El inminente estreno de "United 93", el número de vuelo del avión que se estrelló en el 2001 en un campo de Pensilvania, abre serias dudas sobre si la audiencia está preparada para revivir el horror del 11-S en el cine.
De momento, parece que no están preparados ni para el tráiler del primer filme de los que este año recrearán el peor atentado terrorista de la historia de Estados Unidos, ya que sin previo aviso comienza alternando imágenes demasiado reales como para asimilarlas en medio de tanta ficción.
Entre esas imágenes está la secuencia en la que el segundo avión secuestrado ese día choca se estrella contra las Torres Gemelas de Nueva York.
El malestar ha sido tal que el anuncio de este estreno previsto para el 25 de abril en Nueva York y tres días más tarde en el resto del país, tuvo que ser retirado de varias salas.
El presidente de marketing de los estudios Universal, Alan Fogelson, quitó hierro a estas protestas y las consideró como algo normal en todos los estrenos, que siempre molestan a algún espectador.
Dirigida por el documentalista y realizador británico Paul Greengrass, "United 93" recrea los últimos 90 minutos de las vidas de los pasajeros del cuarto avión, de la compañía United Airlines, secuestrado el 11 de septiembre del 2001 (11-S).
Conocedores mediante llamadas telefónicas de lo que había pasado con dos de los tres vuelos siniestrados, los pasajeros intentaron tomar el control de la situación.
En su lucha, el avión se estrelló antes de llegar al Capitolio, donde los terroristas tenían sus miras para el siguiente atentado.
Las familias de los 40 pasajeros y tripulantes del Boeing 757 dieron su apoyo unánime a la meticulosa reconstrucción de ese día.
Incluso facilitaron detalles de las últimas conversaciones, las mismas súplicas por su vida o los últimos arrestos de valentía que el pasado miércoles escuchó el jurado en el caso contra Zacarías Moussaoui, el único procesado en EEUU por los atentados del 2001.
"Las familias de las víctimas querían que se hiciera el filme", declaró Greengrass a la revista "Time".
"United 93" es la primera película que trata el tema dentro del género de ficción pero no es la última.
En el año en el que se cumple el quinto aniversario de unos atentados que costaron la vida a cerca de 3.000 personas, otro filme, "World Trade Center", mostrará en agosto la caída de otro símbolo.
El filme dirigido por Oliver Stone y con Nicolas Cage y Michael Peña de protagonistas, se centra en los dos últimos bomberos rescatados con vida de las Torres Gemelas tras los atentados.
En ambos casos son historias de heroísmo y coraje que se quieren ceñir en lo posible a la realidad de lo que ocurrió en esos días, en esas horas, dejando de lado el lado político.
"No he tenido que inventarme nada. Es una historia tan bella de heroísmo, amistad y bravura...", describió a la prensa la guionista de "World Trade Center", Andrea Berloff.
Aún así, la respuesta de una audiencia, que en los últimos años favoreció con el precio de sus entradas películas de evasión, es dudosa.
A favor de una buena respuesta están los intentos anteriores como el telefilme "Flight 93" centrado en el mismo vuelo y que obtuvo para la cadena de televisión A&E los índices de audiencia más altos de su historia.
Pero se trataba de televisión, donde el público ya se ha acostumbrado a revivir una y otra vez esas imágenes.
Lo mismo ocurre con "Fahrenheit 9/11", que amasó 119 millones de dólares en la taquilla estadounidense a pesar de las sobrecogedoras imágenes, y aún peor el sonido, de los cuerpos cayendo desesperados desde las Torres.
Pero su éxito estaba enmarcado dentro del género documental, no del de las grandes producciones de Hollywood de ficción.
"Las películas necesitan mostrar el mundo tal y cómo es. Tenemos que contar las historias del 11-S", insistió Greengrass en "Time" convencido de que el público está preparado para verla.