"Twilight", una de las películas más esperadas del año por el público juvenil, llega a las salas de Estados Unidos el próximo viernes, pero miles de fans ya poseen su entrada para los pases previos del jueves en la medianoche, la hora de los vampiros.
El filme consiguió agotar todas las entradas puestas a la venta desde el pasado lunes para unas 1.000 exhibiciones que tendrán lugar horas antes del estreno general en alrededor de 3.400 salas del país, informaron los portales de Internet Fandango y MovieTickets.
Dirigida por Catherine Hardwicke, la cinta se basa en la novela homónima de Stephenie Meyer sobre vampiros adolescentes, románticos y vegetarianos, alejados así de la imagen tétrica y siniestra que la literatura y el cine han ofrecido de ellos históricamente.
"Es como entrar en una cápsula del tiempo", dijo la cineasta en entrevista.
"Volver a los catorce años, enamorarse del chico equivocado y pensar que harías todo por él, hasta convertirte en un vampiro por estar con él", explicó con entusiasmo la directora estadounidense sobre las razones que la atrajeron del proyecto.
Todo comenzó el año pasado durante el Festival Sundance de cine independiente.
Allí, ejecutivos del estudio Summit Entertainment le comentaron que habían quedado impresionados con su trabajo en el drama "Thirteen" (2003) y le ofrecieron dirigir una de las cinco películas que tenían en mente.
"Al menos esta película no hace que te entren ganas de cortarte las venas", bromeó Hardwicke.
"Cuatro no me interesaron, pero ésta sí. Me leí el primer libro y me encantó, mucho más que el guión original que leí entonces. Decidimos tirarlo a la basura y rehacerlo para que se pareciera más a la novela", rememoró Hardwicke, quien no se pudo resistir ante esta historia de amores imposibles y familias enfrentadas.
"Es como un 'Romeo y Julieta' o un 'Titanic'", aseguró la realizadora.
"Los protagonistas (Bella y Edward) se supone que no deben estar juntos. Sus familias no lo aprueban, pero entre ellos hay una atracción poderosa. Necesitan y quieren estar juntos", manifestó Hardwicke, de 53 años.
Más allá de las trabas que afronta la pareja, encarnada por Kristen Stewart y Robert Pattinson, existe una peculiar condición en la naturaleza del joven que hace peligrar aun más su relación.
"La lucha principal es contra sus instintos, porque cuanto más la desea, más siente la necesidad de matarla", indicó la directora, que se mostró convencida de que la película gustará a los aficionados más acérrimos de las novelas de Meyer, satisfecha con la acción del filme.
"Me dijo que le encantó, que ojalá hubiera dado con esas ideas para plasmarlas en los libros", manifestó Hardwicke, a quien no deja de sorprender las comparaciones del filme con otra popular saga juvenil, la de Harry Potter.
Conviene recordar que esta película es de corte independiente, sin grandes estrellas en su reparto y con un presupuesto inferior a los 40 millones de dólares, muy por debajo de los cerca de 200 millones con los que contó la última adaptación cinematográfica del personaje creado por la británica J.K. Rowling.
"Me río con estas comparaciones", dijo Hardwicke. "Lo que pasa es que hay mucha pasión alrededor del proyecto", admitió.
Esa "pasión" a la que se refiere la directora la genera, principalmente, el vampiro Edward Cullen, un ser de "alma torturada que jamás ha sido feliz", según la cineasta. También el rostro por el que suspira Bella y millones de adolescentes en todo el mundo.
"Tuvimos que buscar a un tipo pálido, que diera la sensación de tener 17 años y que, además de ser buen actor, fuera guapo", comentó sobre el proceso de casting para el papel principal.
"¿Cuántos hay así? Es realmente difícil, buscamos por todo el mundo... hasta que Rob viajó desde Londres. Cuando hizo la audición con Kristen, supe que sería él. Entre ellos saltaban chispas, hubo una profunda conexión que se siente en la pantalla", admitió la realizadora.
Hardwicke, consciente de que éste es, hasta el momento, el trabajo que más expectativas ha levantado de entre todos los que ha hecho, cruza los dedos para que el filme sea un éxito y se pueda rodar una segunda parte.
"Espero que así sea", finalizó.
El filme consiguió agotar todas las entradas puestas a la venta desde el pasado lunes para unas 1.000 exhibiciones que tendrán lugar horas antes del estreno general en alrededor de 3.400 salas del país, informaron los portales de Internet Fandango y MovieTickets.
Dirigida por Catherine Hardwicke, la cinta se basa en la novela homónima de Stephenie Meyer sobre vampiros adolescentes, románticos y vegetarianos, alejados así de la imagen tétrica y siniestra que la literatura y el cine han ofrecido de ellos históricamente.
"Es como entrar en una cápsula del tiempo", dijo la cineasta en entrevista.
"Volver a los catorce años, enamorarse del chico equivocado y pensar que harías todo por él, hasta convertirte en un vampiro por estar con él", explicó con entusiasmo la directora estadounidense sobre las razones que la atrajeron del proyecto.
Todo comenzó el año pasado durante el Festival Sundance de cine independiente.
Allí, ejecutivos del estudio Summit Entertainment le comentaron que habían quedado impresionados con su trabajo en el drama "Thirteen" (2003) y le ofrecieron dirigir una de las cinco películas que tenían en mente.
"Al menos esta película no hace que te entren ganas de cortarte las venas", bromeó Hardwicke.
"Cuatro no me interesaron, pero ésta sí. Me leí el primer libro y me encantó, mucho más que el guión original que leí entonces. Decidimos tirarlo a la basura y rehacerlo para que se pareciera más a la novela", rememoró Hardwicke, quien no se pudo resistir ante esta historia de amores imposibles y familias enfrentadas.
"Es como un 'Romeo y Julieta' o un 'Titanic'", aseguró la realizadora.
"Los protagonistas (Bella y Edward) se supone que no deben estar juntos. Sus familias no lo aprueban, pero entre ellos hay una atracción poderosa. Necesitan y quieren estar juntos", manifestó Hardwicke, de 53 años.
Más allá de las trabas que afronta la pareja, encarnada por Kristen Stewart y Robert Pattinson, existe una peculiar condición en la naturaleza del joven que hace peligrar aun más su relación.
"La lucha principal es contra sus instintos, porque cuanto más la desea, más siente la necesidad de matarla", indicó la directora, que se mostró convencida de que la película gustará a los aficionados más acérrimos de las novelas de Meyer, satisfecha con la acción del filme.
"Me dijo que le encantó, que ojalá hubiera dado con esas ideas para plasmarlas en los libros", manifestó Hardwicke, a quien no deja de sorprender las comparaciones del filme con otra popular saga juvenil, la de Harry Potter.
Conviene recordar que esta película es de corte independiente, sin grandes estrellas en su reparto y con un presupuesto inferior a los 40 millones de dólares, muy por debajo de los cerca de 200 millones con los que contó la última adaptación cinematográfica del personaje creado por la británica J.K. Rowling.
"Me río con estas comparaciones", dijo Hardwicke. "Lo que pasa es que hay mucha pasión alrededor del proyecto", admitió.
Esa "pasión" a la que se refiere la directora la genera, principalmente, el vampiro Edward Cullen, un ser de "alma torturada que jamás ha sido feliz", según la cineasta. También el rostro por el que suspira Bella y millones de adolescentes en todo el mundo.
"Tuvimos que buscar a un tipo pálido, que diera la sensación de tener 17 años y que, además de ser buen actor, fuera guapo", comentó sobre el proceso de casting para el papel principal.
"¿Cuántos hay así? Es realmente difícil, buscamos por todo el mundo... hasta que Rob viajó desde Londres. Cuando hizo la audición con Kristen, supe que sería él. Entre ellos saltaban chispas, hubo una profunda conexión que se siente en la pantalla", admitió la realizadora.
Hardwicke, consciente de que éste es, hasta el momento, el trabajo que más expectativas ha levantado de entre todos los que ha hecho, cruza los dedos para que el filme sea un éxito y se pueda rodar una segunda parte.
"Espero que así sea", finalizó.