El desafío que tuvo que enfrentar no era menor: interpretar a una mujer con trastorno de personalidad múltiple que convive con tres alter egos, uno de los cuales es hombre, y que trata al mismo tiempo de criar a sus dos hijos, manejar su casa y hacer su trabajo. Todo dando con el tono de comedia justo en un tema que generalmente se presta para el drama.
Pero Collette, que ya demostró su talento en las cintas Sexto sentido y En sus Zapatos (junto a Cameron Diaz), no sólo sale bien parada de la prueba, sino que hace que uno se olvide de los problemas que tiene la serie (un par de situaciones forzadas, una idea que puede agotarse pronto).
Así, la actriz no sólo logra que sus otras personalidades resulten creíbles (al menos dos de ellas, la tercera no aparece en el estreno), sino que hace que los cambios no atosiguen ni confundan y, más importante, que Tara sea querible.
Esto último es clave, porque en otras manos el papel podría haber resultado insufrible. Pero los rastros de vulnerabilidad que deja entrever en el primer capítulo hacen que uno empatice con los problemas de esta madre de familia, al margen de que ella los maneje inventando otras personalidades.
Collette supo sacarle provecho a una serie hecha para lucirse. La misma oportunidad donde fracasaron gente como Christina Applegate, que nunca logró hacer cuajar ese rol con tanto potencial que tenía en Samantha Who? (Sony) o Anne Heche, que hizo de Men in trees (Warner) un desastre irredimible cuando la serie claramente se podría haber salvado con una buena interpretación