04 junio 2007

Anthony Michael Hall reinventándose a sí mismo

El éxito de la serie que lo tiene como productor y protagonista desde 2002 no le sumó altas dosis de excitación y divismo, características no muy difíciles de encontrar en figuras televisivas de mucha menor trascendencia. Anthony Michael Hall se muestra sereno, tranquilo frente a la rueda de prensa que lo entrevistó en un hotel de Los Angeles por su participación en The Dead Zone , la serie que, en su cuarta temporada, aquí transmite AXN.

Es que este actor de 38 años ya sabe de éxitos que pudo haber imaginado eternos y que sólo fueron pasajeros. De adolescente, Hall protagonizó clásicos del género, como El club de los cinco , Ciencia loca y Vacaciones , entre otros, y formó parte de lo que en los años 80 se denominó el brat pack (atado de mocosos). Las apariciones de Hall, tanto en pantalla grande como en chica -al igual que a la mayoría de los integrantes de este grupo-, fueron menguando hasta casi desaparecer. Aunque algo pudo hacer con sus participaciones y un más que justo bajo perfil en películas como Six Degrees of Separation , Joven manos de tijeras y en la serie Saturday Night Live .

Permanecer en el medio era el gran desafío y entonces Hall descubrió que la producción de programas que él mismo podía protagonizar era una buena manera de hacerlo y, también, de ganar dinero, por lo que armó su propia compañía.

Así paso gran parte de estos 30 años que transcurrieron entre que debutó y su presente que, profesionalmente, está vinculado a John Smith, el personaje protagónico de The Dead Zone , serie inspirada en la novela de Stephen King y que ya había servido de base para la película de David Cronenberg que, en 1983, protagonizó Christopher Walken. Smith es un profesor de ciencias que sobrevivió milagrosamente a un accidente de tránsito que lo tuvo seis años en coma; cuando despertó su vida había cambiado por completo: por un lado su entorno afectivo ya no era el mismo (su novia se había casado con otro hombre y su madre había muerto) y por otro, lo sorprendieron increíbles dones especiales que desde entonces le permitieron, con sólo tocar una persona o una cosa, ver todo lo que ha sucedido y lo que sucederá con ella. Con un especial interés por colaborar con la Justicia, John Smith vive envuelto en un mundo de aventuras, acción y suspenso que hacen que The Dead Zone vaya virando de género y de estilo.

"Para mí, este trabajo es un privilegio. La verdad es que me lo tomo muy en serio. Crecer en un set de filmación implica un proceso de mucha colaboración; hay mucha gente involucrada y ese sentimiento de felicidad y agradecimiento no lo olvido jamás, por lo que nunca camino por el set como la estrella del programa, sino como uno más de los integrantes del equipo, por más productor que sea, por más protagonista que sea", explica Hall.

Esa actitud tranquila y que, de alguna manera, destila creíble humildad es la que se ve en la rueda de prensa, lo que vuelve al diálogo -aunque siempre cronometrado- franco y distendido.

"Como productor trato de ayudar a establecer el tono y el clima que me gusta que tenga el set. Estoy seguro de que si la gente la pasa bien y disfruta del trabajo hace disfrutable el trabajo para el otro. Por eso, cuando se enciende la cámara, puedo sacar la energía del mismo grupo de gente que está a mi alrededor, de ese equipo que se transforma, en cierta manera, en los primeros y privilegiados espectadores del programa."

Escribir y actuar

La tarea de Anthony Michael Hall lo hace no sólo protagonizar las historias sino que también escribirlas, lo que le permite darse sus buenos gustos. "A veces hacemos shows que se acercan a lo que es La ley y el orden , y esos son los que más me gustan. Me gusta ser detective porque mis actores favoritos y la época del cine que más disfruto es la que ronda los años 70, con Steve McQueen, Paul Newman o Clint Eastwood", detalla Hall.

A esos guiones bien policiales, les suceden otros con más tinte político, y a éstos unos que están inspirados en películas como La habitación del pánico . "Hubo una serie de programas, con Jennifer Finnigan, en los que me sentí como si estuviera haciendo Cuando Harry conoció a Sally . Además, ha sido increíblemente divertido, creativo, a la vez que un gran desafío, convertirme, a través de las visiones y poderes de mi personaje, en hombres, mujeres y jóvenes con características de lo más diversas".

Parte de la diversión para Hall es, como se ve, la variedad, por lo que luego de 67 programas realizados durante cuatro años para cinco temporadas en la ciudad de Vancouver, ahora se mudará con todo el equipo a Montreal. "Esta decisión traerá aires nuevos, con un grupo de gente europea, con diferente sensibilidad, con nuevos camarógrafos y nuevos actores. Es cierto que un poco de tristeza me provoca, pero le va a venir muy bien a la serie."

-¿Cómo crees que conseguiste volver a posicionarte tan bien?

-Sólo Dios lo sabe; lo único que sé es que yo tenía hambre; tenía el hambre de un boxeador, de un atleta, y lo que mejor hice fue adaptarme a lo que iba sucediendo. Siempre quise y sigo queriendo el respeto de la industria del cine, pero de verdad yo no estoy en la industria del cine. Tengo un gran programa y quiero hacerlo cada vez mejor. Por eso creo que el deseo es la clave, un tremendo deseo de hacer las cosas bien.

-Se comenta que puede haber una secuela de El club de los cinco ...

-Lo escuché; eso pronto va a ser una broma de South Park . No, no sé; es sólo un rumor, pero si John Hughes [el director] la quiere hacer, la haré Soy un incondicional y un agradecido.