Rotundos aplausos y animados bravos en una parte de la sala despidieron el filme, cuyo coproductor mayoritario, Icaer Monfort, es español y que cuenta entre sus intérpretes con los actores españoles Elena Anaya, Unax Ugalde, Belén Rueda y Mapi Galán.
La notable dureza de las escenas finales de esta adaptación cinematográfica del éxito de ventas literario 'Savage Grace', última creación de Tom Kalin que se cierra con inevitable tristeza, estuvo impregnada en todo momento de una elegancia viscontiniana.
De impecable moralidad también, con la que su director y videoartista parece querer demostrar que el fundador de la saga de los Baekeland, el inventor de la baquelita, se equivocó al enseñar a sus herederos que "el dinero sirve al menos para una cosa: permitir no tener que soportar las consecuencias de nuestros errores".
En opinión de Monfort, que terminó convirtiéndose en productor principal del filme, el incesto que culmina la vida familiar de los protagonistas retrasó varios años su finalización, pues le hizo perder una parte de sus asociados estadounidenses.
Icaer Monfort aceptó el reto de pasar a ser el accionista principal porque la historia de Bárbara y Brooks Baekeland y de su hijo Tony "me fascinó desde que leí el libro".
Además, "me gustaba mucho el trabajo anterior del realizador", a quien conocía personalmente, y "la parte que decidimos llevar al cine transcurría en España", donde se rodó casi todo el filme, en particular en Cadaqués y en Barcelona.
En EEUU llevaban casi ocho años intentando hacerla, pero "el puritanismo dominante" lo impidió, resaltó Monfort, "convencido" de que eso ha motivado igualmente que "Savage Grace" se haya estrenado en La Quincena de los Realizadores, una de las dos secciones paralelas del Festival de Cannes, y no en su selección oficial.
En cambio, "la verdad es que el proyecto de Tom Kalin enseguida atrajo a los actores españoles" y "nos fue más fácil financiarla desde España", añadió el productor español.
"El incesto no da miedo en España, somos mucho más liberales y abiertos que en Estados Unidos", recalcó Monfort, quien piensa que "había que enseñar" la escena en cuestión porque, en primer lugar, "son hechos reales" y porque "la película trata en parte sobre eso".
Precisó, no obstante, que a él mismo "le da pudor mirar la pantalla" cuando la bella, carismática y dominante madre que es Bárbara consuma el incesto que cierra la relación desarrollada con su hijo Tony, siempre despreciado por su padre, quien terminó abandonado en su juventud.
Personajes difíciles
En el abarrotado coloquio que siguió al filme, el representante de La Quincena evocó la extrema delicadeza de Tom Kalin cuando aborda la tragedia de Bárbara, sin juzgarla, y el director, por su parte, comentó su interés por "representar las perturbaciones mentales, la angustia que puede acaparar a un hombre".
"Era un papel muy difícil, pues era una mujer llena de gracia, de elegancia, de dulzura. No era un monstruo", subrayó Julianne Moore, indudable estrella de la cinta, seguida de Stephen Dillane y Eddie Redmayne.
Al igual que su esposo y su hijo, Bárbara Baekeland era una mujer "profundamente enferma, profundamente perturbada, pero sus intenciones siempre fueron puras", agregó la actriz, quien reconoció, en efecto, haberse vuelto a introducir aquí en la vida de una "mujer desesperada", como en la internacionalmente famosa serie en la que participa.