09 octubre 2008

Leonardo DiCaprio y Russell Crowe persiguen a Al Qaeda en su último estreno

"Body of Lies", la cuarta película en la que colaboran el director británico Ridley Scott y el actor neozelandés Russell Crowe, llega mañana a las salas de EE.UU. con Leonardo DiCaprio como protagonista de una cinta acogida con frialdad por la crítica.

En este filme de espionaje, dos miembros de la CIA, Roger Ferris (DiCaprio), el mejor agente de la Inteligencia estadounidense, y Ed Hoffman (Crowe), la voz al otro lado de la conexión telefónica que rige los destinos de su compañero, deben localizar a un líder de la organización terrorista Al Qaeda.

Scott contó para la película con los que a su juicio son "los dos mejores actores de Hollywood". Éste es su primer trabajo con DiCaprio, pero el cuarto con Crowe, tras "Gladiator", "A Good Year" y "American Gangster". Además, volverán a repetir en "Nottingham".

Ferris, en un viaje que lo llevará por Irak, Jordania y Siria, contará para lograr su objetivo con la ayuda de Hani (Mark Strong), el elegante jefe de la Inteligencia jordana, una de las múltiples relaciones de confianza que surgen en la cinta y a las que se refiere la frase promocional: "No confíes en nadie. Engaña a todos".

El objetivo de Ferris es crear una organización ficticia cuyas atrocidades fuercen a Al-Saleem (Alon Aboutboul), el terrorista que busca, a salir a la luz. "Si me hubiese puesto en situaciones como ésas (misiones antiterroristas) habría tenido el mismo tipo de problemas morales que encara Ferris en la película", afirmó DiCaprio.

Basada en la novela homónima de David Ignatius, columnista del periódico Washington Post, y con guión de William Monahan, ganador del Óscar por "The Departed", "Body of Lies" fue rodada en parte en Rabat y Ouarzarzate (Marruecos), donde Scott ya grabó obras suyas como "Kingdom of Heaven" o "Gladiator".

El resultado final, aunque arrasará en las taquillas de todo el mundo, como vaticina la revista Variety, resulta "una chorrada artificiosa" a pesar del "veraz estilo" de Scott en la dirección y del "estimable material de Ignatius".

Según Todd McCarthy, crítico de la publicación, la cinta cae "en lo que el público espera de las películas de acción de Hollywood, en vez de seguir su propio material, que podría haber sido mucho más absorbente y provocativo".