Hollywood está siempre en los cines y las pantallas de televisión de todo el mundo, pero la noche de los Oscar esta presencia alcanza un nivel superior: Reúne el suspenso de los mejores thrillers, las risas de las grandes comedias y el glamour de las grandes estrellas en el show de los shows.
Esa es la idea que los organizadores de los Oscar quieren transmitir. En realidad, la ceremonia de entrega de los premios más importantes de la industria muchas veces vira de lo embarazoso a lo aburrido cuando una tras otra las estrellas expresan su agradecimiento a sus productores, agentes y niñeras durante alrededor de tres horas.
Quizá este año esto sea diferente. Gran parte de la responsabilidad recaerá en Jon Stewart, de 43 años, el presentador de la gala de esta edición.
Su tono inteligente e irascible como presentador del programa paródico de noticias The Daily Show with Jon Stewart lo convirtió en un héroe contracultural entre los telespectadores más progresistas, que aprecian su habilidad para destacar lo más absurdo de las políticas del gobierno con sólo alzar la ceja.
Pero atraer a los espectadores no será tarea fácil este año. Las ediciones anteriores demuestran que la cuota de encendido depende de la popularidad de las películas nominadas. Con la ceremonia dominada por films independientes y cerebrales que no consiguieron convertirse en éxitos de taquilla, el show podría ser el menos visto de los últimos años.
A este desafío se suman los pesados temas que tratan gran parte de las películas: racismo, sucios entramados políticos, la masacre de los Juegos Olímpicos, ejecuciones y homofobia, entre otros.
Stewart no parece preocupado. "Según me dijeron, la gente no se cansa del chiste del cowboy gay", dijo al USA Today. "En cierto modo, es como aquello de la banana y la persona resbalando en la acera".
"Crash y Munich son como sueños para un comediante", añadió, en refrencia a dos de las nominadas a mejor película. "Siempre dije que si no puedo hacer bromas sobre el Holocausto, al menos puedo hacer bromas sobre la masacre olímpica".
Esa línea humorística en concreto posiblemente vaya demasiado lejos incluso para Stewart, pero no hay motivo para la preocupación: El presentador tiene toda una serie de otros objetivos para hacer chistes sobre el escenario de este año, diseñado para parecer un antiguo cine art déco.
La lista de presentadores, por ejemplo, abarca lo mejor y lo peor de Hollywood. Alfabéticamente, va de Jessica Alba a Owen Wilson pasando por Clint Eastwood, Jennifer Aniston, Jamie Foxx, Morgan Freeman, Tom Hanks, Nicole Kidman, Hilary Swank, Charlize Theron y Meryl Streep, entre otros.