Con la aparición de nuevos amantes, colegas y enemigos, casos más polémicos y pacientes más extravagantes, y el regreso de un asesino serial dispuesto a todo con tal de acabar con el monopolio de la firma Troy-McNamara en los cuerpos y rostros de los residentes más acaudalados de Miami llegará esta noche, a las 22, por Fox, la tercera temporada de Nip/Tuck , cuyo primer capítulo, de una hora y media de duración (con repetición el miércoles, a las 2) resuelve buena parte de los misterios que el ciclo creado por Ryan Murphy había planteado en el año anterior y, por supuesto, abre una gran cantidad de conflictos nuevos entre sus personajes, que no por nada comienzan cada una de sus consultas médicas con un sencillo pero demoledor "Dígame qué no le gusta de usted mismo".
Ambientada en la lujosa South Beach, la serie sigue las aventuras amorosas y profesionales de dos cirujanos plásticos tan opuestos en la superficie como complementarios en el fondo: el hedonista e inescrupuloso Christian Troy (Julian McMahon) y el sensible y neurótico Sean McNamara (Dylan Walsh), mejores amigos desde siempre y dos de los lados de un triángulo amoroso que se completa con la ex esposa de éste, Julia (Joely Richardson). Por supuesto que estos tres personajes tienen más de una cosa que no les gusta de sí, de aquellas que no podrán curar con una cirugía, con ese pequeño toquecito acá y allá al que se refiere el título de la serie.
"Por nuestra profesión -celebraba amargamente uno de los cirujanos en el comienzo de la serie-, el único campo de la medicina que está dedicado a reparar lo que no está roto y a reconstruir lo irreparable." Parte del secreto del éxito de Nip/Tuck -que puede ser tan explícita en la descripción de los voraces apetitos de sus protagonistas como para bordear un ridículo que el ciclo sabe fomentar sabiamente- es unir las inseguridades, los miedos y los deseos de los pacientes que tratan los doctores Troy y McNamara con los horribles secretos y traiciones de sus propias vidas aparentemente perfectas.
Empezar de nuevo
Cada uno de los tratamientos a los que se someten sus pacientes -que dan título a cada entrega-, es entonces, una suerte de parábola acerca de sus responsabilidades y deseos que los cirujanos deberán aprender a aceptar de una manera u otra. En este primer episodio, por ejemplo, el siempre sensible McNamara -que no sabe cómo aceptar el divorcio de su esposa y seguir adelante- debe salvar a una mujer que ha pasado los últimos años de su vida sentada en un sillón frente a la TV, por lo que ha terminado por fundirse con el mobiliario. (Es por tramas como ésta que su creador suele tener que repetir que todo lo que se ve en la serie está basado en casos reales.)
Ambientada en la lujosa South Beach, la serie sigue las aventuras amorosas y profesionales de dos cirujanos plásticos tan opuestos en la superficie como complementarios en el fondo: el hedonista e inescrupuloso Christian Troy (Julian McMahon) y el sensible y neurótico Sean McNamara (Dylan Walsh), mejores amigos desde siempre y dos de los lados de un triángulo amoroso que se completa con la ex esposa de éste, Julia (Joely Richardson). Por supuesto que estos tres personajes tienen más de una cosa que no les gusta de sí, de aquellas que no podrán curar con una cirugía, con ese pequeño toquecito acá y allá al que se refiere el título de la serie.
"Por nuestra profesión -celebraba amargamente uno de los cirujanos en el comienzo de la serie-, el único campo de la medicina que está dedicado a reparar lo que no está roto y a reconstruir lo irreparable." Parte del secreto del éxito de Nip/Tuck -que puede ser tan explícita en la descripción de los voraces apetitos de sus protagonistas como para bordear un ridículo que el ciclo sabe fomentar sabiamente- es unir las inseguridades, los miedos y los deseos de los pacientes que tratan los doctores Troy y McNamara con los horribles secretos y traiciones de sus propias vidas aparentemente perfectas.
Empezar de nuevo
Cada uno de los tratamientos a los que se someten sus pacientes -que dan título a cada entrega-, es entonces, una suerte de parábola acerca de sus responsabilidades y deseos que los cirujanos deberán aprender a aceptar de una manera u otra. En este primer episodio, por ejemplo, el siempre sensible McNamara -que no sabe cómo aceptar el divorcio de su esposa y seguir adelante- debe salvar a una mujer que ha pasado los últimos años de su vida sentada en un sillón frente a la TV, por lo que ha terminado por fundirse con el mobiliario. (Es por tramas como ésta que su creador suele tener que repetir que todo lo que se ve en la serie está basado en casos reales.)
Las cosas no van mejor para el siempre desenvuelto Troy, que sobrevive al ataque de un asesino serial llamado The Carver (algo así como "El tallador") para desesperar acerca de su futuro y su presente. El psicópata decidió tomarlo como blanco como venganza frente a la ayuda que la clínica prestó a sus víctimas, a las que suele informarlas de que "la belleza es la maldición del mundo" para luego dotarlos de una macabra sonrisa permanente. Además del asesino serial -cuya identidad y motivaciones brindarán buena parte del misterio a este nuevo año de la serie-, la tercera temporada de Nip/Tuck contará con la incorporación de dos nuevos personajes: el brasileño Bruno Campos será Quentin Costa, un exitoso cirujano contratado por McNamara para reemplazar a su errático socio, mientras que la británica Rhona Mitra ( Justicia ciega ) interpretará a Kit McGraw, la detective encargada de cazar al asesino serial a toda costa, que pronto se verá arrastrada a una serie de trampas y engaños a manos de víctimas y posibles sospechosos del crimen.
Los fanáticos de la serie festejarán además el regreso de la siempre estupenda Vanessa Redgrave como la perversa madre de Julia (y madre en la vida real de la actriz que la interpreta), quien suele agregarle una innecesaria dosis de desequilibrio a una mujer ya seriamente dañada por el peso de sus decisiones -y que en esta temporada deberá aprender a valerse por sí misma, sentimental y económicamente-, así como la vuelta de Famke Janssen como la intrigante Ava, centro de una de las tramas más adictivas e inverosímiles de la temporada anterior, que ejemplifica a la perfección la exitosa receta de un ciclo que sabe explotar como pocos aquellas conductas que son blanco de sus dardos más venenosos.
Los fanáticos de la serie festejarán además el regreso de la siempre estupenda Vanessa Redgrave como la perversa madre de Julia (y madre en la vida real de la actriz que la interpreta), quien suele agregarle una innecesaria dosis de desequilibrio a una mujer ya seriamente dañada por el peso de sus decisiones -y que en esta temporada deberá aprender a valerse por sí misma, sentimental y económicamente-, así como la vuelta de Famke Janssen como la intrigante Ava, centro de una de las tramas más adictivas e inverosímiles de la temporada anterior, que ejemplifica a la perfección la exitosa receta de un ciclo que sabe explotar como pocos aquellas conductas que son blanco de sus dardos más venenosos.