
Stephen Dillane, Eddie Redmayne, Elena Anaya, Abel Folch, Anne Reid, Hugo Dancy, Unax Ugalde, Simón Andreu y Beney Clark completan el reparto del filme, una coproducción a cinco bandas encabezada por la norteamericana Killer Films y la española Monfort Producciones. Tom Kalin ha tardado 12 años en poder materializar una historia que le cautivó desde el principio, recogida por Steven M. L. Aronson y Natlie Robins en la novela homónima. Una historia familiar marcada por el incesto, la homosexualidad y las muertes violentas; un trasfondo truculento y sórdido tras una fachada encantadora, que el director compara con "una tragedia griega". Su gran protagonista, Barbara Daly, una hermosa mujer de origen humilde que consiguió ascender socialmente gracias a su matrimonio con Brooke Baekeland, nieto de los fundadores del imperio de plásticos baquelita y heredero de la fortuna familiar. Los Baekeland fueron una familia admirada y respetada, con una intensa vida social. Tras su divorcio, el hijo de ambos, Tony, de 21 años, decidió quedarse a vivir con su madre. Ésta, incapaz de aceptar la homosexualidad de su vástago, decidió iniciarle en el sexo con mujeres, con consecuencias irreparables, que sacudieron a la sociedad norteamericana en los años setenta.

Encantadora y divertida, Moore ha sabido crear el clima propicio para el rodaje de las escenas más sórdidas. "Ella ha hecho que todo fuera más fácil", asegura Eddie Redmayne, escogido para el papel de hijo gracias en parte a que la actriz apostó fuerte por él. En cualquier caso, a Moore no le gustan las interrupciones. En una pausa de Savage Grace atiende a la prensa con la mejor de sus sonrisas, pero concede 10 minutos escasos a la promoción del filme cuyo rodaje termina el sábado, tras cinco intensas semanas de trabajo. Las limitaciones presupuestarias han concentrado las localizaciones en la provincia de Barcelona (metamorfoseada en Nueva York o París, según las exigencias del guión) con alguna escapada a Cadaqués.