Pronto en los cines llegará "Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero"
Casi como un juego de antónimos, el próximo verano –en enero de 2006, para ser precisos–, se estrenará una película repleta de invierno. Llegará a las salas la primera entrega de la clásica saga literaria escrita por C. S. Lewis en 1950. Es que el cine, cuando se propone estremecer, se supera a sí mismo con creces. "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero" viene de la mano de un combo insuperable. Disney y Walden Media se dijeron un par de secretitos al oído y decidieron destinar algo más de 100 millones de dólares para este proyecto.
En primer lugar, llamaron nada menos que a Andrew Adamson, director de las películas del ogro Shrek, y lo pusieron al frente del primer film de esta historia. Después, convocaron al mismo equipo de efectos especiales que trabajó con Peter Jackson en "El Señor de los Anillos". Y hay más: Nueva Zelanda y la República Checa son los escenarios elegidos para estas aventuras que cuentan la historia de cuatro chicos, que en medio de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, son llevados desde Londres a la inmensa casa de un viejo profesor.
Dentro de un antiguo ropero de una de las habitaciones de la mansión hace su aparición Narnia: un mundo fantástico, distinto, misterioso y destinado –a causa de un hechizo de magia negra tejido por la Bruja Blanca– a un invierno que durará 100 años si los niños protagonistas de esta historia no ayudan al león Aslan –palabra que significa león, en turco– a librar la batalla del bien contra el mal. Símbolos, magia, lealtad y traición intervendrán para salvar a Narnia. Pronto los pequeños espectadores vibrarán de emoción en sus butacas. Es que cuando el cine se propone conmover, siempre se supera a sí mismo.
En primer lugar, llamaron nada menos que a Andrew Adamson, director de las películas del ogro Shrek, y lo pusieron al frente del primer film de esta historia. Después, convocaron al mismo equipo de efectos especiales que trabajó con Peter Jackson en "El Señor de los Anillos". Y hay más: Nueva Zelanda y la República Checa son los escenarios elegidos para estas aventuras que cuentan la historia de cuatro chicos, que en medio de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, son llevados desde Londres a la inmensa casa de un viejo profesor.
Dentro de un antiguo ropero de una de las habitaciones de la mansión hace su aparición Narnia: un mundo fantástico, distinto, misterioso y destinado –a causa de un hechizo de magia negra tejido por la Bruja Blanca– a un invierno que durará 100 años si los niños protagonistas de esta historia no ayudan al león Aslan –palabra que significa león, en turco– a librar la batalla del bien contra el mal. Símbolos, magia, lealtad y traición intervendrán para salvar a Narnia. Pronto los pequeños espectadores vibrarán de emoción en sus butacas. Es que cuando el cine se propone conmover, siempre se supera a sí mismo.