18 febrero 2010

Julianne Moore: "Lo mejor es cuando la gente se identifica con tu personaje"

Ayer salió el sol en la nevada capital alemana y muchos encontraron la explicación: apareció Julianne Moore en la paleta de estrellas que forman parte de los 60 años de la Berlinale. La glamorosa actriz norteamericana es una de las protagonistas de la polémica cinta "The kids are all right", una audaz apuesta que se presentó fuera de concurso y que muestra cómo dos hermanos adolescentes (Mia Wasikowska, de "Alicia en el país de las maravillas", y Josh Hutcherson) comienzan a investigar cuál es la identidad del donante que fue su progenitor. Y esto se debe a que ambos son los hijos de una pareja de lesbianas interpretadas por Annette Bening y Julianne Moore.

La pelirroja actriz dice que desde hace cinco años buscaba actuar en este papel, pues admira a la realizadora Lisa Cholodenko ("High art"), la gestora de esta inusual historia. "Hemos estado junto a Lisa luchando por realizar esta cinta durante los últimos años y creo que eso ayudó a que el guión resultara algo especial".

El conflicto narrativo estalla cuando el padre biológico (Mark Ruffalo) de los chicos, interrumpe la rutina de esta familia distinta y atípica. Algo que cambia radicalmente el curso de los acontecimientos y que hace que el personaje de Moore se sienta atraída por este intruso. Sobre su rol, ultra destacado por la prensa acreditada, la estrella señaló: "El mejor cumplido es cuando la gente se identifica con tu personaje".

Sin sentirse necesariamente una defensora de los derechos gay, Moore bajó el tenor de cualquier polémica. "No creo que importe cuál sea tu sexualidad. Tanto Annette como yo hemos estado casadas, tenemos hijos, sabemos lo que significa ser padres y sabemos lo que es estar en una relación de años".

En tanto, ayer Irán hizo noticia acá en Berlín y no sólo porque se estrenó la cinta de ese país "The hunter", de Rafi Pitts, sobre un francotirador que asesina a dos agentes porque su mujer y su hija murieron en una manifestación callejera. La polémica estalló porque el gobierno de Irán decidió no autorizar el viaje del cineasta Jafar Panahi, quien debía participar en la Berlinale como parte de un foro cultural.