23 setiembre 2009

El nuevo actor favorito de la crítica que desplazó a Dr. House

Después de los Emmy del domingo, en los foros de internet la pregunta era una sola: por qué un actor casi desconocido, Bryan Cranston (53), había ganado el premio a mejor actor de serie de drama, superando a reconocidas figuras como Hugh Laurie, el protagonista de la popular serie Dr. House

Después de todo, Cranston aparece en una producción muy poco conocida, Breaking bad (la primera temporada se emitió por Sony, hace unos meses, y la segunda se dará en 2010) y su mayor crédito actoral es la comedia Malcom. Pero para este actor -casado dos veces y padre de una hija- Breaking bad es el punto cúlmine de su carrera y una oportunidad para lucirse. Antes era conocido por ser el padre de Malcom -actuación que le valió tres nominaciones a los Emmy- y como un actor de carácter televisivo, con un sinfín de actuaciones como invitado.

El mismo lo dijo en su discurso al aceptar la estatuilla el domingo: "Soy un pobre chico de barrio, no sé qué estoy haciendo aquí. Me siento como Ceniciento".

El material que tiene en Breaking bad se presta para que destaque. Allí interpreta a un profesor de química que vive una existencia triste y sin futuro. Pero su status quo cambia cuando descubre que sufre de cáncer al pulmón y que tiene dos años de vida. Entonces, decide utilizar sus conocimientos químicos para dedicarse a fabricar metanfetaminas con el objetivo de juntar dinero, cueste lo que cueste, para dejarle a su familia después de su muerte.

Todo eso permite que Cranston les dé a los Emmy lo que más les gusta premiar: actuaciones llenas de emociones extremas y momentos límite. Y los críticos lo avalan unánimemente.

En Entertainment weekly dijeron: "Las intenciones de la serie no funcionarían sin la divertida y feroz generosidad de Cranston como actor". Frente a eso, las más contenidas interpretaciones de Laurie o John Hamm (Mad Men, de HBO) no tenían mucho que hacer.