22 junio 2006

La hora de Jonathan Rhys Meyers

Chris Wilton, el protagonista de "Match Point", de Woody Allen, no ha tenido una vida fácil. Es un ex tenista profesional que sueña con ser aceptado por la clase alta inglesa, para gozar de sus privilegios a cualquier costo. Por cosas del destino conoce a la familia indicada y se casa con la heredera. En jerga futbolística, las cosas se le dan. En jerga Woody, el hombre tiene suerte.

Se podría hacer la misma reflexión con la vida de Jonathan Rhys Meyers (28), el actor que interpreta a Wilton en la cinta del director estadounidense. De ser un joven al que expulsaron del colegio, que jugaba pool, apostaba y robaba, en menos de 10 años pasó a ser una de las promesas del cine ¿Cómo lo hizo? Con rigor y esfuerzo. Pero también con mucha suerte.

"No hay verdadera lucha cuando has nacido en la riqueza. No sabes lo que es haber tenido que sacrificar cosas sin tener una opción. Son esas experiencias las que encienden el talento en la gente. Pareciera ser un don, pero en realidad es empujar los límites de tus habilidades físicas y mentales para escapar de la situación en la que estás", reflexiona al teléfono desde Dublín, donde está filmando la miniserie "The Tudors", en la interpreta a Enrique VIII.

Y valga la aclaración: Rhys Meyers no ha perdido la cabeza. Aunque acaba de pasar un año ungido bajo el halo de bendición de Allen, Rhys Meyers no se le suben los humos a la cabeza. O eso parece hasta este momento de la entrevista a este actor que sí ha cultivado el bajo perfil desde que comenzó a forjar su carrera, de menos a más, en Europa y América, con películas de culto (¿recuerda "Velvet Goldmine", sobre el punk-glam inspirado en David Bowie?), miniseries y el rol principal en el telefilme estadounidense "Elvis".

El chico, un carilindo de espíritu callejero, ya ha sido galardonado con un Globo de Oro por "Elvis" y con un premio en Cannes, donde quedaron atónitos el año pasado con sus movimientos en la cancha en "Match Point".

- ¿Esa película cambió tu carrera?"

No lo sé. Creo que, en cuanto a mi actuación, a algunas personas les gustó y a otras no. En Estados Unidos e Irlanda la amaron, en Inglaterra tuve todo tipo de comentarios. Ayuda ser el protagonista en una cinta de Woody Allen. Es muy prestigioso para un actor estar en su película más exitosa en venta de entradas. Así que sumando, creo que mi experiencia con Woody Allen ha sido más de lo que podría haber soñado".

- ¿Allen te dio algún consejo al actuar?

"No. Nunca hablé mucho con él".
- ¿Eso fue difícil para ti?
"¡Fue increíblemente fácil! Cuando algo es increíblemente fácil no es necesario hablar. Sólo vas a trabajar y dices 'Buenos días, Woody' y él dice 'Buenos días'. Te pones a trabajar y dices 'Adiós' al final del día. No le gusta hablar mucho con los actores. Los deja tranquilos. Porque él es un actor y sabe que, de cierta forma, el proceso es muy solitario y tienes que hacer las cosas por ti mismo. Y puedes pedir consejos y él puede sugerir cosas, pero un actor sabe más por sí mismo del punto de vista de la actuación y el director sabe más de toda la cinta como una unidad. Y es el compromiso entre estos dos procesos lo que hace una película".

- ¿Te gustaría trabajar con él en el futuro?

"Sí, por supuesto. Haría cualquier película con Woody. Cualquiera".- ¿Te dio más confianza como actor?"Pude haber sido 25% mejor".

- ¿Así de preciso? ¿Qué harías diferente?

"Él me sugirió que mi personaje fuera irlandés. Le dije que sí, porque me gustaba eso de un irlandés en una cinta de Woody Allen, pero si lo hubiera pensado bien le habría dicho que no. Porque él nunca cambió el guión y los irlandeses son muy distintos. Hubo muchas críticas por eso".

El actor juega en el equipo de Allen y practica una buena defensa cuando el nombre del maestro se pone en duda. Por ejemplo, con la indiferencia que tuvo la cinta en los premios Oscar: "Es agradable que hayan nominado a un Oscar a Woody por su guión. Scarlett y yo estuvimos cerca, y eso es agradable. Pero igual hubo cuatro nominaciones al Globo de Oro y está el éxito de taquilla ¿Qué más puedes esperar de una película? Además, creo que éste no era el año en que Woody debía ganar por mejor película. Creo que era el año en que debía demostrar que aún puede hacer películas que pueden ganar como mejor película", comenta.

"Ahora todos quieren trabajar con él nuevamente. Creo que en su próxima película tiene a Colin Farrell y Ewan McGregor, la última que filmó tiene a Hugh Jackman y Scarlett. 'Match Point' fue una total revitalización para su carrera. Y estoy feliz de haber hecho algo para ayudar a eso".

Personaje conocido.

Si alguien hubiera profetizado que Woody Allen dirigiría a un irlandés en un drama seco, sin la típica verborrea alleniana ni su humor intelectual, ese alguien hubiera sido catalogado de loco. Pero al otro lado de la línea está la demostración de que la locura sí existe.

Jonathan Rhys Meyers no tiene pergaminos académicos. Y su biografía tiene paralelos con la ficticia biografía del personaje con que saltó a la fama. O sea, Rhys Meyers pasó miserias y fue abandonado por su padre. De hecho ocupa el apellido de su mamá. Cero influencia paterna.

- ¿Qué rasgos de ti hay en el personaje?

"Uso mis emociones para establecer una conexión con las del personaje. Eso es un poco complejo en el caso de Chris Wilton, porque no es un sicópata ni alguien muy malvado. Es un tipo normal en cada aspecto. Por eso la elección que hace es la cosa más extraordinaria de él. Creo que todas las actuaciones reflejan los viajes personales de los actores".

Como jamás pisó una escuela de teatro, por años sintió que hacía su lugar en la industria a punta de engaños. "No me había entrenado ni tenía una técnica para lo que hacía, sólo lo hacía lo mejor posible y era terriblemente inseguro".

Pero dice que ahora es más maduro, está más decidido. Pura ambición irlandesa que se ve fuera y dentro de pantalla. Porque si este galán que saca suspiros cultivaba un bajo perfil, ahora quiere cambiar las cosas. "Estoy trabajando duro para convertirme en uno de los mejores actores del mundo", dice. Y eso ¿no le recuerda la ambición de un personaje conocido? A saber, el propio personaje de Jonathan Rhys Meyers en "Match Point".

"No voy a mentir, soy muy ambicioso y estoy muy agradecido de la suerte que he tenido. Simplemente estoy tratando de ser el mejor actor y persona que pueda", confirma. Tremendo salto para quien hace cuatro años estaba medio obsesionado con el rechazo que sufría en los castings - deja en claro que aún le ocurre- o las malas críticas: "Si haces una mala actuación, eres rechazado a gran escala, por millones y millones de personas. Y eso es un poco más complicado a que te rechace una chica, un chico, tu jefe o el guardia de un bar. Yo tuve suerte porque el rechazo avivó el fuego. Mientras que a otras personas las vuelve cobardes".

Y el chico ha encontrado coraje para sobreponerse y obviar gajes de este glamoroso oficio: "Si no quisiera estar acá, tendría que haber dejado la industria hace rato. Creo que ya he ido demasiado lejos al hacer 'Match Point' y ganar el Globo de Oro, además de grabar 'August Rush' con Terrence Howard y Robin Williams, además de otros proyectos. Ya pasé la etapa de 'hacerse famoso'. Ya que estoy en eso, podría ser lo más grande que pueda, ¿sabes? O sea, me gusta ser un artista, pero prefiero ser un artista rico. Es el miedo a la pobreza, eso es lo que guía a los actores: tenemos miedo de ser pobres nuevamente". Y hay un breve silencio. "Eso es broma", dice.

- Entonces ¿cómo te relacionas con la fama?

"Está bien. Me gusta. Pero no me gustaría que me gustara demasiado. Eso le pasa a alguna gente que empieza a disfrutar la droga de la fama y a decir 'Fuck, yeah, soy famoso', pero cuando dejas de serlo te vuelves amargado. Me gustaría pensar que me gusta sólo lo suficiente. Espero que algún día, cuando no sea famoso ni estrella, seré un ser humano completo".

- ¿Lees críticas?

"Sí. Las malas, sólo las malas. Son las únicas honestas. Es más fácil para un actor creer las críticas malas que las buenas. Come on! Cuando te dicen 'Eres una excelente escritora, esa entrevista fue extraordinaria', te debe dar vergüenza. Para los actores es lo mismo. Prefiero menospreciarme solo y sorprender a todos haciendo algo bueno en vez de decir que soy maravilloso sin ser interesante".

Nada que hacer: Jonathan Rhys Meyers está estupendamente situado. Su posición en la escala actoral sube como la espuma. Y él lo sabe: "Creo que Cillian Murphy ("Exterminio") y yo estamos en el mismo lugar y Colin Farrell está poco más adelante que nosotros, pero sólo un poco".

Se tiene fe, ya estuvo en "Misión imposible III" y dice que no le molestaría tener un protagónico en una película de gran presupuesto. No por nada se le mencionó como posible nuevo James Bond, aunque él dice que nunca le hicieron un ofrecimiento formal.

- ¿Y qué dirías si en unos años lo hicieran?

"Diría '¿Cuánto?"'

- Y si pudieras ¿a quién eligirías?"

A Woody Allen como el malo, a Emanuelle Seigner como chica Bond y otras cien actrices hermosas".

- ¿Alguna vez pensaste que no lo lograrías en esta industria?

"¡Cada día! Esta mañana lo pensé".

Sus otros papeles

Si la cara de Jonathan Rhys Meyers le suena familiar es porque lleva varias películas como secundario. Hizo del preocupado entrenador de Keira Knightley en "Jugando con el destino". Hasta esta película él siempre hacía personajes desagradables: "La forma en que te ves determina los papeles que interpretas y en esa época me veía como un tipo guapo pero cruel, malcriado y desagradable. Eso me sirvió para 'Los magníficos Amberson"', dice. Y también para "Cabalgando con el diablo", de Ang Lee y donde actuó junto a Tobey Maguire. "Mi personaje era un tipo creado por la guerra civil, lleno de odio, miseria y sufrimiento".

A pesar de su fama de excelente imitador- Woody Allen es uno de sus personajes recurrentes- , dice que no podría hacer comedias románticas. "Soy un comediante terrible. No soy para nada gracioso. Puedo imitar, pero ser buen comediante depende del timming. Y el mío no es muy bueno".