Y como en la meca del cine, Oscar es sinónimo de buena taquilla en una gran mayoría, los filmes que los estudios están avalando para futuras nominaciones son aquellos que han reventado el box office durante el 2008. La lista es larga.
Disney sacó cuentas alegres gracias a Wall-E, el largo animado hecho por Pixar (que ahora es una compañía Disney) que dejó tan contentos a los ejecutivos, que lo quieren postular a varias categorías, como las de mejor película y director. El desafío es que nunca se ha premiado a una película animada en las ternas de filmes de carne y hueso.
Warner apuesta todas sus fichas a Batman, el caballero de la noche, con la que quebró todos los récores, tuvo el favor de la crítica, y hasta se vio favorecido con la muerte de Heath Ledger, para así darle un áura de triunfo épico al filme. Se da por descontado que el fallecido actor estará en la terna a mejor actor por su rol del Guasón, pero además las instrucciones del estudio fueron claras para que la campaña apuntara a todos los Oscar principales, por ello ya se empezaron a enviar DVDs promocionales a los integrantes de la Academia.
Otro de los ganadores de la temporada, Iron Man, también tiene un espacio de honor en esta pugna. El estudio Paramount, junto con Marvel, dueña de los derechos de todos los superhéroes de la factoría, espera tener a Robert Downey Jr. entre los ganadores a mejor actor y mejor actor secundario, con Una guerra de película, producción DreamWorks disitrbuida por Paramount.
Pero no todo son grandes títulos comerciales. Gracias a los premios ganados en la edición anterior por No es lugar para débiles (mejor película, dirección, actor secundario y guión adaptado) y Petróleo sangriento (Oscar a actor protagónico y fotografía), las películas "independientes" ya no son mirados como los hermanos pobres de la ceremonia, y los grandes estudios apuestan fuerte por algunos títulos salidos del lado más marginal de Hollywood.
Los títulos más importantes hasta ahora estrenados, como Frost/Nixon, de Universal (dirigido por el ganador del Oscar Ron Howard), El curioso caso de Benjamin Button, donde se ve a Brad Pitt como anciano, o la epica Australia, con Nicole Kidman y Hugh Jackman, son los títulos más fuertes de los considerados "independientes", y los estudios cifran grandes esperanzas en ellos. Pero aún no se puede cerrar la lista.
Otros filmes que empiezan a generar un impacto no menor son Rachel Getting married, de Jonathan Demme, que supone la consagración definitiva de Anne Hathaway (El diablo viste a la moda), y que pese a estrenarse modestamente en octubre, empieza a sonar fuerte. Las otras son Slumdog Millionaire, de Danny Boyle, Milk, de Gus Van Sant, con Sean Penn como el primer homosexual elegido para un cargo público, y Revolutionary road, un filme romántico con Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, que supone la vuelta de Sam Mendes (Belleza Americana). Y nunca hay que dejar de lado a los habituales como Clint Eastwood, quien estrenó Changeling junto a Angelina Jolie (una posible nominada) y el combativo Spike Lee, que quiere hacer historia con Miracle at St. Anna, un drama sobre la segunda guerra mundial protagonizado por negros.
Los títulos que definitivamente parecen no tener más posibilidades que nominaciones técnicas, son Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal o Kung Fu Panda, los que pese a su gran taquilla no lograron impresionar más allá de las fórmulas ya conocidas