"¿Quieres tener sexo conmigo delante de una cámara por dinero?", pregunta con solemnidad Zack, interpretado por el pelirrojo Seth Rogen, a su amiga de la infancia y amor platónico Miri, en la piel de Elizabeth Banks, en 'Zack and Miri make a porno'.
Dos inquilinos con bajos salarios de un apartamento en muy mal estado en Pittsburgh, Pensilvania (este de Estados Unidos), buscan desesperadamente pagar sus cuentas de electricidad en pleno invierno. ¿La solución? Producir un filme porno y venderlo. ¿La promesa? No enamorarse uno del otro.
En este filme sin tabús, sugerente y con un lenguaje simple, donde las groserías se repiten en cada diálogo, el director estadounidense Kevin Smith entra en sintonía con una cultura popular en la que la pornografía es clave.
Smith integró en su elenco a Traci Lords, ex estrella del cine para adultos, y a la actriz porno Katie Morgan, reconocidas por un público universitario que calurosamente aplaudió esta comedia en su exhibición del domingo en la ciudad canadiense.
Este filme universitario que marcha al ritmo del universo de la pornografía probablemente gane en el otoño millones de espectadores y suscite la controversia en miles de conservadores en Estados Unidos. El filme ha sido clasificado para 'mayores de 17 años' en Estados Unidos, para decepción de su creador, y el cartel promocional -donde se sugiere sexo oral entre Zack y Miri- fue prohibido en Estados Unidos pero autorizado en Canadá.
El Festival de Toronto había recibido el año pasado la cinta canadiense 'Young people fucking', una comedia pícara que indignó a los canadienses conservadores y que llevó a una polémica sobre la financiación del cine con fondos públicos.
Otra comedia, más intelectual, atrajo la atención en el Festival de Toronto: 'Religulous', contracción de los términos 'religion' y 'ridiculous' ('religión' y 'ridículo', en inglés), dirigida por Larry Charles, después de las aventuras del reportero kazajo 'Borat'. "Quiero destruir más que desacreditar, destruir todo ese sistema", declaró el realizador.
Bill Maher, célebre cómico estadounidense de izquierda y animador de la cadena HBO, viaja a Europa, Israel y a los rincones más lejanos de Estados Unidos -especialmente donde cristianos evangélicos en una "iglesia para camioneros"- para convertir a católicos, protestantes, judíos, musulmanes, mormones, etc., a las virtudes del ateísmo y la duda.
El Festival de Toronto cedió lugar este año a las comedias, un género poco apreciado por la crítica pero sí por el público.
Además de 'Zack and Miri make a porno' y 'Religulous', el festival presentó 'Ghost Town', de David Koepp, y 'Nick and Norah's infinite playlist' con Michael Cera, actor que fue una revelación en la cinta canadiense 'Juno' el año pasado