.

Keira Knightley

Una candidata con muchas posibilidades es la actriz británica de apenas 22 años. Bella pero sin exagerar, siempre dispuesta a cambiar su aspecto si el personaje lo requiere y con varios éxitos en su corta carrera (además de la trilogía de Piratas del Caribe fue una Elizabeth Bennet perfecta en Orgullo y prejuicio), está a punto de dar el gran paso como actriz dramática gracias al estreno de Expiación, pecado y deseo, el film basado en la novela de Ian McEwan. El único inconveniente es que la gran candidata no está muy segura de querer serlo. En las entrevistas de promoción de Piratas del Caribe 3 la actriz dio a entender que no seguiría actuando por mucho más tiempo.

Reese Witherspoon

Hace tiempo que esta mujer de 31 años es considerada la Julia del siglo XXI. Razones no faltan y coincidencias tampoco. Ambas comenzaron sus vidas en el sur de los Estados Unidos. Sus carreras tienen algunos puntos de contacto, ya que gracias al género de la comedia romántica las dos actrices se separaron del resto de las intérpretes de su generación para construir un camino que las condujo al Oscar. Para Roberts esa película fue Mujer bonita. Para Witherspoon, Legalmente rubia. Curiosamente, después de años de brillar en comedias y films de suspenso más bien opacos, Roberts se llevó su primer Oscar al interpretar a una persona real, Erin Brockovich. Lo mismo que hizo la petisa Reese cuando logró la estatuilla dorada por su actuación como la cantante June Carter en Johnny y June, pasión y locura. En febrero de 2006 una noticia que involucraba a las dos actrices dio la vuelta al mundo. Después de años como la mejor paga, Julia era destronada por Reese, a la que le ofrecían 29 millones de dólares por protagonizar el film de terror Our Family Trouble. La película nunca se filmó, pero el rumor colocó a Witherspoon demasiado cerca de la divina Julia.

Jennifer Garner

Gracias al éxito de la serie que protagonizaba, Alias, muchos imaginaron que Garner podía ser la nueva Julia. Que su nombre alcanzaría para llenar las salas. Se equivocaron. “Si bien la señorita Garner mezcla agallas con una eterna actitud aniñada, a la manera de Julia Roberts, su presencia en la pantalla llega a 40 vatios, mientras que la de Roberts siempre es de 100”, dijo Stephen Holden, el crítico de The New York Times al tiempo del estreno de Catch and Release, su último film, que aquí fue directo a DVD.

Gwyneth Paltrow / Angelina Jolie

Ganadoras de premios Oscar, jóvenes y bellas, estas dos actrices pudieron ser Julia pero por diferentes razones no lo son y no parece que vayan a serlo. Paltrow suele concentrarse en films dramáticos que no consiguen atraer a demasiado público. Es buena actriz pero carece del carisma que sí comparten Roberts y Jolie. Sin embargo, esta última está mucho más interesada en sus actividades humanitarias que en ser la reina de la pantalla grande.

Anne Hathaway

Si hubiese que seleccionar entre este grupo de actrices a la que podría interpretar a la hermana menor de Julia en una futura película, Hathaway sería la más apta. Además de cierto parecido físico, las intérpretes comparten un gusto por los proyectos diferentes –ahí está Roberts en la experimental Todo al descubierto, de Steven Soderbergh, y allí aparece Hathaway en la independiente Secreto en la montaña–, por las películas de época y literarias (Mary Reilly, de Julia, y la inminente Becoming Jane, en la que Anne interpreta a Jane Austen) y ambas tuvieron un personaje que definió sus primeros años de carrera. Vivian, la prostituta de buen corazón de Mujer bonita cambió para siempre la vida de su protagonista y, en menor medida, Mia, el personaje central de El diario de la princesa hizo lo propio por Hathaway.