27 julio 2008

El dispar destino de Mulder y Scully

Quince años después del debut de la serie, 10 desde el estreno de la primera película; y seis desde que se acabó el programa, David Duchovny y Gillian Anderson se vuelven a poner el traje de los agentes Mulder y Scully que los hicieron famosos. La ocasión es la muy anunciada segunda entrega de la saga, que los involucrados han confesado tardó, pero finalmente llegó. Porque ayer se estrenaba Los expedientes secretos X: Quiero creer, que aborda qué pasó con la pareja después del fin de la producción. Pero en el tiempo que pasó antes de que volvieran a reunirse, el destino de ambos protagonistas ha sido muy distinto.

David Duchovny abandonó el barco de los Expedientes secretos X al final de la séptima temporada, según dijo él, porque estaba cansado de la rutina de grabar 22 capítulos de una serie durante 10 meses al año. En la octava temporada apareció esporádicamente y en el ciclo final, en el episodio de despedida. Pero un par de años antes ya había dado muestras de su hastío: después del quinto ciclo hizo que la producción del programa se mudara desde Canadá hasta Los Angeles, porque quería pasar tiempo con su familia. "Sentí una especie de fatiga creativa, no con los personajes o la franquicia o con Gillian o Chris Carter (el creador) ni nada parecido. Pero la meta se alejaba y se alejaba. Y llegó un punto en que me di cuenta de que nunca iba a llegar al final, a menos que la pusiera yo mismo", explicó.

Recién salido del programa, el actor intentó utilizar la fama que consiguió y convertirla en una ascendente carrera cinematográfica. Pero las cosas no resultaron. Aunque consiguió taquilleros papeles de reparto en un capítulo de Sex and the city y en la cinta Zoolander, cuando le tocó ser el protagonista, no logró conseguir éxitos de taquilla. Películas como la comedia Evolución, junto a Julianne Moore, o Connie and Carla, con Toni Collette y Nia Vardalos (recién salida de su éxito con Mi gran casamiento griego) fueron fracasos tanto de crítica como de público.

Ni siquiera las apuestas más independientes le dieron resultados. En 2002 se fue casi a la segura y apareció en Full frontal, de Steven Soderbergh. Pero la cinta enfrentó una fría recepción y no causó impacto. Luego vinieron otros títulos que no dieron demasiado que hablar, un puñado de créditos como director de series de TV como Bones y su debut como cineasta, con House of D, que además dirigió y protagonizó. La cinta contaba la historia de un artista radicado en Francia que regresa a EE.UU. a reconciliarse con su familia. En el reparto también estaba Tea Leoni (Spanglish), su esposa en la vida real.

Pero se reencontró con el éxito cuando decidió volver a la TV. En 2007 tomó el papel del Hank Moody en Californication. El actor dijo que estaba reticente a tomar nuevos papeles en TV por la exigente agenda de grabación, pero que las temporadas de sólo 13 capítulos que tendría la comedia lo convencieron. De paso, también tuvo que convencer a su mujer: "Ella me dijo: '¿Cómo te las vas a arreglar con este papel?' Pero eso fue precisamente lo que me atrajo al rol. ¿Cómo iba a hacerlo querible cuando se portaba tan mal? Pero finalmente ese era el gran truco".

Y finalmente lo logró. Porque su interpretación le valió un Globo de oro como mejor actor de serie de comedia este año y ya prepara un nuevo ciclo. El actor tampoco dejó de lado el cine. El año pasado también apareció en Things we lost in the fire, junto a Halle Berry y Benicio del Toro.

Paralelamente, su vida privada le ha sonreído. Todavía sigue casado con Leoni y tienen dos hijos. Y su papel en Californication le sirvió para más: como la serie contiene escenas en que debe salir desnudo, el actor se mantiene en forma con una estricta dieta y practicando yoga, lo que le sirvió para el rodaje de Quiero creer. La misma Gillian Anderson dijo que el estaba "en la mejor forma de su vida", así que lo dejó hacer la mayor parte de las acrobacias de la cinta.

Acento inglés

Gillian Anderson tomó un camino distinto y ha reorientado su carrera a papeles más serios y de bajo perfil. Apenas terminó la serie se declaró cansada de la TV y se fue a vivir a Inglaterra, donde había pasado su infancia. No era de extrañar, Anderson se unió a los Expedientes secretos X cuando tenía 24 años y antes de eso, sólo había participado en algunas obras de teatro.

"Estuve en la serie tanto tiempo, que cuando terminó, había una parte de mí que no quería ver más un set. Ni siquiera sabía si iba a terminar volviendo", ha dicho ella, agregando que "fue realmente intenso. No hice muchas cosas extras mientras filmábamos, y en las vacaciones sólo hice un par de cosas, pero nada muy grande, entre el cansancio y ser madre". Así, su primer proyecto después del programa la llevó al West End de Londres con el montaje What the night is for. De ahí en adelante continuó con su carrera basada en Inglaterra. Apareció en Bleak house, una miniserie realizada por la BBC, que le valió nominaciones a los premios Bafta y a los Emmy. Participó en películas como El último rey de Escocia y en Straightheads, que cuenta la historia de una pareja víctima de violencia que recurren a una sanguinaria venganza para recuperarse. Su conversión británica fue tal, que Duchovny ha dicho que la actriz hablaba con acento inglés y él "no le entendía nada".

Anderson, además, ha trabajado terminando el guión de The Speed of Light, y como productora, adjudicándose los derechos de la biografía de Martha Gellhorn, una corresponsal de guerra que estuvo casada con Heminway. En el filme, además, será la protagonista. En lo personal, en 2006 se divorció de su segundo marido, y se involucró con Mark Griffiths, con quien actualmente espera su tercer hijo, el segundo de ambos