25 abril 2008

Sex And the City, The movie....

La escena ocurrió un par de meses atrás. El asistente de dirección Bettiann Fishman se sube a una escalera frente a la Biblioteca Pública de Nueva York, en la Quinta Avenida, y se lleva un megáfono a la boca. "Hola a todos", dice, dirigiéndose a la multitud congregada en las escalinatas de la biblioteca. "Vamos a filmar ahora, así que por favor no entorpezcan la escena y no saquen fotos". A su alrededor, miembros del equipo de rodaje se preparan para lo que debía ser una escena sencilla de "Sex and the city, la película".

Pero el rodaje de la secuencia, de 60 segundos, en el que las estrellas llegan en una limusina y ascienden los peldaños, tardó horas debido a la constante aparición de curiosos armados con cámaras, celulares y un enorme atrevimiento. Una muestra: "¡No me toque! ¿Quiere que le vuele la cabeza?". Los fanáticos enfervorizados sacan fotos de la silla del director que se puede ver en el rodaje, en las calles de Nueva York. "¿Puedo sentarme?", dice un turista italiano. "Sólo por un momento... es una foto para mis amigos". Un gentil publicista de la cinta le concede su deseo. Balanceándose sobre altísimos tacos y con aspecto demasiado glamoroso para la luz de día, aparecen las estrellas: Samantha (Kim Cattrall, con un vestido tubo de color azul), Charlotte (Kristin Davis, de negro) y finalmente Carrie (Sarah Jessica Parker, embutida en un vaporoso vestido de Vivienne Westwood). ¡Las chicas - Dios mío- iban a una boda!

Durante la filmación de "Sex and the city, la película" es habitual ver a las cuatro estrellas detener el tránsito y ser sujeto de eternas columnas de blogs y chismes. Cada escena que es filmada al aire libre inspira perversas especulaciones sobre lo que veremos en el argumento de esta esperada cinta, el traspaso del glamoroso mundo de la serie de TV a la pantalla grande. Desde la planta baja del Bryant Park Hotel, donde después del rodaje Sarah Jessica Parker se oculta de la multitud, la estrella explica: "Miro hacia el suelo entre cada toma porque, la verdad, resulta muy difícil levantar la vista y asumir la locura que me rodea". Aunque la serie terminó en 2004, muchos espectadores aún la siguen en DVD y en las repeticiones televisivas. Para ellos, la emisión de "Sex and the city" aún no llega a su fin: es algo que continúa, que envuelve a Nueva York con una promesa de liberación, infinitos cocteles Cosmopolitan y, claro, sexo en todos los casos.

Las sorpresas de la película.

Una advertencia para cualquiera que no haya seguido obsesivamente la cobertura de prensa del filme, cuya fecha tentativa de estreno en nuestro país es para el 26 de junio. Es posible que haya sorpresas en el argumento. A pesar de la presencia casi constante de las cámaras y las obvias pistas que entregan las fotos (el vestido de boda de Sarah Jessica Parker, Kristin Davis embarazada), los realizadores se han preocupado por ocultar el argumento. "En realidad, nadie puede escuchar los diálogos desde lejos", explica Michael Patrick King, guionista y director de este proyecto. "Pueden mirar, pero nadie sabe cómo interactuarán los personajes. En el filme hay cuestiones emocionales que nadie conoce". Pero la reacción del público fue una de sus preocupaciones centrales durante los siete meses en los que escribió el guión, especialmente porque los personajes han madurado.

"Quiero que el público salga de la sala de cine satisfecho y exhausto", complementa el cineasta. La última vez que vimos a nuestras heroínas - Miranda, la abogada y madre convertida en reticente habitante de Brooklyn; Samantha, la aventurera reina de las relaciones públicas y sobreviviente de cáncer; Charlotte, la dulce esposa, y Carrie, la columnista y fetichista de Manolo Blahnik- parecían a punto de dejar atrás las noches de alto voltaje erótico de Manhattan.

"Esa clase de concupiscencia licenciosa ya no nos surge", dice Parker. "Lo importante es que Carrie no es frívola ni tonta, que hay sofisticación en ella. Está intentando tomar las decisiones más maduras sobre el amor y sobre la vida". En el filme, Carrie va por su tercer libro, Samantha se ha mudado a Los Angeles, Charlotte florece con su nueva familia y Miranda sigue viviendo en Brooklyn, y lo sigue odiando.

El filme de "Sex and the city" se puso en marcha inmediatamente después de que terminó la serie, pero el proyecto naufragó cuando Kim Cattrall se negó a rodarlo. "Lo que me asustaba de hacer la película es que nos habíamos retirado en un momento tan alto", dice en una entrevista en su trailer. "Si íbamos a volver, el dinero era un factor importante". La demora, junto con la persistente manía por "Sex and the city" - es casi imposible hablar de la mujer contemporánea y urbana sin hacer referencia a la serie- , ha hecho que el filme resultara aún más difícil de rodar, explican la estrella, Sarah Jessica Parker, y, el realizador, Michael Patrick King. Porque básicamente el equipo realizador sabía que sólo un puñado de series ha logrado una transición exitosa de la pantalla chica al cine. Y las expectativas son altísimas.

"Me siento como el Señor Spock, de 'Viaje a las estrellas"', comenta Cynthia Nixon sobre el estatus de culto que tiene su personaje Miranda Hobbes. Como reconocida actriz teatral, ¿echó de menos encarnar a Miranda? "Extrañé todo. Los personajes de ficción. Las personas reales. Extrañé durante todos estos años sin hacer 'Sex and the city' al equipo y el rodaje cotidiano de la serie". Pero Sarah Jessica Parker se muestra bastante circunspecta respecto de la atención que concitará la película. "Realmente trato de no pensar demasiado en si la película le gustará a la gente, trato de no pensar en, por ejemplo, si le causará náuseas a los homosexuales. ¿Se desilusionarán las mujeres con la historia?, porque no se puede trabajar de esa manera".

Y añade: "Para mí, el filme de 'Sex and the city' es la calle. Porque allí, en las calles de Nueva York, es donde están todas las promesas. Allí está el romance. Allí está la esperanza. Allí es por donde caminan todos los días las solteras, y no saben con qué se encontrarán dos pasos más allá".

POR MELENA RYZIKIHT, DESDE NUEVA YORK /THE NEW YORK TIMES