
Berlín puso a competir a El viaje de Chihiro, del japonés Hayao Miyazaki, y el jurado terminó dándole un merecido Oso de Oro. En Cannes, en tanto, entraron en competencia las dos partes de Shrek. Y el maravilloso filme de Burton está claramente más cerca de la sublime dimensión artística del realizador japonés que de la, en el mejor de los casos, simpatía pop del ogro y sus amigos.
Con un aire a El extraño mundo de Jack, El cadáver..., que llegará a los cines locales en octubre, es un producto típicamente burtoniano, con Victor, un joven tímido, solitario, torpe y dubitativo (con la voz de Johnny Depp), que es obligado a casarse por sus padres "nuevos ricos" con Victoria (Emily Watson), la hija de una familia de aristócratas en decadencia, a la que no conoce.

La habitual maestría visual del director de El gran pez, la ternura por sus personajes abandonados, melancólicos, o bien literalmente muertos ("¿se puede romper un corazón que ha dejado de latir?", se preguntan), la increíble expresividad de los muñecos animados y la sensibilidad y cuidado con que cada cuadro del filme está trabajado, convierten a El cadáver... no sólo en una de las mejores películas del festival, sino una de las mejores del año, dándole a Burton —junto a Charlie y la fábrica de chocolate— un doblete impecable para este 2005