19 enero 2006

"Brokeback Mountain"


Si los cielos iluminan / trasluces de paraíso, islas de color de edén, / es que en las horas sin luz, / sin suelo, hemos anhelado / la tierra más inocente / y jardín para los dos". Es seguro que cuando el poeta Pedro Salinas escribió estos versos ni se le pasó por la cabeza que pudieran referirse a dos vaqueros homosexuales. Sin embargo, bien podría estar hablando de Ennis y Jack, los protagonistas de 'Brokeback Mountain'.

Porque este relato —llevado al cine por Ang Lee— es, ante todo, una historia de amor universal: la de dos personas que se conocen, se enamoran y quieren estar juntas. El problema es que esas personas son dos hombres, de profesión 'cowboys' y poco acostumbrados a dejarse llevar por los sentimientos, porque de hacerlo el entorno en el que viven les castigará: el oeste americano de los años sesenta.

Ocultos tras sus grandes sombreros, Ennis Del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal) se conocen mientras hacen cola para pedir trabajo a Joe Aguirre (Randy Quaid), el ranchero del pueblo. Tienen más en común de lo que creen: las miras de ambos están puestas en montar su propio rancho, casarse y tener hijos, exactamente lo que la sociedad en la que viven espera que hagan. Pero es precisamente ese trabajo por el que ambos hacen cola el que provocará que nada sea como preveían.

Ennis del Mar es el típico 'tipo duro': aficionado a la bebida, violento en ocasiones, enormemente introvertido, solitario y tendente a que de su boca sólo salgan monosílabos. Sin embargo, tras esa coraza se oculta en realidad un muchacho traumatizado incapaz de dar rienda suelta a sus sentimientos. Su propio nombre está lleno de significado: Ennis significa "isla".

Jack Twist, por su parte, es todo lo contrario: abierto, charlatán, cariñoso y aventurero; su intención es ganarse la vida compitiendo en rodeos o trabajando en cualquier lugar lejos del rancho de su exigente padre.

Destinados a Brokeback Mountain, un increíble paraje que en realidad pertenece a las Montañas Rocosas canadienses, para cuidar el rebaño del ranchero, entre ovejas, lobos, judías enlatadas —su único sustento— y whisky, Ennis y Jack irán forjando una amistad q
ue pronto se transformará en otra cosa, un profundo amor que dejarán fluir entre los ríos y caminos de Brokeback

Inmersos en la 'cultura del silencio'

Pero el verano llega a su fin y ambos se ven obligados a regresar a su vida anterior. Ennis no está dispuesto a enfrentarse al mundo por estar con Jack, por lo que prefiere resignarse a su destino y se casará con su novia de toda la vida, Alma, interpretada por Michelle Williams, quien es su esposa (la de Heath Ledger) en la vida real, tras conocerse en el rodaje del filme.

Jack hará lo propio, empujado por las circunstancias, pero continuará luchando toda su vida por estar junto a Ennis. El problema es que "si careces de la libertad para ser tal como eres, no sólo te afecta a ti, sino a todos los que entran en tu vida", como explica la actriz Anne Hathaway, quien interpreta a la esposa de Jack.

Así, Brokeback Mountain será su secreto y su lugar de encuentro durante toda una vida. El contraste de sus colosales parajes con los opresivos ambientes rurales de Texas y Wyoming en los que residen los protagonistas es una de las vías utilizadas por el director, Ang Lee, para transmitir la opresión con la que conviven los personajes, incapaces de encajar en la sociedad que les rodea, dominada por la "cultura del silencio".

"Es una película que transcurre en paisajes amplios física y emocionalmente, pero que cuenta una historia muy íntima", explica Diana Ossana, guionista del filme junto a Larry McMurtry, ambos ganadores del prestigioso Premio Pulitzer.

Avalada por el León de Oro en el Festival de Venecia, por cuatro Globos de Oro, y por el respaldo unánime de la crítica, la película no ha tenido lo que se dice un camino de rosas hasta llegar a los cines. Fue gracias al empeño de McMurtry y Ossana que 'Brokeback Mountain' acabara convertido en filme. Ambos quedaron fascinados tras leer el relato de otra Pulitzer, Annie Proulx, en la prestigiosa revista 'New Yorker', publicación que combina los grandes reportajes con la creación literaria.

Un proyecto arriesgado

Fue el comienzo de un largo camino de ocho años, los que ha costado que la película viera la luz. El taiwanés Ang Lee, autor de la aclamada 'El Tigre y el dragón', de la versión cinematográfica de la obra de Jane Austen 'Sensatez y Sentimientos' y del drama 'La tormenta de hielo', apostó desde un principio por la historia. "Si un proyecto no es arriesgado y sensible seguramente me interese poco", se justifica.

En cuanto a la elección del reparto, joven y poco conocido, Ang Lee explica que "Los protagonistas de la historia tiene 20 años y siempre es difícil rejuvenecer. Por eso escogí actores de veinte y pico años. Los jóvenes están llenos de inocencia y frescura, creen en lo que hacen. Están dispuestos a esforzarse".

Para reflejar el paso del tiempo —la película recorre la vida de Jack y Ennis durante más de 20 años—, Ang Lee jugó no sólo con la caracterización de los actores (bigote, canas...), sino también con la manera de andar y con la voz. Un esfuerzo enorme para los intérpretes, máxime si se tiene en cuenta que prácticamente ninguno de ellos, salvo Michelle Williams, es originario del Estados Unidos rural. Está por ver si la Academia de Hollywood lo tiene en cuenta a la hora de repartir sus Oscar a la interpretación.

También existe la incógnita de si esta institución hara gala de la misma valentía que en la pasada edición, cuando elevó a los altares la dura reflexión sobre la eutanasia de Clint Eastwood en 'Million Dollar Baby', y convierte por vez primera a un filme de temática homosexual en triunfador de los Oscar. Porque aunque parezca mentira en los tiempos que corren, los menores tienen prohibido ver la película en EEUU y varios cines de Utah y Virginia la han vetado en sus carteleras