El hombre, aunque adelgazó bastante, se mueve con cierta dificultad. Es común verlo en varias funciones matinales, haciendo la cola como cualquier otro acreditado, y hasta sorprenderlo mirando de reojo a las chicas mientras espera sentado a que llegue el subte. Brian De Palma no tiene, como el año pasado, un filme para presentar -era Redacted-, pero llega temprano a las funciones y, con su eterna cara de pocos amigos, se sienta solo a esperar que comience la proyección.
Dos emotivas películas se vieron ayer, una local y otra inglesa. One Week tiene a Joshua Jackson (Dawson's Creek) como un joven que poco antes de casarse se entera de que tiene cáncer. Y decide hacer un viaje -solo, en moto- a través de Canadá antes de que la enfermedad se agrave. El tono de comedia, con humor sardónico, afirma a Michael McGowan, nacido en Toronto, como un talento a tener muy en cuenta.
La otra fue Is There Anybody There?, en la que un niño vive obsesionado con lo que sucede después de la muerte, a partir de que su casa se convierte en un asilo de ancianos. La llegada de un mago retirado (Michael Caine) le pone mayor encanto al asunto, y el irlandés John Crowley -productor de Juno y que dirigió en teatro The Pillowman- pinta tan bien al niño, el mago, los viejitos y los padres de Bill, que manejan el hospicio, que por pasajes logra emocionar con autenticidad.
Si hay alguien que demostró que el suspenso y el cine de acción no admiten distinción de sexo es Kathryn Bigelow. La directora de Punto límiteDías extraños entrega uno de los mejores filmes sobre lo que sucede en Irak con The Hurt Locker. Jeremy Renner (Exterminio 2) se encarga de desactivar artefactos explosivos en Bagdad. Con su traje antibomba, sus métodos son poco convencionales, y sus compañeros de la Compañía Bravo lo único que hacen es contar los días que les restan para volver a su hogar.
Con un suspenso trepidante, y eso que son varios los presuntos ataques de guerrilla de los locales que James tiene que enfrentar, y una crueldad sin muchos miramientos, Bigelow hace sentir como propio el temor a la muerte del escuadrón de soldados. De lo mejor que se vio en este Festival.
Y otro que vuelve por la buena senda es el inglés Danny Boyle (Trainspotting), quien rodó en la India Slumdog Millionaire, siguiendo a dos hermanitos huérfanos en Mumbai hasta que son mayores, intercalando la participación en el presente de uno de ellos en la versión india de ¿Quién quiere ser un millonario?
Salvo este último -y tal vez, tampoco-, ninguno tiene distribuidor confirmado en el Perú, lo que sería una lástima. No todos los días uno sale con los ojos tan llenos de buen cine.
Dos emotivas películas se vieron ayer, una local y otra inglesa. One Week tiene a Joshua Jackson (Dawson's Creek) como un joven que poco antes de casarse se entera de que tiene cáncer. Y decide hacer un viaje -solo, en moto- a través de Canadá antes de que la enfermedad se agrave. El tono de comedia, con humor sardónico, afirma a Michael McGowan, nacido en Toronto, como un talento a tener muy en cuenta.
La otra fue Is There Anybody There?, en la que un niño vive obsesionado con lo que sucede después de la muerte, a partir de que su casa se convierte en un asilo de ancianos. La llegada de un mago retirado (Michael Caine) le pone mayor encanto al asunto, y el irlandés John Crowley -productor de Juno y que dirigió en teatro The Pillowman- pinta tan bien al niño, el mago, los viejitos y los padres de Bill, que manejan el hospicio, que por pasajes logra emocionar con autenticidad.
Si hay alguien que demostró que el suspenso y el cine de acción no admiten distinción de sexo es Kathryn Bigelow. La directora de Punto límiteDías extraños entrega uno de los mejores filmes sobre lo que sucede en Irak con The Hurt Locker. Jeremy Renner (Exterminio 2) se encarga de desactivar artefactos explosivos en Bagdad. Con su traje antibomba, sus métodos son poco convencionales, y sus compañeros de la Compañía Bravo lo único que hacen es contar los días que les restan para volver a su hogar.
Con un suspenso trepidante, y eso que son varios los presuntos ataques de guerrilla de los locales que James tiene que enfrentar, y una crueldad sin muchos miramientos, Bigelow hace sentir como propio el temor a la muerte del escuadrón de soldados. De lo mejor que se vio en este Festival.
Y otro que vuelve por la buena senda es el inglés Danny Boyle (Trainspotting), quien rodó en la India Slumdog Millionaire, siguiendo a dos hermanitos huérfanos en Mumbai hasta que son mayores, intercalando la participación en el presente de uno de ellos en la versión india de ¿Quién quiere ser un millonario?
Salvo este último -y tal vez, tampoco-, ninguno tiene distribuidor confirmado en el Perú, lo que sería una lástima. No todos los días uno sale con los ojos tan llenos de buen cine.