16 octubre 2008

Cinta colombiana sobre los secuestrados conmueve en Trieste

El filme "Los actores del conflicto", del colombiano Lisandro Duque, sacudió este jueves el festival de cine latinoamericano de Trieste, en Italia, por su sobria y perspicaz denuncia sobre los secuestrados en Colombia.

Aplaudido por el público del legendario cine Miela, donde se celebra el festival italiano desde hace más de 20 años, el filme aborda con humor cínico y negro uno de los dramas más graves que azotan a Colombia, el secuestro que padecen miles de personas, más de 3.000 según cálculos oficiales.

Sin emplear una sola imagen violenta, ni sangre, ni explosiones, ni muertos, la cinta, que se estrenó hace una semana en Colombia e inauguró el Festival de Cartagena, tiene una sorprendente actualidad, pese a que fue escrita hace una década.

"No fue por autocensura. Es más bien que no me siento competente para filmar escenas violentas. Quise contar todo desde la perspectiva visual de los caminantes y mochileros (los actores callejeros en el filme) y de cómo perciben ellos el conflicto armado", reconoce Duque en una charla con el público italiano.

Por voluntad del mismo director no se hace referencia a secuestrados ilustres, como Ingrid Betancourt, liberada a mediados del año en un espectacular operativo militar, sino a los tantos secuestrados anónimos, soldados, políticos, maestros, que viven desde hace años plagiados, sobre todo por la guerrilla.

"No quise hablar de personalidades secuestradas, sino más bien de hechos que me inquietan sobre el secuestro, que es epidémico en Colombia. Cómo, por ejemplo, se pierde el derecho a las propias funciones fisiológicas, porque hay que pedir permiso y te vigilan en esos momentos, algo realmente excesivo", cuenta Duque.

Con la excelente actuación de Mario Duarte, uno de los tres mimos callejeros protagonistas que terminan en una zona de conflicto para hacerse pasar por guerrilleros reinsertados a cambio de un soñado exilio a España, la película muestra a todos "los actores del conflicto" colombiano con una mirada a la vez crítica y cercana: guerrilla, paramilitares, ejército, narcotraficantes y hasta sacerdotes de la Iglesia católica.