09 agosto 2006

Nueva York y el World Trade Center de Oliver Stone

Los neoyorquinos han valorado de forma positiva el estreno mundial de la cinta 'World Trade Center', de Oliver Stone y el primero sobre la tragedia del 11-S en las Torres Gemelas, hasta entonces los edificios más altos de la ciudad.

"Creo que es excelente. Es muy emocionante ver cómo la gente ayuda a otra gente en tiempos de crisis. Es una película que no hay que perderse", aseguró Martin Wise, un encargado de ventas de 45 años que asistió al primer pase en un céntrico cine de Manhattan.

Como Wise, miles de habitantes y trabajadores de la 'Gran Manzana' se han tomado una pausa en sus trabajos para llenar las salas de cine de la ciudad y ser los primeros en juzgar uno de los estrenos más esperados del año.

Aquel caluroso martes de septiembre del 2001 no sólo cambió la fisonomía de la que muchos denominan la 'capital del mundo', también se abrió una herida que casi cinco años después sigue produciendo dolor y rabia.

Durante la proyección, el vendedor neoyorquino admitió haberse sentido "abrumado" por el espíritu de sacrificio de quienes "entregaron su vida para salvar la de otros".

Aseguró que en las dos horas y cinco minutos de proyección "se muestra mucho sufrimiento".

Antes de su estreno, la película ya había provocado opiniones encontradas entre aquellos que decían que era demasiado pronto para un largometraje de esa crudeza, y quienes piensan que podría servir de catarsis.

"No sólo no pienso que sea demasiado pronto, creo que es bueno verla para saber lo que la gente pasó en aquellos momentos", señaló Wilma, una mujer de origen hispano y 32 años que no quiso dar su apellido, que afirmó que trabajaba muy cerca de las Torres Gemelas cuando ocurrió el ataque.

"Soy una neoyorquina y me gustaría verla otra vez. Además, le diré a mi familia y amigos que vayan a verla", precisó.

¿Están los estadounidenses preparados?

Sin embargo, serán los propios espectadores norteamericanos quienes contestarán a la pregunta más extendida en los medios del país estos días: ¿están los estadounidenses preparados para ver un filme sobre una herida que aún no ha cicatrizado?

Según Wilma, la herida permanece abierta y el dramatismo de la película hizo que los sentimientos contenidos del público salieran a flote.

"Todo el mundo estaba llorando y repartiendo pañuelos de papel a los que estaban a su lado. Hemos llorado mucho", explicó.

El propio director, Oliver Stone, ha manifestado en varias entrevistas que se trata de una película sobre "emociones", en la que ha tratado de huir de la polémica que ha marcado toda su carrera profesional para mostrar con simpleza el drama del 11-S.

"Es genial que prefiriera mostrar los sentimientos de las familias que perderse en complots políticos. No habría pagado dinero para ver eso", aseguró Wilma.

Incluso los críticos, habitualmente bastante duros con las intrigas políticas propuestas por Stone, han alabado al director por su "contención" y "patriotismo".

Entre ellos se encuentra el crítico Roger Friedman, que en su foro cinematográfico de la conservadora cadena Foxnews.com se desborda en elogios hacia la cinta y su director.
"Un documento elegante, poderoso, conmovedor, genuino y personal de los horrores que ocurrieron dentro y fuera del World Trade Center", asegura el experto.

Sin embargo, el filme de la Paramount -que a pesar de su espectacularidad "sólo" costó 65 millones de dólares-, tendrá difícil superar los 20 millones de dólares de recaudación durante sus primeros cinco días de proyección, según los especialistas.

Una cantidad irrisoria, si se tiene en cuenta que el otro film polémico estrenado en los últimos meses, "El código Da Vinci", recaudó su primer fin de semana 77 millones de dólares